(CERIGUA/IFEX) – El 9 de abril de 2008, Eduardo García, camarógrafo de Telecentro 13, y María Teresa López Lima, corresponsal del diario «Prensa Libre» y de la radiodifusora Emisoras Unidas, fueron agredidos y golpeados por pobladores enardecidos que intentaban linchar a Sicario Panam, sindicado de secuestro y extorsión. El incidente ocurrió en San Juan Alotenango, […]
(CERIGUA/IFEX) – El 9 de abril de 2008, Eduardo García, camarógrafo de Telecentro 13, y María Teresa López Lima, corresponsal del diario «Prensa Libre» y de la radiodifusora Emisoras Unidas, fueron agredidos y golpeados por pobladores enardecidos que intentaban linchar a Sicario Panam, sindicado de secuestro y extorsión. El incidente ocurrió en San Juan Alotenango, municipio del departamento de Sacatepéquez, a 45 kilómetros de la ciudad capital. García, quien se encontraba en el lugar cubriendo los sucesos, fue herido de bala en el abdomen y tuvo que ser llevado a un hospital de la localidad.
De acuerdo con la información recopilada por la agencia CERIGUA, los disturbios se originaron cuando la Policía Nacional Cívil (PNC), capturó al sindicado. Los pobladores creyeron que lo dejarían en libertad, lo que provocó una trifulca, que dejó como saldo dos fallecidos y varias personas heridas con arma de fuego.
Según relató López Lima, a los vecinos se les unió un grupo de «antisociales», quienes fueron los responsables de estos hechos violentos. La turba no permitió que ella documentara los acontecimientos y la despojaron de su equipo periodístico a pesar que intentó resguardarlo. La periodista fue lastimada por varios hombres.
Asimismo señaló que el causante de la muerte de los dos pobladores, fue un individuo que se encontraba en el segundo nivel de una casa, frente a la municipalidad. Por lo visto la persona tenía un rifle y disparaba constantemente; hasta ahora las fuerzas de seguridad no lo han identificado.
Ileana Alamilla, del Observatorio de Periodistas, manifestó su preocupación por los hechos, notando que no son las fuerzas de seguridad, sino los turbas enardecidas las que atacaron a los comunicadores, quienes trabajan para dar a conocer la realidad a la opinión pública.
Asimismo, Alamilla exigió al gobierno ofrecer garantías de seguridad a la población, para que cambie el ambiente violento que actualmente se vive y que cada día incrementa riesgos a la frágil democracia, lo que impide el libre ejercicio de informar.