IFEX habla con la cofundadora y directora del medio digital "Presentes" sobre la realidad latinoamericana en políticas de género, los empujes conservadores y la cobertura estigmatizante.
Ataques, amenazas, asesinatos. Represión policial y social. Estigmatización o directamente invisibilización de sus temas y visiones. Esa es la dura realidad que enfrenta el colectivo LGBTQI+ en las Américas, especialmente en la América latina, donde los niveles de discriminación y censura a esas minorías se traducen en casos diarios de ataques y hostigamiento. Junto con los niveles de violencia está la impunidad de los que cometen estos crímenes.
Con este mar de fondo, las periodistas Ana Fornaro y María Eugenia Ludueña fundaron «Presentes», un medio digital e independiente orientado a poner en la agenda, de una manera ecuánime y no estigmatizante, los asuntos de identidad de genero, diversidad sexual y los reclamos, opiniones y voces del colectivo LGBTIQ en América Latina.
«Jugamos un rol importante», dice Fornaro, cuya voz se enciende a la hora de hablar del proyecto y su misión. «Ponemos en agenda aquello que el periodismo mainstream, por llamarlo de alguna forma, no hace», añade.
Para la periodista, hay una «avanzada conservadora» que está en contra de la idelogía de género y la libertad de expresarse de estos colectivos y es por ello que «Presentes» también se planta desde un enfoque regional para hacer frente, desde el periodismo, a esta avanzada.
«El activismo es clave ahora mismo, pero también es clave el periodismo: reflejar esto que está pasando, contar estas historias, amplificar voces, dar lugar a los debates, es nuestra tarea y misión cotidiana», sostiene Fornaro.
El medio, que cumplió su primer año el 24 de noviembre, tiene su sede en Argentina pero tiene corresponsales en varios países de la región. Su tarea, al decir de Fornaro, es «titánica», ya que no solo es cubrir profesionalmente el área, es también «educar» cómo abordar estos temas.
Sus fundadoras quieren llevar las buenas prácticas de la profesión a esta área y «acabar con la discriminación» que hay en la cobertura de estos temas. Es por ello que hicieron talleres de capacitación y tiene planeado sacar un manual de estilo para la cobertura de estos temas.
¿Como surgió «Presentes»?
La idea salió el año pasado. Parte del equipo trabajábamos en una agencia del estado llamada Infojus Noticias, una agencia sobre derechos humanos y judiciales que dependía del Ministerio de Justicia de la Nación. Cuando vino [el Presidente] Macri la cerró, porque era extremadamente crítica con el poder Judicial actual y estaba muy alineada con el gobierno anterior.
Al quedarnos sin trabajo, con Maru Ludueña, y otra compañera pensamos un proyecto periodístico enfocado especificamente en temas de diversidad sexual desde una perspectiva de derechos humanos y con enfoque regional. Y así surgió «Presentes». Nacimos con el apoyo de la ONG Copadi (colectivo para la diversidad).
Nos dimos cuenta que estos temas, si no son impulsados, a la gente no le importan mucho y los medios no los cubren sistemáticamente, quedan por fuera de la agenda.
Lo del enfoque regional fue porque ya veíamos que es un problema general de América Latina. Se viene avanzando en el tema, pero también existe un empuje conservador en varios países. Hay una resistencia muy fuerte de grupos conservadores que tienen mucho poder y dinero, como algunas iglesias evangelistas y ni hablar de la Iglesia Católica, que están en contra de la «ideología de género». Por eso sentimos que era necesario plantarse desde el enfoque regional y lograr que la voz sea desde varios países.
Conseguimos financiación para el proyecto afuera de Argentina ya que la situación en el país es bastante jodida para la profesión. Lo primero que hicimos fue armar una red de corresponsalías en Perú, Chile, Paraguay y Honduras. Salimos online el 24 de Noviembre de 2016 cuando hubo una manifestación en contra de los travesticidios en Argentina.
Decidimos salir ese día como una fecha simbólica, porque una de las cosas que más nos importa es visibilizar la violencia de género. La expectativa de vida de las personas trans en América Latina es de 35 años.
¿Que evaluación haces de este primer año?
Somos un equipo super chiquito; dos directoras multiuso y una compañera más, y después contamos con colaboraciones. El hecho de ser un equipo tan chico hace que haya sido todo un desafío este año porque tener un medio autogestionado implica muchas responsabilidades y tienes menos espalda financiera.
También trabajamos con una impronta muy exigente que es la noticia de último momento, lo que hace que el trabajo sea más desgastante. Eso fue una decisión política: si en los demas temas la cobertura periodística funciona así, en este tema no puede ser diferente, tienen la misma urgencia.
Ha sido un año alucinante pero también fue un año de mucho, mucho esfuerzo, somos un equipo pequeñito con una tarea titánica.
Ser uno de los únicos medios enfocados en las temáticas de género y derechos humanos en la región debe también representar un caudal de trabajo cada vez mas grande…
Llueven las denuncias. Un elemento clave para nosotros es el vinculo con las organizaciones sociales LGBTQI+ que son nuestras principales fuentes. Aceitar ese vinculo es todo un trabajo porque cada una tiene su posicionamiento, su interna. Para nosotros es todo un desafío darle lugar a todas.
Una política que tenemos es no sacar notas con menos de dos fuentes, y eso que es básico en el periodismo, muchas veces no lo ves cuando se cubren estos temas.
¿Cómo manejan el aumento de influencia que se genera al ser un medio tan específico?
