El juez Víctor Narváez consideró que las pruebas presentadas por la Fiscalía no eran suficientes para condenar el presunto autor del asesinato del periodista José Everardo Aguilar.
(FLIP/IFEX) – El 14 de noviembre de 2009 se llevó a cabo en Popayán, Cauca, el juicio del presunto autor del asesinato del periodista José Everardo Aguilar. Arley Manquillo Rivera, inicialmente sindicado por la Fiscalía de haber cometido el crimen, fue declarado inocente en la etapa de juicio. Desde ya, la Fiscalía anunció que apelará la decisión.
El fallo absolutorio fue emitido por el Juez Primero Penal Especializado de Popayán, Víctor Narváez, quien consideró que las pruebas presentadas por la Fiscalía no eran suficientes para condenar al presunto homicida de José Everardo Aguilar.
José Everardo Aguilar fue ultimado el 24 de abril en el municipio de Patía, Cauca, cuando un sicario se presentó en su casa y le disparó en seis oportunidades. El comunicador era el corresponsal de Radio Súper y tenía una larga trayectoria periodística en la región. En su espacio radial abordaba temas de la política local y hacía denuncias constantes de corrupción en la administración municipal y departamental.
La Fiscalía contaba como prueba principal con la declaración de la testigo presencial del homicidio, Agnolia Aguilar, hija del periodista. Agnolia Aguilar había realizado el retrato hablado del sindicado y lo reconoció en fila en varias oportunidades. Nunca dudó que se trataba de él.
No obstante, el juez aseguró que el testimonio de Agnolia Aguilar perdía credibilidad porque, según él, se trataba de una persona «perturbada» por la escena del crimen y la muerte de su padre. Además, manifestó que había algunas incoherencias en la descripción física del asesino.
Hubo un segundo testimonio con el que contaba la Fiscalía. Se trataba de otra persona que identificó al asesino y suministró a la Policía la foto utilizada para la captura, llevada a cabo el 8 de julio. Sin embargo, este testigo no quiso participar en el juicio al sentir temor por su vida.
Por su parte, la defensa del acusado presentó como prueba el testimonio de Aura Nidia de la Cruz, esposa de Manquillo, y María Eugenia Potosí, vecina del mismo, quienes aseguraron que en el momento del asesinato el sindicado se encontraba en Popayán en una reunión de la Agencia Presidencial para la Acción Social, un programa de apoyo a desplazados por la violencia. Las testigos presentaron una supuesta acta original de la reunión. No obstante, la Fiscalía desvirtuó este hecho pues, al realizar la verificación con la Secretaría de Gobierno de Popayán, no existían actas de la supuesta reunión, las cuales debían reposar en ese despacho.
Así mismo, el Ministerio Público, presente en el juicio a través de la Personería, había solicitado al juez que se diera prioridad al testimonio de la testigo presencial de los hechos, debido a que la versión de De la Cruz y Potosí no podía ser objetiva por tratarse de personas allegadas al acusado.
Finalmente, el juez consideró que un solo testimonio, venido de la hija del asesinado, no era suficiente para condenar al acusado, además de las dudas que tenía de dicha versión.
Por otro lado, el juicio tuvo ciertas irregularidades procesales. Primero, el retrato hablado que hizo Agnolia Aguilar perdió relevancia como documento de prueba porque no ingresó de manera adecuada al proceso, es decir, en cadena de custodia. Y segundo, las fotografías utilizadas para el mosaico de reconocimiento fotográfico no estuvieron en el juicio por estar aún en el almacén de custodia.
La Fiscalía aseguró a la FLIP que no esperaba la decisión del juez debido a la contundencia de las pruebas y del apoyo del Ministerio Público. Además, manifestó que el juez, al momento de absolver al acusado, «presentó argumentos poco convincentes» y al parecer no entendió algunas explicaciones de la Fiscalía.
Por su parte, Agnolia Aguilar manifestó a la FLIP que se sentía «destrozada» por el fallo y dijo, «No entiendo cómo el juez desestimó las pruebas presentadas por la Fiscalía». Agnolia Aguilar añadió que era increíble que los argumentos de la defensa hubieran sido tenidos en cuenta a pesar de que la Fiscalía había corroborado su falsedad.