En decenas de países en todo el mundo, las radios comunitarias son censuradas, multadas o simplemente no tienen derecho a emitir legalmente.
El 3 de mayo fue proclamado el Día Mundial de la Libertad de Prensa por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1993, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO adoptada en 1991. Es una ocasión para informar a la ciudadanía acerca de las violaciones a la libertad de expresión. En decenas de países en todo el mundo, las radios comunitarias son censuradas, multadas o simplemente no tienen derecho a emitir legalmente, mientras que las y los comunicadores que las integran son acosados, atacados, detenidos e incluso asesinados. Después de haber incorporado, a pedido de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), a los integrantes de medios comunitarios a la lista de periodistas a ser protegidos por Naciones Unidas, UNESCO acaba de reconocer, en abril de 2012, a esta organización como ONG asociada. Es un logro significativo para las radios comunitarias y asociativas.
«Hablar sin riesgos : Por el ejercicio seguro de la Libertad de Expresión en todos los Medios» es el tema de la edición 2013 del Día Mundial de la Libertad de Prensa. En ocasión de la Conferencia Internacional organizada por UNESCO que tendrá lugar en San José, Costa Rica, del 3 al 5 de mayo, AMARC llama a que se respete la libertad de instalar y acceder al espectro radioeléctrico, especialmente a las radios comunitarias, y a que se garantice una distribución equitativa de las frecuencias.
AMARC reafirma que los comunicadores de la sociedad civil son la nueva frontera de la comunicación. Son esas mujeres y hombres quienes juegan un rol fundamental en las zonas de conflicto y en situaciones de crisis climática o natural; en la información y la protección de la población y en los procesos de reconstrucción. AMARC llama a que los gobiernos y los Estados, al igual que las autoridades reguladoras de la prensa y del audiovisual respeten sus compromisos en cuanto a la libertad de la prensa y de la radiodifusión.
En todo el mundo, las radios comunitarias deben contar con condiciones para crecer y trabajar en condiciones de seguridad económica y jurídica. Su derecho a la radiodifusión debe ser reconocido y reforzado. Sólo las radios comunitarias permiten a los excluidos y marginados – en particular las mujeres y los pobres, al igual que las organizaciones de la sociedad civil – para que ejerzan su derecho a expresarse y esa función debe ser reconocida más ampliamente por la comunidad internacional.
A través del servicio a sus miembros, el trabajo en redes y el desarrollo de proyectos, AMARC reúne una red de más de 4,000 radios comunitarias, Federaciones y aliados de radios comunitarias en más de 130 países. El principal impacto global de AMARC desde su fundación en 1983, ha sido de acompañar y apoyar el desarrollo de un sector mundial de radiodifusión comunitaria que ha democratizado el sector de medios de comunicación. AMARC aboga por el derecho a la comunicación a nivel local, nacional e internacional y defiende y promueve los intereses del movimiento de las radios comunitarias a través de la solidaridad, el trabajo en redes y la cooperación.