(IPYS/IFEX) – En la mañana del 23 de mayo de 2004, fueron detenidos durante dos horas los integrantes de dos equipos reporteriles del diario «La Verdad» y de la televisora Globovisión por efectivos militares, mientras cumplían labores profesionales en el Hospital Universitario de Maracaibo, en el estado Zulia, en la región noroccidental del país. El […]
(IPYS/IFEX) – En la mañana del 23 de mayo de 2004, fueron detenidos durante dos horas los integrantes de dos equipos reporteriles del diario «La Verdad» y de la televisora Globovisión por efectivos militares, mientras cumplían labores profesionales en el Hospital Universitario de Maracaibo, en el estado Zulia, en la región noroccidental del país.
El periodista José Gregorio Meza, Jefe de Información de «La Verdad», relató al IPYS que la periodista Dariana Bracho y el reportero gráfico Rolando Paz se encontraban en la sede del centro hospitalario para dar cobertura a la información sobre la presencia de un grupo de presuntos paramilitares colombianos que estaban recluidos en el lugar, luego de haber resultado heridos en unos enfrentamientos que se produjo en la zona fronteriza del estado Zulia, el 21 de mayo. Los comunicadores estaban acompañados de un equipo reporteril de Globovisión, dirigido por la periodista Heidy Osechas.
Los periodistas lograron constatar la presencia de dos de los presuntos paramilitares en el centro, que estaban siendo custodiados por efectivos del Ejército Nacional. Los uniformados cuando se dieron cuenta de la presencia de los periodistas los rodearon. Posteriormente un general de apellido González les dijo que debían abandonar el recinto hospitalario y que lo tenían que acompañar para conversar con el general Wilfredo Silva, comandante de la Guarnición del Estado Zulia.
Los funcionarios militares le decomisaron dos casetes de video al camarógrafo de Globovisión, los cuales no les fueron devueltos. Los comunicadores intentaron conversar con los uniformados sobre el motivo de la acción pero ellos no dieron ninguna explicación y les reiteraron que debían conversar con el general Silva.
Bracho logró comunicarse vía celular con la redacción de «La Verdad» y con periodistas de otros medios de comunicación para reportarles lo que les estaba ocurriendo. Transcurrida una media hora, llegaron al lugar reporteros de otros medios de comunicación y los militares se retiraron del lugar, tras haber mantenido a los reporteros retenidos por dos horas.