(ARTICLE19/CENCOS/IFEX) – El reportero Emilio Gutiérrez Soto, quién en mayo de 2008 sufrió un cateo por parte de efectivos militares en su domicilio y posteriormente denunció el acoso por parte de elementos del Ejército Mexicano, ha pedido asilo a los Estados Unidos porque teme por su vida y la de su hijo. El corresponsal del […]
(ARTICLE19/CENCOS/IFEX) – El reportero Emilio Gutiérrez Soto, quién en mayo de 2008 sufrió un cateo por parte de efectivos militares en su domicilio y posteriormente denunció el acoso por parte de elementos del Ejército Mexicano, ha pedido asilo a los Estados Unidos porque teme por su vida y la de su hijo.
El corresponsal del periódico regional «El Diario del Noroeste», basado en el municipio de Ascensión, Chihuahua (noroeste de México), solicitó asilo político al gobierno de los Estados Unidos, con el argumento de «acoso» por parte de militares comisionados al Operativo Conjunto Chihuahua. De acuerdo a versiones periodísticas, el comunicador habría abandonado su empleo en el rotativo ante las amenazas de los militares y el temor a sufrir una agresión física contra el o contra su familia.
Los hechos se dieron el 5 de mayo, cuando elementos militares cubiertos con pasamontañas llegaron al domicilio del periodista, quien se encontraba con su hijo menor de edad. Gutiérrez Soto y su hijo fueron sometidos con armas largas por elementos del ejército, quienes ingresaron a su domicilio derribando la puerta, con una la orden de un oficial identificado como «General Guzmán Loera», argumentando que se trataba de «un operativo en busca de armas o droga».
Posterior al cateo de su hogar, por teléfono dijo a familiares y periodistas que «desde hace días me asediaban militares vestidos de civil, y me dijeron que se estaban preparando para matarme».
De acuerdo con declaraciones de Gutiérrez Soto a diferentes medios de comunicación, «los militares trataron de atentar contra mi vida por notas en las que señalé irregularidades que han cometido durante el operativo en Chihuahua, incluyendo el allanamiento de mi casa, por eso decidí trasladarme a los Estados Unidos».
El periodista narró que el 14 de junio, cuando daba cobertura periodística en el municipio de Ascensión, Chihuahua, para «El Diario del Noroeste», le llamó la atención que era vigilado por personas con aspecto militar que estaban a bordo de diferentes vehículos. Luego, una persona de su confianza se le acercó de manera furtiva para advertirle que huyera porque «tenían planes de asesinarlo».
Como antecedente, en febrero de 2005 Emilio Gutiérrez Soto sufrió una amenaza en plena vía pública tras un encuentro con un oficial del Ejército identificado como Martínez Piedra. El periodista fue rodeado por ocho soldados, insultado y amenazado en varias ocasiones, incluso de ser asesinado si publicaba algo sobre dicho encuentro.
ARTICLE 19 y CENCOS reiteran su llamado al Estado Mexicano, para que, de acuerdo con los instrumentos internacionales de derechos humanos y los estándares internacionales sobre el tema, adopte las medidas necesarias para que las fuerzas de seguridad garanticen y respeten el pleno ejercicio de la libertad de expresión y prensa. Asimismo, se solicita a las autoridades se sancione a los responsables y con ello no se deje en la impunidad estas agresiones, ya que de no hacerlo se sienta precedente para que los atropellos continúen contra comunicadores.
El respeto a los derechos humanos y la seguridad pública no son conceptos opuestos. El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad pública, sin dejar de respetar los derechos humanos.
El derecho a la libertad de expresión es reconocido internacionalmente como un derecho humano, por lo que responder a las amenazas a la seguridad pública restringiendo este derecho pudiera terminar por favorecer los intereses de los grupos del crimen organizado, esto es el desmantelamiento del Estado de Derecho y el régimen de libertades de los sistemas democráticos.
Para mayor información sobre amenazas militares previas contra Gutiérrez Soto, ver: http://ifex.org/es/content/view/full/64510