(RSF/IFEX) – RSF está muy preocupada por la detención, el 16 de junio de 2004, de Tor Dargfinn Dommersnes y Fredrik Fervem, respectivamente periodista y fotógrafo del diario noruego «Stavanger Aftenblad», después de que fueran declarados «personae non gratae». La organización pide a las autoridades marroquíes que permitan trabajar libremente a estos periodistas, que han […]
(RSF/IFEX) – RSF está muy preocupada por la detención, el 16 de junio de 2004, de Tor Dargfinn Dommersnes y Fredrik Fervem, respectivamente periodista y fotógrafo del diario noruego «Stavanger Aftenblad», después de que fueran declarados «personae non gratae». La organización pide a las autoridades marroquíes que permitan trabajar libremente a estos periodistas, que han cumplido con todas las formalidades necesarias, y recuerda las recientes expulsiones del periodista noruego Eric Hagen, ocurrida el 5 de abril, y de la periodista y la fotógrafa francesas Catherine Graciet y Nadia Ferroukhi, el 28 de enero.
«Las autoridades marroquíes vigilan muy de cerca las actividades y los desplazamientos de los periodistas, e intentan impedir cualquier reportaje independiente sobre la cuestión del Sahara occidental. Hemos recogido testimonios de periodistas extranjeros que, en el momento de ser detenidos y expulsados, ni siquiera se habían entrevistado todavía con sus interlocutores. Lo que induce a creer que a los periodistas extranjeros les siguen y les escuchan. Estas detenciones, y estos obstáculos a la libertad de información, son muy graves. Pedimos a las autoridades marroquíes que reconsideren su decisión de expulsar a Tor Dagfinn Dommersnes y Fredrik Refvem», ha declarado la organización.
Cuatro agentes de los servicios de seguridad detuvieron a los dos periodistas el 16 de junio, a las 6 de la mañana (hora local), en su habitación del Hotel Sofitel de Rabat, con el argumento de que eran «personae non gratae» y que «violaban las leyes marroquíes». Los periodistas disponían de visado de prensa y autorización para tomar fotos.
Llegados tres días antes, se disponían a entrevistar en Rabat, el 16 de junio a las 10 de la mañana, a una persona sobre la cuestión del Sahara occidental. Dommersnes telefoneó la víspera a ese contacto desde el hotel, para fijar una cita. «Probablemente los servicios de seguridad estaban al corriente de mi llamada, que sin ninguna duda es el motivo de nuestra detención», declaró por teléfono Dommersnes a RSF, cuando se encontraba a punto de ser expulsado a Francia.
RSF recuerda que el 5 de abril, el periodista noruego Eric Hagen fue expulsado de Laayoune (sur de Marruecos) a Mauritania. Detenido por la policía, este periodista independiente se encontraba en Laayoune para entrevistarse con defensores de los derechos humanos y ex presos políticos. Interrogado por la policía durante varias horas acerca de las razones de su estancia en el Sahara, Hagen fue acusado de connivencia con el Frente Polisario. Expulsado a Mauritania, estuvo escoltado por dos policías durante las 26 horas que duró el viaje en autobús. Le devolvieron el pasaporte en la frontera mauritana. Sabiendo que los periodistas no eran bien recibidos en el Sahara occidental, se había presentado como turista. «Por otra parte, durante los interrogatorios las autoridades no me pidieron nunca mis autorizaciones. Me expulsaron porque tenía que entrevistarme con algunos defensores de los derechos humanos, tachados de separatistas por la Policía, y porque mi visita era una ‘provocación al reino'», declaró Hagen a RSF.
El 28 de enero, Catherine Graciet, periodista independiente, y Nadia Ferroukhi, fotógrafa, fueron expulsadas cuando se dirigían a Laayoune para entrevistarse con defensores de los derechos humanos, favorables a la autonomía del Sahara occidental. En la mañana del 28 de enero, antes de marcharse de Agadir, habían entrevistado a algunos estudiantes, sobre la situación en el Sahara. Detenidas pocas horas más tarde en un control en Tarfaya, las fuerzas de seguridad interrogaron ampliamente a las periodistas, y después las volvieron a llevar a Agadir, para expulsarlas a Francia. El cónsul de Francia, al que pidieron ver en su calidad de ciudadanas francesas, no consiguió poder verlas.