(FLIP/IFEX) – Después de publicar una investigación sobre el recaudo de aportes en la cuenta particular de un funcionario público, la periodista Gala Marcela Peña Álvarez del diario «La Opinión» de la ciudad de Cúcuta, capital del departamento nororiental Norte de Santander, fue vetado por el alcalde Ramiro Suárez Corzo. A las seis de la […]
(FLIP/IFEX) – Después de publicar una investigación sobre el recaudo de aportes en la cuenta particular de un funcionario público, la periodista Gala Marcela Peña Álvarez del diario «La Opinión» de la ciudad de Cúcuta, capital del departamento nororiental Norte de Santander, fue vetado por el alcalde Ramiro Suárez Corzo.
A las seis de la mañana del 27 de octubre de 2005, día en que fue publicada la nota, el alcalde llamó a la periodista y la insultó. Más adelante, en un programa de radio local se refirió a ella en términos ofensivos. Por último, le ordenó a la oficina de prensa de su despacho no volver a suministrarle ningún tipo de información.
En la nota publicada, Peña recogió diversas denuncias anónimas sobre el aparente recaudo irregular de aportes para el alumbrado público navideño.
Tal y como lo documentó la denuncia, en la cuenta particular de Rafael Segundo Ramírez, director de Orden y Espacio Público de la Secretaría de Gobierno de Cúcuta, se estaban consignando los aportes de los comerciantes de El Malecón y la avenida Los Libertadores. Cuando la periodista le preguntó al funcionario cuál era el monto de los recaudos, éste le respondió que las declaraciones «sólo las daba el Alcalde».
Peña le manifestó a la FLIP su preocupación por esta situación, y concluyó que se estaba coartando el derecho a la información de los lectores de «La Opinión». No sólo el alcalde se negó a darle declaraciones posteriormente, sino que también otro funcionario de uno de los órganos nacionales de vigilancia y control evadió hablar de la denuncia. Las palabras del alcalde y sus órdenes a varios funcionarios de negarle declaraciones a la periodista han enrarecido el trabajo de Peña.
La FLIP intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con el alcalde, pero fue imposible contactarlo. La oficina de prensa de su despacho manifestó escuetamente que el alcalde sólo le hizo un reclamo a la periodista, pero que de ninguna manera la había vetado.