Las redadas en las discotecas para gais de Rusia se han vuelto cada vez más violentas y mucho más frecuentes desde que el Tribunal Supremo Ruso designó al inexistente movimiento LGBTQ+ como organización extremista el 30 de noviembre de 2023.
El artículo se publicó originalmente en ‘Russia Post’ el 6 de diciembre de 2024. Global Voices publicó una versión editada con autorización el 11 de febrero de 2025. El historiador Rustam Alexander analiza el aumento de la homofobia en Rusia, que se ha traducido en redadas cada vez más frecuentes y brutales en discotecas gais rusas, en las que a veces se acusa a los asistentes y empleados de delitos.
Después de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, la Policía rusa ha incursionado en 59 actividades como parte de su ataque contra el llamado «movimiento LGBTQ+»
El 30 de noviembre, la Policía moscovita llevó a cabo una redada en varias discotecas para gais de Moscú. Justo una semana antes, el 23 de noviembre, la Policía hizo una redada en Zebra, en la ciudad de Vorónezh, donde se celebraba una fiesta privada LGBTQ+. Hombres uniformados y enmascarados tiraron al suelo a los asistentes a la fiesta, y los trasladaron a una comisaría local, donde se les dio lo que las autoridades describieron después como «charlas preventivas». Entre los detenidos estaba el famoso travesti Zaza Napoli (originalmente, Vladim Kazantsev). Los organizadores de la fiesta enfrentan ahora penas de hasta 10 años de prisión por «extremismo LGBTQ+».
La ofensiva del Kremlin contra un movimiento inexistente
Estas no son las primeras redadas de este tipo. Semanas antes, a finales de octubre, la Policía rusa hizo una redada en un espectáculo nocturno de transformistas en el bar Dark House de Yaroslavl. A los artistas también se les llevó a la comisaría y los interrogaron por su posible participación en organizaciones extremistas y consumo de drogas. Después, los acusaron de difundir «propaganda LGBTQ+», delito mucho menos grave que el «extremismo LGBTQ+». Ciertamente, Novaya Gazeta Evropa ha revelado que, tras la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, la Policía rusa ha incursionado en hasta 59 fiestas como parte de su ofensiva contra el llamado «movimiento LGBTQ+».
Estas redadas en las discotecas para gais de Rusia se han vuelto cada vez más violentas y mucho más frecuentes desde que el Tribunal Supremo Ruso designó al inexistente movimiento LGBTQ+ como organización extremista el 30 de noviembre de 2023. Menos de 48 horas después de que se tomó la decisión, el 2 de diciembre de 2023, la Policía de Moscú hizo una redada en tres discotecas para gais de Moscu, acosó a los clientes y tomó fotos de sus pasaportes.
Varios meses después, ya en marzo de 2024, la Policía hizo una redada en otra discoteca para gais, Pose, en Oremburgo, ciudad a 1400 kilómetros al sureste de Moscú. Esta vez la Policía no solo acosó a los clientes, también detuvo al gerente y al director artístico de la discoteca. Fueron las primeras personas en Rusia acusadas de extremismo LGBTQ+ por dirigir una discoteca para gais.
Flexibilización postsoviética temprana
Las primeras discotecas para gais «oficiales» de Rusia empezaron a surgir en 1993, poco después de que Boris Yeltsin derogó las leyes que penalizaban la sodomía consentida. Aunque fue una gran victoria para la comunidad gay rusa, la decisión de Yeltsin se encontró con la resistencia de la Policía rusa. Consternados por la derogación de las leyes de sodomía y la creciente visibilidad de la cultura gay en las ciudades rusas, altos funcionarios dieron rienda suelta a su frustración en la prensa.
Uno de ellos, Vladimir Pron, funcionario de un departamento de investigación criminal de Moscú, comentó en abril de 1993: «La sociedad anhelaba el libertinaje y ahora tiene lo que quería. Por el momento, la Policía no tiene derecho a controlar a los homosexuales de ninguna manera. Aunque sepamos de la existencia de un ‘antro gay’, no tenemos derecho a presentar ninguna denuncia en su contra, ya que estos lugares a menudo se han legalizado como discotecas».
No obstante, en algunas ocasiones la Policía rusa ha hecho redadas en clubes para gais con el excusa de que las licencias de bebidas alcohólicas estaban caducadas y de que sus clientes consumían drogas. Por lo general, tras la detención, los clientes quedaban en libertad esa misma noche, mientras que los propietarios de los clubes recibían una multa si sus licencias de licor habían caducado de verdad. Los cargos penales eran muy poco frecuentes en estas redadas, a diferencia de la Rusia actual, donde una condena penal por gestionar o acudir a una discoteca para gais se ha convertido en una posibilidad muy real.
