(IPYS/IFEX) – «Ya no aguanto más esta situación. No se hasta donde tenga que llevar uno su cerebro para entender lo que pasa aquí.» Con esta expresión la periodista Claudia Gurisatti manifiesta la tensión acumulada que la hace buscar en el exilio, la única alternativa para conservar con tranquilidad su vida. Gurisatti, directora del programa […]
(IPYS/IFEX) – «Ya no aguanto más esta situación. No se hasta donde tenga que llevar uno su cerebro para entender lo que pasa aquí.» Con esta expresión la periodista Claudia Gurisatti manifiesta la tensión acumulada que la hace buscar en el exilio, la única alternativa para conservar con tranquilidad su vida.
Gurisatti, directora del programa periodístico La Noche y presentadora de los noticieros del canal privado nacional RCN, ha sido objeto de constantes amenazas. Por este motivo tuvo que salir el 2001 del país de forma repentina, cuando la Fiscalía General de la Nación le informó de un plan para atentar contra su vida (ver las alertas de IFEX del 26, 9 y 1 de febrero de 2001). Luego de varios meses regresó a Colombia.
En diálogo con el IPYS, Gurisatti contó como desde su llegada, y en especial en las últimas semanas, las amenazas se intensificaron. A su oficina se comunicó en repetidas ocasiones un hombre que suministraba detalles de las actividades de la periodista. De igual manera, el agresor informaba acerca de la forma en que se pretendía atentar contra su vida. Incluso, le llegaron a indicar que la matarían utilizando explosivos. «No sólo es un problema de mi seguridad, es también la seguridad de todos los que están a mi alrededor», dijo.
Las advertencias llegaron a tal punto que en medio de sus indagaciones periodísticas, le llegaban mensajes conminándola a no avanzar más. «No quiero hacer parte de la guerra, sólo quiero hacer periodismo», Gurisatti afirmó. La periodista anunció, con el apoyo del canal, continuará desde el destierro con su labor.
Del origen de las intimidaciones a Gurisatti nada se puede asegurar. Lo cierto es que la evaluación de los organismos de seguridad indicó que representaban un alto riesgo. Con estos hechos se incrementa la lista de periodistas colombianos amenazados, que en 2001 alcanzó un número mayor a cincuenta.