(FLIP/IFEX) – El 16 de octubre de 2004, el diario «El Tiempo» informó sobre la muerte de Jaime Alberto Madero Muñoz, vendedor de prensa de Santa Marta -ciudad de la costa norte colombiana- dentro de un informe que publicó relacionado con la situación del periodismo en el caribe. Madero fue asesinado por un sicario el […]
(FLIP/IFEX) – El 16 de octubre de 2004, el diario «El Tiempo» informó sobre la muerte de Jaime Alberto Madero Muñoz, vendedor de prensa de Santa Marta -ciudad de la costa norte colombiana- dentro de un informe que publicó relacionado con la situación del periodismo en el caribe.
Madero fue asesinado por un sicario el 20 de septiembre a las 12:30 p.m. (hora local) cerca a la principal plaza de mercado de esa ciudad, donde todos los días vendía los periódicos locales y nacionales.
Según versiones recogidas por la FLIP, el asesinato estaría relacionado con la publicación que hizo el periódico local «El Informador», de una nota y una fotografía en la que se informaba sobre la captura de unos presuntos miembros de los paramilitares.
A pocas horas de publicada la noticia el periódico se agotó. Madero decidió sacarle fotocopias al artículo y continuó vendiendo las copias. El diario «El Tiempo» narró que un desconocido se le acercó y le dijo «deje de vender esa vaina» y se marchó. Madero no hizo caso a la advertencia y siguió vendiendo la noticia. Minutos después fue asesinado.
Madero vendía periódicos en Santa Marta desde hace 20 años, pero no tenía contrato con ninguno de ellos. En efecto, en diálogo con la FLIP, la gerente de «El Informador» señaló que Madero era uno de los distribuidores del periódico, pero que no tenía ningún tipo de vínculo laboral con el medio.
Éste no es el primer caso en que un distribuidor de prensa es asesinado en Colombia. El 13 de julio de 2002, Elizabeth Obando, encargada de la distribución del diario regional «El Nuevo Día» en el municipio de Roncesvalles (Tolima), fue asesinada por miembros de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes le habían advertido que dejara de vender el periódico o que «se atuviera a las consecuencias» (ver las alertas de IFEX del 15 de agosto de 2003 y 25 de julio de 2002).
La FLIP condena el asesinato de Jaime Alberto Madero Muñoz, pues con éste se buscaba impedir el acceso de los ciudadanos de Santa Marta a una información que resultaba de gran importancia en esa ciudad en la que hay una fuerte presencia paramilitar.