(RSF/IFEX) – RSF está muy inquieta por la orden dictada por un juez federal, que obliga a cinco periodistas a revelar sus fuentes. «El secreto de las fuentes constituye la piedra angular de la libertad de prensa», ha declarado Robert Ménard, secretario general de RSF. «Obligar a los periodistas a revelar sus fuentes significa cuestionar […]
(RSF/IFEX) – RSF está muy inquieta por la orden dictada por un juez federal, que obliga a cinco periodistas a revelar sus fuentes.
«El secreto de las fuentes constituye la piedra angular de la libertad de prensa», ha declarado Robert Ménard, secretario general de RSF. «Obligar a los periodistas a revelar sus fuentes significa cuestionar un fundamento del periodismo de investigación, esencial para la democracia», ha explicado la organización en una carta dirigida al juez Thomas Penfield Jackson, autor de la orden dada a los cinco periodistas. RSF ha pedido al juez que reconsidere su decisión.
El 14 de octubre de 2003, el juez Jackson, del Tribunal Federal de Washington, ordenó que los periodistas que investigaron el caso de Wen Ho Lee (un científico acusado de espionaje) revelen sus fuentes al abogado de este último. Los periodistas afectados por la medida son Jeff Gerth y James Risen, del diario «The New York Times», Robert Drogin, del diario «Los Angeles Times», H. Josef Hebert, de la agencia Associated Press (AP) y Pierre Thomas, que en el momento de los hechos trabajaba en el canal CNN.
Según los fundamentos de la sentencia, el magistrado considera que Lee tiene derecho a saber quién fue el autor de la fuga que llevó a que los medios de comunicación le implicaran. Según el juez «sería fútil afirmar que la primera enmienda da derecho al periodista, o a sus fuentes, a violar las leyes criminales para proteger la información».
El caso de Lee se remonta a 1999 cuando se sospechó que el científico, que trabajaba como especialista nuclear en el laboratorio nacional de Los Alamos, en Nuevo México, estaba espiando por cuenta de China. Fue juzgado en 1999, antes de ser declarado inocente y quedar en libertad, tras haber pasado nueve meses en la cárcel. El científico reclama hoy daños y perjuicios al Ministerio de Justicia y al Ministerio de Energía, a cuyos miembros acusa de haber divulgado informaciones confidenciales que le atañían.
Si se niegan a acatar la decisión del juez federal, los periodistas implicados en este caso podrían ser encarcelados por «desacato al Tribunal». El «New York Times» y AP piensan apelar, mientras que los restantes medios han declarado que «están estudiando la decisión del juez».