(FLIP/IFEX) – Después de varias semanas de zozobra por amenazas reiteradas, Diro César González, director y propietario de «La Tarde» de Barrancabermeja, salió del puerto petrolero, ubicado en Santander, un departamento nororiental, y suspendió indefinidamente la publicación del semanario. El 17 de enero de 2006, dos hombres en una moto llegaron a la casa de […]
(FLIP/IFEX) – Después de varias semanas de zozobra por amenazas reiteradas, Diro César González, director y propietario de «La Tarde» de Barrancabermeja, salió del puerto petrolero, ubicado en Santander, un departamento nororiental, y suspendió indefinidamente la publicación del semanario.
El 17 de enero de 2006, dos hombres en una moto llegaron a la casa de la familia González y preguntaron por el periodista. Tatiana Sánchez, su esposa y también colaboradora del semanario, los recibió en la puerta y les dijo que su esposo no se encontraba. Notó que uno de ellos llevaba un revólver en la mano. Después de vacilar y cruzar algunas palabras inaudibles, los desconocidos se fueron.
Sánchez asegura que uno de los hombres era la misma persona acusada de estar involucrada en el asesinato de una mujer el 23 de diciembre del año pasado, en una discoteca de la ciudad. En su edición de esa semana, «La Tarde» reconstruyó los pormenores del hecho y publicó fotos del sospechoso, capturado por las autoridades.
Esta amenaza no fue la primera que recibió el periodista. A finales del 2005, según el quincenario «Portada» de Bucaramanga y algunas asociaciones de derechos humanos, estaba circulando en el departamento de Santander una «lista negra» con los nombres de varios periodistas de la zona que serían ajusticiados por grupos paramilitares. Entre ellos se encontraba el periodista González.
Si bien el periodista y su esposa no le quisieron dar importancia a estos rumores, poco después recibieron una advertencia concreta. Durante varios días, vecinos de la familia aseguraron que dos hombres en una moto estuvieron merodeando el barrio donde están las instalaciones del periódico. Un día se acercaron a la casa de los González y le advirtieron a Sánchez que ya había sido dada la orden de matarlo. La única opción que le quedaba era irse de la ciudad antes de que la cumplieran. No obstante, estos dos hombres, al parecer, no tendrían relación con la amenaza de enero.
El mayor Óscar Mora, comandante de la policía de Barrancabermeja, afirmó que si bien supo de la más reciente amenaza, no conoce ninguna «lista negra» y le restó valor a las versiones en ese sentido. Por su parte, el Defensor del Pueblo del Madgalena Medio, Jorge Gómez, confirmó los rumores sobre esta lista, pero manifestó que de ninguna manera podía asegurar que fueran ciertos. También subrayó su preocupación por las recientes amenazas a varios periodistas de la región.