(CESO-FIP/IFEX) – El 6 de noviembre de 2007, a las 10:30 a.m. (hora local), tras terminar su espacio radial en la emisora comunitaria Sensación Estéreo, en la costera población de Coveñas, la periodista Olga Bru recibió dos llamadas amenazantes en la que le anunciaban arrepentirse si se quedaba en la ciudad. No es la primera […]
(CESO-FIP/IFEX) – El 6 de noviembre de 2007, a las 10:30 a.m. (hora local), tras terminar su espacio radial en la emisora comunitaria Sensación Estéreo, en la costera población de Coveñas, la periodista Olga Bru recibió dos llamadas amenazantes en la que le anunciaban arrepentirse si se quedaba en la ciudad.
No es la primera vez que Bru es amenazada. En octubre de 2006, cuando se desempeñaba como reportera del periódico «El Meridiano de Sucre», varias llamadas tanto a su teléfono celular, como al fijo, así como un sufragio mortuorio enviado a la sede del diario, la obligaron a abandonar Sincelejo (ver la alerta de IFEX del 17 de noviembre de 2006).
Desde entonces trabaja en la ciudad portuaria de Coveñas, pero las amenazas se reanudaron hace un poco más de dos meses, esta vez, mediante mensajes de muerte a su correo personal. Finalmente, el 7 de noviembre, desde el mismo celular público, en una primera llamada le dijeron: «Váyase de Coveñas o de lo contrario le va a pesar». Mas tarde los amenazadores, en una segunda llamada, puntualizaron: «Apoyar a Sergio Tapia como alcalde, fue un error que le puede costar la vida. ¡Fuera ya del municipio!».
Bru fue asesora de prensa del actual alcalde electo, y en su espacio radial entrevistó a varios candidatos, varios de los cuales fueron preguntados sobre sus presuntos vínculos con grupos al margen de la ley.
Coveñas fue uno de los 44 municipios donde se produjeron desmanes violentos contra la Registraduría o fueron quemadas las urnas, luego de conocidos los resultados de las elecciones, en lo que se ha llamado el «síndrome de los perdedores», fenómeno que no se veía en Colombia desde la guerra civil liberal-conservadora de los años 50, cuando por lo menos 200,000 personas perdieron sus vidas.
«Desde hace 11 meses vengo siendo objeto de amenazas, seguimientos, deslegitimación y estigmatización de mi trabajo sin que los organismos de seguridad logren determinar el origen», le dijo Bru al Centro de Solidaridad de la FIP (CESO-FIP). «Agradezco la seguridad que me ha prestado la estación de policía y los agentes de la SIJIN de Tolú, pero me siento completamente desprotegida».
Respecto a este nuevo caso de terrorismo psicológico, se pronunció el director de CESO-FIP, Eduardo Márquez, que también es el presidente de la Federación Colombiana de Periodistas (FECOLPER): «La abulia estatal respecto a la seguridad de Olga ha sido evidente, desde el día en que presentamos su caso en el comité de protección de periodistas del Ministerio del Interior, el año pasado. Y como si hubiera una conspiración a favor de los agresores de periodistas, la colega no pudo poner una denuncia, pues el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía la remitió a la SIJIN y allí, le dijeron que quien recibía denuncias estaba fuera del municipio. El caso es que Olga esta sin protección desde el 28 de octubre y nadie responde por su seguridad».
FECOLPER representa a más de 1000 periodistas en 18 departamentos de Colombia.
La FIP representa a más de 600.000 periodistas en 116 países.