Zamora fue condenado a una pena de seis años de cárcel en junio de 2023 por el delito de lavado de activos, un fallo que muchos calificaron de persecución política.
Este artículo fue publicado originalmente en cpj.org el 20 de noviembre de 2024.
Menos de un mes después de que el periodista guatemalteco José Rubén Zamora comenzara a cumplir arresto domiciliario, un tribunal de apelaciones le ordenó regresar a la cárcel el 15 de noviembre de 2024. Zamora continúa su arresto domiciliario mientras sus abogados y la Procuraduría General de la Nación apelan el fallo, su hijo declaró al CPJ.
La decisión es un nuevo golpe a la libertad de prensa en Guatemala. Zamora, presidente de la extinta publicación elPeriódico, ya había cumplido 813 días en prisión y había sufrido años de hostigamiento gubernamental por una cobertura informativa que desafiaba a la élite política del país.
Zamora fue condenado a una pena de seis años de cárcel en junio de 2023 por el delito de lavado de activos, un fallo que muchos calificaron de persecución política. Un tribunal de apelaciones revocó el fallo en octubre de 2023 y el nuevo juicio ha sido aplazado debido a las constantes trabas procesales.
El CPJ ha instado reiteradamente al Gobierno guatemalteco, y en especial al presidente Bernardo Arévalo, a poner fin a los procesos judiciales contra Zamora y al hostigamiento de su familia y del gremio periodístico.
En una entrevista ofrecida al CPJ antes de que se le revocara la medida de arresto domiciliario, Zamora habló del impacto de estos cargos sobre su persona, de su firme compromiso con la libertad de prensa y de las crecientes amenazas que enfrentan los periodistas en un clima cada vez más represivo.
Se ha editado la entrevista para hacerla más clara y concisa.
¿Cómo ha sido esta vuelta a casa después de más de 800 días en una cárcel?
Ha sido una experiencia llena de intensas emociones e inesperados momentos. Se vinieron a mi casa unas 10 personas que fueron las que de manera rotativa me estuvieron llevando comida y me visitaban, me acompañaban una hora a la semana cada uno y me trajeron para acá y se fueron a las cuatro de la mañana. Me despertaron a las ocho. [Era una llamada] de la Sociedad Interamericana de Prensa, los directores estaban reunidos en Córdoba, Argentina, y querían conversar conmigo.
He tenido días de siete entrevistas, me han querido ver los embajadores de Europa, Estados Unidos, de América Latina. Después he salido a caminar en la calle, camino 10 kilómetros diarios y toda la gente detiene su carro y se baja a tomarse fotos y me han abrumado con cariño y afecto.
Ha sido intenso, ya no estaba acostumbrado a socializar. Siempre he sido muy tímido y escribo, no hablo en público. También tengo problemas de salud que debo atender, pero aquí estoy, tratando de adaptarme.
Y consciente de que estoy preparado, que en cualquier momento me pueden venir a traer de regreso [a la cárcel]. Y estoy listo para cuando vinieran y regresar otra vez. Y volveré a salir y llegará el momento que me tienen que dejar libre.
¿Cómo fue su experiencia en la cárcel de Mariscal Zavala, ubicada en una base militar en la zona norte de Ciudad de Guatemala?
Mariscal Zavala fue un shock. Vinieron por mí [en julio de 2022], entraron por el techo 18 hombres con pasamontañas, fusiles, carros sin placas. Y me llevaron. Nunca me dijeron de qué se trataba.
Pasé 14 días sin dormir con una luz morada que no podía ver bien. No había teléfono y no me dejaron hablar con mis abogados. En lo que salí a la primera audiencia, las autoridades entraron en mi celda y en una bolsa dejaron centenas de insectos. Me entraron gusanos en los brazos, en los muslos, en las piernas. Logré entrar un insecticida y acabé con los animales, pero me intoxiqué. Cambiado el gobierno, mis condiciones cambiaron. Me permitieron tener luces fuertes y me permitieron poner un calentador, calentar mi comida.
La fiscalía dice que no lo persigue a usted como periodista, sino como empresario. ¿Cómo responde usted ante esas cosas?
Para mí es difícil pensar que José Rubén Zamora no es periodista. Si es a lo único que me he dedicado. Me siguieron siete meses, me quisieron meter en la cárcel. Si a eso se suma que pidieron penas de 20 años, igual que la pena máxima de lavado o chantaje, por escribir columnas de opinión, este argumento pierde credibilidad.
¿Quiénes lo persiguen? ¿Quiénes están detrás de todo este plan?
Nuestra democracia experimentó una metamorfosis siniestra. Y cada cuatro años hemos venido eligiendo un presidente ladrón por nombre que gobierna con las estructuras del alto mando militar, el crimen organizado y los monopolios. Y siempre les disgustó que elPeriódico no estaba alineado con sus intereses y que éramos independientes y denunciábamos la corrupción y el narcotráfico, que forman parte de ese sistema.
Pero en 2007 se volvieron más: una estructura criminal. Es una una amalgama de intereses, que se adueñaron del país, que son insensibles a los problemas de la gente. Creo que habría sido mejor para ellos que yo hubiera seguido con mi periódico porque, al final, sacar a la luz su corrupción era menos perjudicial que mi encarcelamiento.
Esta no es la única vez que usted ha estado en peligro por su profesión. ¿Cómo ha afectado esto a José Rubén a nivel personal, a su familia?
Mis hijos jamás pararon. Les dañó su vida, su moral, pero nunca se rindieron ni se sintieron avergonzados, sino que trabajaron muy bien. El más pequeño quería ser un académico, sacar su doctorado, estaba con una carrera muy sólida y tuvo que irse con su mamá porque lo estaban persiguiendo. Está sin trabajo y no tiene todavía papeles. Ha sido muy duro para ellos y para mí.