(CERIGUA/IFEX) – El 21 de agosto de 2008, dos periodistas del diario «elPeriódico» sufrieron agresiones graves que atentan contra la libertad de prensa. El presidente del periódico, José Rubén Zamora, fue secuestrado por más de diez horas, y el joven periodista investigativa Óscar Ixmatul fue perseguido por desconocidos que lo amenazaron cuando lograron interceptarlo. Aunque […]
(CERIGUA/IFEX) – El 21 de agosto de 2008, dos periodistas del diario «elPeriódico» sufrieron agresiones graves que atentan contra la libertad de prensa. El presidente del periódico, José Rubén Zamora, fue secuestrado por más de diez horas, y el joven periodista investigativa Óscar Ixmatul fue perseguido por desconocidos que lo amenazaron cuando lograron interceptarlo. Aunque no fue claro inicialmente si el secuestro de Zamora tuvo que ver con su periodismo, dada la agresión contra Ixmatul tan enseguida, se crea que ambas agresiones representan intentos de silenciar a los periodistas y «elPeriódico».
Silvia Gereda, directora de «elPeriódico», quien denunció este caso ante el Observatorio de los Periodistas de CERIGUA, mostró su preocupación por ambas agresiones.
Ixmatul, periodista miembro del equipo de investigación del diario «elPeriódico», fue perseguido por la tarde del 21 de agosto de 2008 por varios desconocidos que se conducían en un vehículo blanco. Ixmatul se percató del seguimiento y abordó un autobús. Unas cuadras más adelante, cuando creía que el automóvil se había retirado, descendió del colectivo.
Sin embargo, de inmediato apareció el automóvil, del que bajaron tres hombres fuertemente armados, quienes lo pegaron a la pared y lo insultaron con clara intención de intimidarlo. Los individuos le quitaron su teléfono celular y varios documentos de trabajo.
Gereda informó que Ixmatul trabaja, con bajo perfil, en temas de corrupción gubernamental considerados graves, así como de contrataciones anómalas. Dijo que por las características de los agresores y la forma del ataque contra Ixmatul, lo considera como un claro mensaje de intimidación contra el medio que dirige y lo asocia con el ocurrido a Zamora, casi de forma simultánea.
Una denuncia del caso de Ixmatul ya fue presentado ante el Ministerio Público.
Mientras tanto, Zamora fue agredido y secuestrado por más de diez horas por individuos que lo interceptaron en un sector de la zona 10 de la Ciudad de Guatemala. Fue liberado en el departamento de Chimaltenango, a 56 kilómetros al occidente de la capital.
Los delincuentes dejaron abandonado el automóvil de Zamora en un sector de la zona 9, del que sustrajeron tarjetas de crédito, un maletín con papelería diversa y documentos de «elPeriódico». La Fiscalía de la Sección de Derechos Humanos, Unidad de Periodistas y Sindicalistas, inició una investigación del caso.
El periodista fue liberado por sus captores cerca del hospital de Chimaltenango, a donde fue llevado sin ser identificado. La directora de «elPeriódico» informó que los análisis de sangre hechos a Zamora reportan una alta dosis de barbitúricos de fuerte potencia. Dijo que el presidente de ese diario ingresó al hospital con los signos vitales muy débiles.
Los investigadores descubrieron que su teléfono celular fue usado en horas de la tarde del 21 de agosto, en Chimaltenango, mientras que con las tarjetas de crédito se hicieron pagos en dos supermercados, en tiendas de conveniencia, en gasolineras y en una farmacia.
Gereda informó que Ixmatul trabaja, con bajo perfil, en temas de corrupción gubernamental considerados graves, así como de contrataciones anómalas. Dijo que por las características de los agresores y la forma del ataque contra Ixmatul, lo considera como un claro mensaje de intimidación contra el medio que dirige y lo asocia con el ocurrido a Zamora, casi de forma simultánea.
Ileana Alamilla, coordinadora del Observatorio de los Periodistas de CERIGUA y presidenta de la Comisión de Libertad de Prensa de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), dijo que ya se informó de esta grave situación a instituciones de derechos humanos a nivel nacional e internacional, así como a comités y entidades de defensa de la libertad de expresión en el mundo.
«Estos ya no son mensajes subliminales sino una agresión directa, que busca silenciar a la prensa en Guatemala», agregó Alamilla, quien consideró urgente que el ente investigador y las instancias obligadas a brindar seguridad den respuestas inmediatas a estos graves hechos contra la prensa.
Organizaciones de defensa a la libertad de expresión, como el Comité de Protección a los Periodistas (CPJ, por su sigla en inglés), la Fundación Knight de Prensa Internacional, la Sociedad Interamericana de Prensa y entidades de derechos humanos se solidarizaron con Zamora y demandaron al gobierno que esclarezca el móvil de los ataques.
La residencia de Zamora fue allanada en junio 2003, por miembros de cuerpos de seguridad del estado, él su familia fue intimidada y amenazada de muerte. El hecho ocurrió luego de que publicara una columna en la que señalaba que el general Efraín Ríos Montt era parte fundamental del poder paralelo en Guatemala. Por este caso se llevó un juicio en el que resultaron condenados algunos de los ejecutores. Por ordenes de la Comisiòn Interamericana de Derechos Humanos, Zamora gozaba de seguridad, la que le fue retirada en este gobierno.