Asi lo denunciaron varios periodistas y el CPJ recibió denuncias de acoso e interrogatorios extensos.
Este artículo fue publicado originalmente en cpj.org el 11 de febrero de 2019.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) expresó su preocupación por informaciones que indican que el organismo de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (U.S. Customs and Border Protection, CBP) está acosando a periodistas o los está sometiendo a interrogatorios excesivos en verificaciones secundarias al ingresar a Estados Unidos.
El CPJ ha entrevistado a, como mínimo, ocho periodistas que declararon que agentes fronterizos estadounidenses, durante verificaciones secundarias, los interrogaron acerca de su trabajo periodístico sobre una caravana de inmigrantes en México. En seis casos como mínimo, los periodistas declararon que los agentes les pidieron revisar fotos o les pidieron que les suministraran información sobre la caravana de inmigrantes. Por separado, dos periodistas expresaron al CPJ que el CBP se había comunicado con ellos y les había pedido entregar imágenes de video y someterse a una entrevista como parte de una investigación interna sobre actos potencialmente ilegales por parte de agentes fronterizos. El CPJ también tiene conocimiento de dos casos como mínimo en los que agentes fronterizos mexicanos les negaron el ingreso a México a periodistas que habían sido interrogados o fotografiados por CBP.
Estos casos sucedieron en un contexto de aumento de la cobertura informativa sobre cuestiones migratorias en la frontera entre México y Estados Unidos. Varios periodistas entrevistados por el CPJ declararon que los agentes fronterizos los habían acosado o fotografiado. Un video publicado en el sitio noticioso The Intercept muestra a un agente fronterizo que les dice a periodistas que se les podía imputar un delito menor o grave por «complicidad» con personas que ingresan a Estados Unidos. El video fue publicado como parte de una investigación de The Intercept sobre el acoso a periodistas, abogados y activistas en la frontera.
«El aparente empleo de las verificaciones secundarias por parte de CBP como pretexto para interrogar a periodistas equivale a tratar a los medios como informantes y es una señal preocupante para la libertad de prensa», declaró Alexandra Ellerbeck, coordinadora del programa de Norteamérica del CPJ. «Los periodistas tienen el deber de proteger su independencia y la confidencialidad de sus fuentes, y no deben ser sometidos a interrogatorios que excedan el propósito de facilitar el ingreso legal de una persona que viaja».
Los periodistas relataron al CPJ que, durante las verificaciones secundarias, las preguntas de los agentes con frecuencia parecían estar más dirigidas a la recolección de información de inteligencia.
A finales de diciembre, Go Nakamura, un fotógrafo freelance estadounidense, y Bing Guan, un estudiante estadounidense del Centro Internacional de Fotografía (International Center for Photography) de Nueva York, fueron seleccionados para una verificación secundaria cuando ingresaban en auto a San Diego a través del puerto de entrada de San Ysidro, los periodistas declararon al CPJ. Nakamura afirmó que los funcionarios los interrogaron por separado. Ambos contaron al CPJ que les mostraron unas 20 fotos, entre ellas algunas que parecían fotos de fichas policiales y otras que parecían fotos de operativos de vigilancia. Guan sostuvo que le pidieron que identificara a «instigadores» de la caravana.
Mark Abramson, periodista freelance estadounidense, declaró al CPJ que agentes fronterizos estadounidenses registraron su cuaderno de apuntes en la frontera el 5 de enero. Abramson indicó que le preguntaron cómo se ganaba el dinero como periodista freelance y lo interrogaron acerca de organizaciones estadounidenses que pudieran estar ayudando a los inmigrantes. El periodista declaró al CPJ que los agentes fronterizos le hicieron dejar atrás su bolsa y su teléfono cuando entró al lugar del interrogatorio.
«No soy un informante. Mi trabajo es informar a la sociedad», afirmó Abramson. «¿Y si mi cuaderno hubiese tenido los datos de mis fuentes? Siento que dejaron de lado la protección de los periodistas».
Ariana Drehsler, fotoperiodista freelance estadounidense radicada en San Diego, declaró que la habían seleccionado para una verificación secundaria como mínimo tres veces entre finales de diciembre y principios de enero en el puerto de entrada de San Ysidro cuando iba de camino a San Diego. Según Drehsler, le preguntaron acerca de organizaciones que trabajaban con la caravana de inmigrantes y cómo se ganaba el dinero como periodista freelance. Agregó que un funcionario de CBP le pidió que le enseñara fotografías, pero no insistió cuando ella se negó.
El periodista freelance español Emilio Fraile declaró que, el 31 de diciembre, agentes fronterizos estadounidenses se acercaron a un grupo de fotoperiodistas a lo largo de la barrera fronteriza de Tijuana y repetidamente preguntaron «¿Dónde está Emilio?», mientras le apuntaban sus linternas al grupo. Fraile expresó que él era la única persona del grupo con ese nombre y que no había respondido. Fraile cree que los agentes pueden haber intentado intimidarlo.
Por separado, agentes de la policía municipal mexicana se les acercaron a Fraile y a otros dos periodistas freelance españoles y les fotografiaron el pasaporte. Fraile declaró al CPJ que los agentes policiales dijeron que iban a compartir las fotografías con la patrulla fronteriza estadounidense.
Representantes del CBP declararon al CPJ en un mensaje de correo electrónico con fecha del 8 de febrero que necesitarían investigar la consulta del CPJ y que no podían dar ninguna declaración antes de la fecha de publicación de esta alerta.
Anteriormente el CPJ había documentado cómo, en enero de 2019, funcionarios mexicanos les habían negado el ingreso a México a como mínimo dos periodistas.
Un informe publicado por el CPJ en 2018 y titulado «Nada que declarar» analiza cómo las verificaciones secundarias y las inspecciones de los dispositivos de los periodistas socavan la libertad de prensa.