(FLIP/IFEX) – El 6 de enero de 2006, el periodista Antonio Colmenares fue amenazado por un particular después de leer al aire un comunicado de prensa del Ejército. Al sentirse afectado por la información allí revelada, el desconocido llegó a la emisora «La Poderosa», donde trabaja Colmenares, y lo insultó y amenazó de muerte. El […]
(FLIP/IFEX) – El 6 de enero de 2006, el periodista Antonio Colmenares fue amenazado por un particular después de leer al aire un comunicado de prensa del Ejército. Al sentirse afectado por la información allí revelada, el desconocido llegó a la emisora «La Poderosa», donde trabaja Colmenares, y lo insultó y amenazó de muerte.
El hecho ocurrió en el municipio de Pitalito, Huila, departamento del sur de Colombia. Un día antes el periodista había leído en el noticiero el comunicado oficial que informaba sobre un allanamiento donde habían sido encontrados unos objetos robados y se había capturado a un sospechoso. Esta persona, al parecer puesta en libertad pocas horas después de la noticia, fue quien se acercó a las instalaciones de la emisora para increpar al periodista por la desacreditación pública de su imagen.
El periodista le explicó que se trataba de la retransmisión de un comunicado del Ejército y que era a ellos a quienes debía exigirles algún tipo de explicación. Agregó que si era necesario, los micrófonos de la emisora estaban abiertos para hacer una réplica de la información suministrada por el Ejército.
El desconocido, en un tono amenazante le respondió a Colmenares: «Los periodistas son unos hijos de puta, hasta que no maten a uno en Pitalito no dejarán de joder». Luego lo señaló con el dedo índice y añadió: «Usted se va a morir hijo de puta por decir guevonadas».
El Coronel Martín Eduardo Galindo, comandante del batallón Magdalena, con sede en ese municipio, le informó a la FLIP que la Fiscalía, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y la Policía ya tiene conocimiento de los hechos y se espera que en los próximos días se capture al agresor. Agregó que se trató de un hecho aislado de un ciudadano molesto por la publicación de una nota que lo afectaba. No obstante, manifestó que es un hecho que no se puede seguir presentando.
Colmenares no es el primer periodista amenazado en este municipio del Huila. En julio de 2005 el periodista Rodrigo Rojas fue amenazado por dos desconocidos que se movilizaban en una moto y que lo encañonaron a él y a un colega que lo acompañaba. Rojas se encontraba investigando algunas irregularidades en la administración pública del municipio.
Amenazar a un periodista constituye una violación de la libertad de prensa. La FLIP recuerda que si bien los periodistas deben ser imparciales y veraces en su labor, no son responsables por la información oficial que publiquen y que por distintos motivos no puedan confirmar. Aun así, la FLIP reitera las recomendaciones contenidas en su «Manual de Autoprotección para periodistas en el conflicto colombiano».
Por último, la FLIP exhorta a las autoridades que investiguen los hechos y le suministren protección a Colmenares, para garantizar el libre ejercicio del periodismo en esta región del país.