Las manifestaciones para reclamar justicia por la desaparición de 43 estudiantes han degenerado después de que el gobierno admitiera que podrían haber sido asesinados.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 17 de noviembre de 2014.
Las manifestaciones para reclamar justicia por la desaparición de 43 estudiantes han degenerado después de que el 7 de noviembre de 2014 el gobierno admitiera que podrían haber sido asesinados. Al menos siete periodistas fueron agredidos frente a la sede del Partido Revolucionario Institucional en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero (sudoeste de México).
El 11 de noviembre al menos siete periodistas fueron agredidos por las fuerzas del orden en medio de los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, en Chilpancingo. Los reporteros cubrían el desalojo de manifestantes, que habían incendiado las instalaciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El periodista Carlos Navarrete Romero, del diario El Sur Acapulco, explicó a Reporteros sin Fronteras que los policías lo atacaron: lo golpearon y recibió una pedrada, pese a que se había identificado claramente como periodista. Por intentar defender a su colega, los fotógrafos Sebastián Luna, del diario Vértice, y Anwar Delgado Peralta, del diario El Universal, corrieron la misma suerte. El fotógrafo Jesús Eduardo Guerrero Ramírez, de la Agence France Prensa y los periodistas Rosario García, del periódico El Financiero, José Antonio Belmonty Alejandro Cardona, del diario Milenio, también fueron heridos.
Todos dan cuenta de la dificultad creciente de cubrir las manifestaciones. El 12 de noviembre pasado periodistas de medios de comunicación locales e internacionales se manifestaron frente al Palacio de Gobierno de Chilpancingo para pedir que se ponga fin a los ataques contra la prensa. La trivialización de la violencia que padecen los profesionales de los medios de comunicación en el ejercicio de sus funciones es aún más preocupante puesto que, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 89% de los ataques que sufren los periodistas permanecen en la impunidad.
“Reporteros sin Fronteras exhorta a las autoridades federales y a las de Guerrero a condenar firmemente las agresiones a periodistas”, señaló Claire San Filippo, responsable del Despacho Américas de nuestra organización. “La policía y los manifestantes deben respetar el trabajo informativo de los periodistas durante las manifestaciones. La resolución sobre la promoción y la protección de los derechos humanos en el context de las manifestaciones pacíficas adoptada en marzo de 2014 por la Organización de las Naciones Unidas compromete a las autoridades a poner particular atención en la seguridad de los periodistas en este tipo de situaciones”, añadió.
Desde el 26 de septiembre de 2014 México es escenario de protestas masivas contra el gobierno por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero. Las confesiones de narcotraficantes han apuntalado la hipótesis de que se trató de una massacre en la que participaron las autoridades locales y la policía. En algunas regiones las manifestaciones han dado un giro violento, reflejando la cólera de los mexicanos frente a la violencia, la colusión de las autoridades con el crimen organizado y la impunidad generalizada.
México se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.