(FLIP/IFEX) – El 2 de septiembre de 2005, la periodista Patricia Uribe y su camarógrafo Germán Palma del programa «Noticias Uno», fueron agredidos verbal y físicamente por agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá cuando se encontraban en el cubrimiento de una nota sobre desplazados en el barrio Kennedy, al sur de la capital del […]
(FLIP/IFEX) – El 2 de septiembre de 2005, la periodista Patricia Uribe y su camarógrafo Germán Palma del programa «Noticias Uno», fueron agredidos verbal y físicamente por agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá cuando se encontraban en el cubrimiento de una nota sobre desplazados en el barrio Kennedy, al sur de la capital del país.
En diálogo con la FLIP, Uribe señaló que la Policía no los dejó entrar a unas casas abandonadas que habían sido tomadas por un grupo de desplazados, donde la situación era tensa entre éstos y la Policía. Sin embargo, la reportera y el camarógrafo lograron ingresar a las edificaciones, donde hicieron entrevistas y tomas.
Al finalizar su labor, fueron detenidos por algunos policías, quienes les pidieron sus documentos. Al terminar la pesquisa, dejaron ir a la periodista pero el camarógrafo fue detenido. Palma le dijo a la FLIP que los policías lo habían detenido por supuesto «irrespeto a la autoridad». Varios policías sometieron al camarógrafo y lo metieron en una patrulla. Dos de ellos lo llevaron hasta la estación, ubicada a 10 minutos del sitio donde se encontraban. Según Palma, fue llevado en la patrulla acostado en el piso, mientras los agentes lo agredían con los codos y los pies.
Durante el recorrido hasta la estación Palma no soltó la cámara, pese a que los agentes trataron de quitársela para sacarle el casete. El Coronel Pedroza, Comandante de la Octava Estación de Policía de Kennedy, empezó a cuestionar al periodista para saber quien lo había entrado al lugar donde fue detenido.
La FLIP logró establecer que el Coronel Pedroza se encargó de llevar al camarógrafo hasta Medicina Legal, donde lo atendieron y evaluaron las lesiones y le determinaron cuatro días de incapacidad. A pesar de que el casete le fue devuelto al periodista, la cámara sufrió algunos daños. La FLIP trató de contactar a las autoridades para obtener su versión sobre el suceso, pero no fue posible.
La FLIP hace un llamado a los miembros de la Fuerza Pública para que respeten el trabajo periodístico como garantía del derecho a la información, e insta a los organismos de control a defender este derecho constitucional y evaluar la actuación de los agentes involucrados en este episodio.
Todas las agresiones contra los derechos a la libertad de prensa y a la libertad de expresión constituyen violaciones de los derechos humanos. Agredir a un periodista en medio de un conflicto armado es una infracción al Derecho Internacional Humanitario.