Expertos en libertad de expresión en las Americas explican por qué el caso de la valiente periodista Jineth Bedoya es una oportunidad histórica para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos siente precedentes con respecto a la violencia contra periodistas mujeres y el deber de los estados de protección, prevención e investigación frente a estos crímenes.
20 años, cientos de audiencias y miles de horas de denuncias después, el caso de la periodista y defensora de derechos humanos Jineth Bedoya Lima llega a una instancia decisiva: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ) decidió presentar el caso de la periodista contra el Estado de Colombia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
Bedoya fue secuestrada, violada y torturada por paramilitares cuando realizaba un reportaje en un cárcel en las afueras de Bogotá, Colombia. Tras años de litigios y búsqueda de justicia, recién este año el Estado colombiano encarceló a tres paramilitares por el caso pero aún quedaba mucho por hacer, entre eso, que el propio Estado reconociera su responsabilidad en el horrendo caso y acabara así con la impunidad del hecho.
Asi, la decisión de la CIDH del pasado 17 de julio constituye un paso histórico y la resolución de la Corte IDH sentará precedentes sobre materias tan acuciantes para la región como la violencia de género y los grupos paramilitares en connivencia con algunos elementos del Estado.
En este artículo consultamos a juristas y expertos de la región para explicarte por qué este caso es tan importante y cómo puedes utilizar los precedentes que siente para aplicarlos en otros casos.
Según lo dicho por la CIDH en su comunicado de prensa, este caso «constituiría la primera oportunidad para que la Corte Interamericana se pronuncie sobre el deber de prevención del Estado en casos que se relacionan con el ejercicio de la libertad de expresión de mujeres periodistas, y las obligaciones positivas de protección con enfoque de género que los Estados deben adoptar para garantizar la seguridad de mujeres cuando se encuentran en una situación de riesgo especial, en una de las regiones más peligrosas para el ejercicio del periodismo.»
Estado ausente
Para la CIDH «existía un riesgo real e inminente para la periodista de sufrir un ataque o agresión, debido a que había sido víctima de constantes amenazas y ataques contra su vida e integridad personal antes de su secuestro, las cuales fueron puestas en conocimiento de las autoridades estatales en diversas ocasiones.”
“A pesar de que el Estado colombiano tuvo conocimiento de dicha situación de riesgo, no adoptó medidas entendidas como razonables para protegerla y evitar la materialización de dicho riesgo, vulnerando su derecho a la vida, integridad y libertad personal, así como su derecho a la libertad de expresión”, añade.
Rodeada de impunidad
Al saberse la noticia de la CIDH el pasado 19 de julio, Bedoya brindó una conferencia de prensa junto a las organizaciones que han acompañado su caso: nuestro miembro en Colombia, la FLIP y el Centro por la Justicia y Derecho Internacional (CEJIL).
«Durante los últimos 19 años me he dedicado a tratar de seguir adelante con mi vida ejerciendo mi profesión de periodista en condiciones que violan todos los estándares de libertad de expresión, por tener que hacerlo escoltada y en un carro blindado. Rodeada de las mas flagrante impunidad y re victimización por parte del Estado Colombiano y expuesta aún a constantes amenazas como consecuencia del activismo que asumí en defensa de las mujeres víctimas de violencia de género», sostuvo.
«He sido la propia investigadora de mi crimen y las pruebas y testimonios que recaudé durante estos largos años más la confrontación cara a cara con mis victimarios a la que me obligo la Fiscalía General de la Nación y la perseverancia por no declinar en la búsqueda de justicia permitió que tres de mis victimarios pudieran ser llevados a los estrados judiciales. Este es un logro absolutamente mío y de los abogados que me han acompañado en el proceso, mas no del Estado colombiano que no le ha importado para nada mi sufrimiento y el de mi madre. Un Estado que no hizo nada para evitar el atentado que en 1999 casi termina con la vida de ella y el secuestro un año más tarde que termino matándome en vida», añadió.
Bedoya advirtió que “nada, absolutamente nada” la detendrá para denunciar que las mujeres periodistas en Colombia han tenido que llevar “la peor carga de lo que tienen que ver con el abuso y la libertad de expresión que ha sido vulnerada en este país.»
«Este paso que hemos dado de llevar el caso a la Corte Interamericana, abre una puerta de esperanza para miles de mujeres que fueron violadas en medio del conflicto armado», sentenció.
