(RSF/IFEX) – Reporteros sin Fronteras (RSF) reitera su petición de libertad para Josh Wolf, al final del proceso de apelación ante la justicia federal. El joven reportero independiente se encuentra encarcelado desde el 1 de agosto de 2006, fecha en la que en primera instancia fue declarado culpable de «desacato al Tribunal», por negarse a […]
(RSF/IFEX) – Reporteros sin Fronteras (RSF) reitera su petición de libertad para Josh Wolf, al final del proceso de apelación ante la justicia federal. El joven reportero independiente se encuentra encarcelado desde el 1 de agosto de 2006, fecha en la que en primera instancia fue declarado culpable de «desacato al Tribunal», por negarse a entregar a la policía sus archivos de vídeo (ver las alertas de IFEX del 2 y 1 de agosto de 2006).
La organización pide la misma clemencia para Lance Williams y Mark Fainaru-Wada, del diario «San Francisco Chronicle», a quienes, el 15 de agosto, la justicia ordenó que facilitaran sus fuentes informativas en la investigación de un caso de dopaje, so pena de verse igualmente encarcelados.
«El caso de Josh Wolf, como el del ‘San Francisco Chronicle’, no tienen nada que ver con la seguridad nacional. Ese argumento se utilizó abusivamente en los otros casos de litigio entre la justicia federal y algunos periodistas que se negaron a facilitar sus fuentes, o sus archivos. En este caso, simplemente no puede sostenerse. Las condenas definitivas de Josh Wolf, Lance Williams y Mark Fainaru-Wada pondrían en grave peligro la independencia de la prensa garantizada, entre otros, por el secreto profesional. Entrarían en contradicción directa con el artículo 8 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, a la que Estados Unidos está adherido. Mantener detenido a Josh Wolf equivaldría a negar el papel de contrapoder de los medios de comunicación. Corresponde a los legisladores debatir y votar rápidamente una ley-escudo (‘shield law’) que consagre el privilegio del secreto de las fuentes», ha declarado RSF.
En julio de 2005, en San Francisco, Wolf grabó imágenes de una manifestación contra la Cumbre del G8, que en aquel momento se celebraba en Escocia. Un vehículo policial había sido dañado en una escaramuza entre los manifestantes y las fuerzas del orden. Wolf, que difundió su reportaje en su blog y en un canal por cable, antes de que lo reprodujeran las redes locales de los medios nacionales, siempre ha negado poseer imágenes del vehículo policial. En el marco de una investigación llevada a cabo por un gran jurado, la justicia federal exigió sin embargo que el joven periodista le entregara sus vídeos.
Wolf se negó a hacerlo, apoyándose en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense y en la ley californiana que, lo mismo que las legislaciones de 32 otros Estados de la Unión, reconocen a los periodistas, al contrario que la ley federal, el privilegio del secreto profesional.
El 1 de agosto del 2006, el reportero independiente fue condenado en primera instancia, por «desacato al Tribunal». Se rechazó inmediatamente su petición de libertad condicional y fue enviado a la cárcel federal de Dublín (California) hasta que finalice la investigación del gran jurado, en julio de 2007, siempre que en el intervalo no entregue sus vídeos. Próximamente, el juez federal de apelación debe pronunciarse sobre su puesta en libertad y, sin duda, sobre el fondo del asunto.
En un mensaje dirigido a RSF, Liz Wolf-Spada, madre de Wolf, ha declarado: «Josh dice que ha aprendido a luchar por lo que es justo. Yo le había hablado de Martín Luther King, del movimiento por los derechos cívicos y el movimiento contra la guerra de los años 60. Nunca habría imaginado que su forma de defender sus convicciones le costaría estar en la cárcel. Estoy orgullosa de él, de su valor, y naturalmente muy preocupada por su detención, pero espero que muy pronto estará en libertad.» El joven periodista podría tener que pagar 30.000 USD de gastos de justicia.
(Para contribuir a los gastos de justicia de Wolf, acuda a su blog: http://www.joshwolf.net/blog/ )
Williams y Fainaru-Wada también están inmersos en un procedimiento por «desacato al Tribunal». En 2004, ambos periodistas del San Francisco Chronicle hicieron públicos los elementos de una investigación confidencial de un gran jurado, que implicaban a la sociedad BALCO (Bay Area Laboratory Cooperative), sospechosa de haber abastecido de productos dopantes a algunos deportistas de alto nivel.
A partir de entonces, la justicia federal inició procedimientos contra los periodistas, con el fin de que le facilitaran sus fuentes informativas. Williams y Fainaru-Wada también recurrieron a la Primera Enmienda. El 15 de agosto, el juez federal de distrito Jeffrey White rechazó sus argumentos, y les intimó a facilitar sus fuentes, so pena de cárcel. El caso tiene que verse en apelación.