Con la educación. Además de tener el sitio y hacer periodismo diario nuestra misión es buscar que lo que hacemos tenga una incidencia en la agenda periodística general y que de alguna manera cómo lo hacemos sirva para que los periodistas que no tratan estos temas se puedan acercar de una manera un poco menos discriminatoria. No es solo cubrir la realidad sino ayudar a cambiar la forma en que se cubre esa realidad.
Para eso dimos tres talleres con más de 300 inscriptos y estamos armando una guía de buenas prácticas periodísticas sobre estos temas. Son temas que el periodismo no los toca, y como no están en agenda, cuando salen noticias se enfocan muy mal.
No se trata solamente de utilizar un lenguaje inclusivo, sino también de cómo se enfoca la noticia. El asesinato de una persona trans siempre está enfocado desde un lugar muy amarillista y no desde donde debería estar: un ataque a los derechos humanos y un crimen de género. No se habla de la víctima y cuando se hace se la estigmatiza.
Cuando los grandes medios toman estos temas lo hacen por lo general de manera discriminatoria. Por esto tenemos esta doble misión: cubrir estos temas y darlos a la luz lo mejor posible y por otro lado servir de insumo o incluso capacitar periodistas para tener un impacto en la cobertura más allá de lo que hacemos en «Presentes», que en el fondo es lo más importante; acabar con la discriminación en la cobertura de estos temas.
¿Con que criterio eligieron los países donde tener corresponsales?
Con recursos limitados, elegimos los países que a nuestro juicio son los que tienen más problemas de igualdad de derechos. Paraguay por ejemplo, está todo muy atrasado; es el país con menos derechos y con gran cantidad de violencia, sobre todo hacia las travestis y las trans, que son el colectivo más vulnerable.
En Perú también se dan varios retrocesos, muchos de ellos desde el Parlamento con la bancada Fujimorista que eliminaron varios artículos vinculados a género. Hay una cuestión desde la derecha que todo lo vinculado al genero lo quiere derogar.
Sin embargo, en varias partes del mundo existen movimientos liberales de centroderecha que tienen una agenda de derechos amplia. ¿Cómo se combina eso?
Ser de izquierda o de derecha no te garantiza que posturas vas a tener en estos temas. Es cierto que por lo general los gobiernos más progresistas han acompañado un poco más esta agenda de derecho, pero en muchos casos por el empuje y forzados por la presión de las organizaciones sociales.
La diferencia está en que las derechas liberales, si bien pueden tener una agenda de identidad de género y estar a favor del matrimonio igualitario, luego no promueven desde el Estado políticas públicas reales. Una cosa es ver lo que se promulga a nivel legislativo y queda para afuera y luego ver a que destinan recursos, para que tipo de políticas públicas, que tengan un impacto real en estas personas.
Hablamos de que es buenísimo que las personas homosexuales se puedan casar, pero después las travestis y trans siguen en situación de calle y sin acceso a la salud y el Estado decide no invertir en ello. Eso es lo que está pasando en Argentina ahora a partir del macrismo. Por un lado está esta legislación alucinante y de avanzada que es modelo en todo el mundo, además tenes un discurso oficial muy «gay-friendly» y hubo también una semana de la diversidad bancada por el gobierno de la ciudad.
Si no vivís en Argentina ves eso y decis «¡que buen gobierno!», pero el mismo gobierno no para de cerrar programas que son muy importantes para los colectivos LGBTQI+ o le da rienda suelta a la policía para que reprima.
¿Como visualizas los derechos a expresarse libremente de estos colectivos? ¿Que rol sentís que juega «Presentes» en ese objetivo y como se puede mejorar?
La libre expresión de estos colectivos está sometida a pruebas diarias. No se trata solo de enunciación sino de estar, existir, transitar libremente por las calles con sus identidades sin ser discriminadas o violentados. Entonces, la libertad de expresión la entiendo en un sentido amplísimo, no solo a nivel de periodismo.
«Presentes», junto a otros medios que ponen el énfasis en diversidad sexual desde una perspectiva de derechos humanos, jugamos un rol importante, justamente para visibilizar, profundizar e investigar: poner en agenda aquello que el periodismo mainstream, por llamarlo de alguna forma, no hace. Y algo fundamental: que las voces sean las del colectivo. No «hablar por». Las fuentes tienen que ser las protagonistas. Eso es un tema de enfoque clave para nosotras.
¿Cuanto falta para alcanzar una igualdad de derechos real en América Latina?
Estamos muy lejos de alcanzar igualdad de derechos en América Latina. Hubo avances a nivel legislativo en determinados países pero a su vez está habiendo una resistencia muy fuerte de grupos. No se trata de «tolerancia» o «igualdad». Es una locura que sigamos teniendo las mismas discusiones, que se sigan reclamando cosas básicas como acceso a la educación, a un trabajo, respeto por la identidad autopercibida. Es una locura que a las personas trans las maten por ser trans. Porque no es ser reduccionista, son crímenes de odio. Por lo tanto no soy nada optimista.
El activismo es clave ahora mismo, pero también es clave el periodismo: reflejar esto que está pasando, contar estas historias, amplificar voces, dar lugar a los debates, es nuestra tarea y misión cotidiana.
Maru Ludueña (D) y Ana Fornaro (I), co-directoras y fundadoras de «Presentes», dando un taller de periodismo en la Fundación Tomás Eloy MartínezAgencia Presentes