Repercusiones regionales y precedente histórico
Para Viviana Krsticevic, Directora Ejecutiva de CEJIL, este caso “tendrá repercusiones en toda la región”.
“Tanto en el tema de garantías para el ejercicio del periodismo como en los temas de violencia sexual e impunidad. Además permite llamar la atención acerca de las amenazas que son unos de los ataques más prevalentes y con mayor grado de impunidad”, dijo a IFEX.
“Es muy oportuno que el caso llegue a la Corte en este momento por la situación de Colombia, por las mujeres periodistas y las víctimas de violencia en la región”, añadió.
“Jineth Bedoya es una extraordinaria periodista y una gran lideresa de derechos humanos. Ella ha mantenido a lo largo de los años una postura firme y consecuente para exigir que el Estado cambie la respuesta que le da a las mujeres víctimas de violencia. Su caso ante la Corte IDH impulsará el establecimiento de mayores garantías para el ejercicio del periodismo en Colombia quebrando la insidiosa impunidad”, sostuvo.
En la misma línea se situó Pedro Vaca, Director Ejecutivo de la FLIP: “este caso abre una oportunidad enorme para que se siente una jurisprudencia regional. Esto marcará estándares para que los estados mejoren su atención y garantías de derechos.” Vaca señaló que el caso de Jineth permitirá a la Corte sentar precedente sobre varios desafíos que hoy existen el las Américas, tales como “ataques a la libertad de expresión, los temas de violencia de género” los cuales impiden que “las periodistas puedan ejercer el periodismo sin violencia.»
Caso histórico y fin de la impunidad
“El caso de Jineth Bedoya es emblemático para la región por varias razones. En primer lugar por la propia lucha de la víctima que sobrevivió a un secuestro y asalto sexual, como clara represalia a la difusión de información sobre los privilegios de un grupo irregular como los paramilitares. En un contexto en el que fallo la protección estatal.
También porque el caso no fue debidamente investigado durante varios años y fue la propia víctima la que tuvo que investigar su caso”, dijo el Relator Especial para Libertad de Expresión de la CIDH, Edison Lanza.
“Por otra parte el caso reúne los patrones que afectan a muchas mujeres periodistas en la región: riesgos elevados por hacer periodismo investigativo de sufrir violencia diferenciada basada en el género y falta de medidas de protección y acceso a la justicia con perspectiva de género. Es una oportunidad para que la Corte Interamericana también se pronuncie sobre estos temas”, agregó.
Otra experta en este tipo de casos, la Directora de Incidencia y Litigio Internacional del Centro Robert F. Kennedy for Human Rights Angelita Bayens también conversó con IFEX sobre la relevancia “fundamental” de este caso.
Además de resaltar que será la primera vez que la Corte IDH analice el impacto la violencia sexual de las mujeres periodistas, Bayens destacó que si bien el caso tiene una “justicia parcial” en Colombia con el encarcelamiento de tres paramilitares “que no haya ninguna responsabilidad a nivel estatal cuando estaba en un lugar en teoría custodiado por agentes del Estado es una barbaridad”, advirtió.
Este hecho, que trasciende el caso de Bedoya, “es bastante ilustrativo de una problemática mas general de connivencia entre los paramilitares y elementos del Estado”, sostuvo Bayens.
“Bedoya ha sido excepcionalmente valiente y que su caso llegue a la Corte es una forma de reivindicar a todas las mujeres víctimas de violencia sexual. Que hay esperanza”, señaló.
Para la abogada y ex Relatora Especial de Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, el caso es histórico por lo menos por dos razones. Una porque toma el caso de la violencia contra una mujer periodista y eso “revela las diferencias que existen en el tipo de agresiones” de las que son víctimas.
Y segundo porque “levanta el tema de la violencia paramilitar contra los periodistas”.
“El caso muestra desde el momento uno las complejidades que tiene la violencia paramilitar contra la prensa que llegan hasta hoy, donde siguen existiendo espacios de impunidad. Esas dos razones y la forma en como el Estado hace frente a estos grupos permitirán sentar precedentes en estos dos temas”, sostuvo.
Para leer más sobre este caso y la campaña contra la impunidad de Jineth Bedoya puedes entrar a estas notas: Jineth Bedoya Lima: Cronica de una justicia atrasada y Hacia la justicia y la construcción de la paz – Perfil del país Colombia.