(RSF/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de RSF, con fecha del 31 de marzo de 2003: Reporteros sin Fronteras está preocupada por el riesgo de una guerra sin periodistas en el Departamento de Arauca Reporteros sin Fronteras condena con firmeza las amenazas de muerte recibidas por diécisieis periodistas que trabajan en […]
(RSF/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de RSF, con fecha del 31 de marzo de 2003:
Reporteros sin Fronteras está preocupada por el riesgo de una guerra sin periodistas en el Departamento de Arauca
Reporteros sin Fronteras condena con firmeza las amenazas de muerte recibidas por diécisieis periodistas que trabajan en el Departamento de Arauca (noreste del país), una region petrolífera decretada, en septiembre de 2002, zona especial bajo control del ejército, y en la que están presentes varios grupos armados.
«Pedimos al gobierno colombiano que garantice la seguridad de los periodistas amenazados en el Departamento de Arauca. Estamos muy preocupados por la decision de las autoridades de evacuarles a Bogotá. Una decision así es positiva en la medida en que da testimonio de la movilizacion de las autoridades pero, sobre todo, tiene como primera consecuencia el privar a una zona de conflicto de unos testigos preciosos. La ausencia de periodistas es una puerta abierta para los abusos más graves», manifiesta la organizacion preocupada.
Un informe publicado el 20 de diciembre de 2002, firmado por cinco organizaciones, entre las que se encuentran Reporteros sin Fronteras, la Fundacion para la Libertad de Prensa (FLIP, Bogotá) y el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS, Lima), detalla las amenazas, presiones y trabas a que se ven sometidos periodistas y medios de comunicacion, en el Departamento de Arauca (Noreste). Titulado «Arauca : la informacion en riesgo» (disponible en www.rsf.org), el informe denuncia las actuaciones contra la prensa, tanto por parte de las guerrillas y los grupos paramilitares, como del ejército. Tras su publicacion, han sido secuestrados siete periodistas, entre ellos dos de medios de comunicacion extranjeros, y a otro le mataron los grupos armados, en ese departamento.
El 28 de marzo de 2003, dos listas con los nombres de diéciseis periodistas que trabajan en el Departamento de Arauca, fueron enviadas a Rodrigo Ávila, corresponsal de Caracol Television en la ciudad de Arauca, y citado en una de las listas. En la primera lista, procedente de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC; marxistas), aparecen los nombres de ocho periodistas.
En la segunda, atribuida a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, extrema derecha), figuran ocho nombres de periodistas, así como los de otros dos periodistas de la region, asesinados. Se trata de Efraín Varela, al que mataron el 28 de junio de 2002, y de Luis Eduardo Alfonso, abatido el 18 de marzo de 2003. Las dos listas indicarían que los profesionales de los medios de comunicacion citados están considerados como «objetivos militares», y están amenazados de muerte si no se van de la region.
Los periodistas mencionados se reunieron el 29 de marzo y pidieron oficialmente proteccion policial, así como la intervencion del Ministerio del Interior, que dispone de un programa de proteccion de periodistas. Según Rodrigo Ávila, la policía local les ha contestado que no dispone de los medios necesarios para garantizar su proteccion en la region. El 31 de marzo, varios periodistas amenazados se marcharon del Departamento de Arauca con destino a Bogotá.
El 10 de septiembre de 2002, el presidente Alvaro Uribe firmo el decreto 2002, que establece «zonas especiales de rehabilitacion y consolidacion» bajo control del ejército, en las regiones asoladas por los grupos armados ilegales. El Departamento de Arauca forma parte de esas catorce zonas especiales, puestas bajo la direccion de un mando militar, en las que tienen lugar combates muy violentos. Las medidas se adoptaron en el marco del estado de conmocion interior, decretado el 12 de agosto de 2002 por el Presidente, para reforzar la lucha contra las guerrillas comunistas y los grupos paramilitares de extrema derecha.