El periodista, asesinado el 6 de enero de 2012 en Cadereyta, aparentemente fue víctima de un error, lo habrían confundido con otra persona, según los primeros resultados de la investigación.
(RSF/IFEX) – el 12 de enero de 2012 – El periodista Raúl Régulo Garza Quirino, asesinado el 6 de enero de 2012 en Cadereyta (estado de Nuevo León), aparentemente fue víctima de un error, lo habrían confundido con otra persona, según los primeros resultados de la investigación. Así, ahora se descarta que el móvil del crimen esté relacionado con su actividad profesional.
El periodista, colaborador del semanario local La Última Palabra, acababa de adquirir un nuevo vehículo – un Jetta negro (marca Volkswagen) – a bordo del cual fue salvajemente acribillado a unos metros de su domicilio. Al día siguiente del crimen, los asesinos volvieron al barrio donde vivía el periodista y mataron a uno de sus vecinos, quien poseía un auto del mismo modelo. Hecho que apoyó la hipótesis de que esta última víctima era el hombre al que buscaban y no el periodista.
Según Miguel Óscar Pérez, director editorial de La Última Palabra, Raúl Régulo Garza Quirino nunca firmaba sus notas. En el semanario no se publica información relacionada con la actividad del crimen organizado porque “no hay ninguna garantía para nuestra seguridad”, explicó Miguel Óscar Pérez al Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), organización colaboradora de Reporteros sin Fronteras.