(FLIP/IFEX) – Un nuevo ataque contra los medios de comunicacion, el tercero en menos de un mes, se registro el 9 de diciembre de 2002, en Cúcuta. Una bomba de 15 kilos de amonal exploto a las 10:15 de la noche (hora local) en los equipos de transmision de Caracol Radio, ubicados en el barrio […]
(FLIP/IFEX) – Un nuevo ataque contra los medios de comunicacion, el tercero en menos de un mes, se registro el 9 de diciembre de 2002, en Cúcuta. Una bomba de 15 kilos de amonal exploto a las 10:15 de la noche (hora local) en los equipos de transmision de Caracol Radio, ubicados en el barrio Prados del Este, al oriente de esa ciudad.
La explosion causo daños en la antena de transmision y en la caja de sintonía (equipos utilizados para recibir y transmitir la señal de radio) y dejo fuera del aire a la emisora de la cadena básica de Caracol y Radio Reloj. Pocas horas después, los técnicos lograron restablecer la transmision de la cadena básica, pero hasta el momento Radio Reloj se encuentra fuera del aire. Ninguna persona
resulto herida en el atentado. Según Javier Rojas, gerente de Caracol radio en Cúcuta, el monto de los daños causados por este nuevo atentado, podría alcanzar los trescientos millones de pesos (approximadamente 109.000 USD).
En una llamada telefonica recibida el 10 de diciembre en el periodico «La Opinion», la Unidad Catatumbo del Frente 33 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se atribuyo el atentado. Según le dijo a la FLIP el periodista que recibio la llamada, un supuesto comandante de las FARC, que se identifico como Rubén Zamora, afirmo que ese grupo guerrillero era el autor del atentado contra los transmisores de Caracol porque «le hacían juego a las políticas del gobierno de Uribe y de los militares». El supuesto jefe guerrillero dijo también que las FARC no eran responsables de los dos atentados anteriores contra la prensa en Cúcuta.
El 13 de noviembre una bomba exploto al frente de las instalaciones de RCN radio. Seis días más tarde, la Policía desactivo un explosivo que había sido colocado en la sede de «La Opinion». El 26 de noviembre, el Ejército de Liberacion Nacional (ELN) se adjudico estos atentados en una grabacion enviada a una emisora de Ocaña y advirtio que la «falta de imparcialidad en las noticias» era la causa de estos ataques (ver la alertas de IFEX del 29, 20, 19 y 15 de noviembre de 2002).
A raíz de estos hechos, la Policía de Cúcuta se reunio el 10 de diciembre con los directores de los principales medios de comunicacion. Según el Comandante de la Policía, Coronel Edgar Orlando Vale, las condiciones de seguridad de los equipos de transmision y de las antenas repetidoras facilitan las acciones de la guerrilla. «Se van a realizar estudios de seguridad a los distintos medios y a tomar medidas de proteccion como el aislamiento y la iluminacion de los equipos y vigilancia especial para algunas instalaciones», aseguro el coronel.
Los atentados contra la prensa de Cúcuta se dan en medio de una grave situacion de orden público. La presencia de tres frentes guerrilleros, de grupos paramilitares y de narcotraficantes hacen que esa region fronteriza del nororiente de Colombia presente uno de los más altos índices de violencia. Solo en noviembre, según datos de la prensa local, se registraron más de 113 homicidios en Cúcuta. «Los medios – dice Eduardo Blanco, periodista de Caracol Radio- han informado sobre esto y por eso pretenden silenciarlos».
La FLIP condena esta serie de atentados contra el derecho a informar. La labor de los medios y de los periodistas es informar y así deben entenderlo todos los grupos armados ilegales. Es urgente, además, que los organismos de seguridad del Estado brinden todas las medidas de proteccion necesarias para garantizar que los medios de comunicacion y los periodistas de Cúcuta puedan cumplir con su funcion.