A pesar de las continuas redadas en estas discotecas, a veces más frecuentes, a veces menos, no ha habido un momento Stonewall (nota editorial: la revuelta de Stonewall es una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial del 28 de junio de 1969 en el pub conocido como Stonewall Inn, en Nueva York) para los homosexuales rusos. Aunque la ley de sodomía fue derogada en 1993, las actitudes homofóbicas entre muchos rusos siguen prevaleciendo. (encuestas del Centro Levada –organización independiente y no gubernamental de investigación sociológica y encuestas en Rusia– indican que han ido en aumento en los últimos años: el 62% de los rusos dijeron estar en desacuerdo, en parte o totalmente, con que gais y lesbianas tengan los mismos derechos que los demás ciudadanos, frente al 35% en 2005 y el 40% en 2010). Aún así, las personas LGBTQ+ en Rusia todavía podían tener vidas relativamente satisfactorias, sin persecución, ostracismo, y sin que los mediquen. En este contexto, las discotecas para homosexuales ofrecían seguridad y un sentir de comunidad.
Un entorno cada vez más represivo
Poco después de la invasión a gran escala de Ucrania, Tinder, popular aplicación de citas para heterosexuales y personas LGBTQ+, abandonó Rusia. Aunque Grindr y otras «aplicaciones para conectar» similares se mantuvieron, eran menos seguras que Tinder, que en general se consideraba una aplicación de citas. Incluso antes de la guerra, grupos de vigilancia contra los gais rusos utilizaban Grindr y otras aplicaciones similares para atacar e incluso matar a usuarios, sin que las autoridades rusas ofrecieran protección a las víctimas. Dado el rápido deterioro de la situación de las personas LGBTQ+ en Rusia, es probable que esta tendencia solo se intensifique. En este contexto, el sentir de comunidad que daban las discotecas para gais cobraba aún más importancia.
De la misma manera, las discotecas para gais eran a menudo los únicos espacios donde las estrellas de la cultura pop podían mostrar abiertamente su apoyo a los derechos LGBTQ+. La televisión estatal rusa ha estado dominada por la retórica sobre los «valores tradicionales» y la hostilidad hacia las personas LGBTQ+, y muchos famosos han criticado o guardado silencio. Sin embargo, artistas como Lolita y Olga Buzova no han dudado en dar conciertos en las discotecas gais de Moscú.
El 2 de diciembre de 2023, cuando la Policía de Moscú hizo una redada en la discoteca para gais Mono, Buzova tenía previsto actuar allí. Al enterarse de la redada, canceló su actuación en el último momento. Hoy en día, es probable que los famosos lo piensen dos veces antes de actuar en estos locales, sobre todo ante las reacciones que suscitó la polémica fiesta de Nastya Ivleeva a finales de 2023 (ver la cobertura de Russia.Post aquí).
En la actualidad, los únicos famosos que pueden honrar con su presencia las discotecas para gais son figuras como Zaza Napoli, que a diferencia de Buzova, es famoso sobre todo entre el público de las discotecas para gais . Sin embargo, tras su mencionada detención en Zebra, es probable que Zaza Napoli también muestre cautela.
En el actual entorno cada vez más represivo, los propietarios de discotecas para gais han probado diversas estrategias para sobrevivir. Algunos han optado incluso por demostrar su lealtad a Putin y a su agresión militar contra Ucrania.
En abril de 2022, poco después de la invasión, la discoteca para gais Mono prohibió las canciones de artistas ucranianos, como Svetlana Loboda, Max Barskih, Okean Elzy, Ivan Dorn, Nadia Dorofeeva y varios más.
Los artistas rusos que habían criticado abiertamente la «operación militar especial» de Putin, como Oxxxymiron, Valery Meladze y Noize MC (cantantes heterosexuales muy populares), también fueron incluidos en la lista negra de Mono. Se prohibió que sus canciones sonaran en la pista de baile de la discoteca y se eliminaron de las listas de reproducción de los karaokes. Sin embargo, esta muestra de lealtad no evitó que Mono se convirtiera en el primer objetivo de las redadas homosexuales de la Policía en diciembre de 2023.
Zaza Napoli también ha intentado distanciarse de la comunidad LGBTQ+ en varias ocasiones. En una ocasión, la travesti llegó a exclamar: «¿Por qué tengo que respetar a los LGBT? Deberían aprender a comportarse». Sin embargo, estas declaraciones tan poco convincentes no la protegieron de la redada policial en Zebra.
En Rusia siguen funcionando numerosas discotecas gais, y la Policía no podrá clausurarlos todos a la vez. Sin embargo, es solo cuestión de tiempo: la Policía rusa tiene antecedentes bien establecidos de atacar estos espacios, y no hay razón para creer que vayan a dejar de hacerlo ahora.
A principios de diciembre, se le preguntó a Valery Fadeyev, presidente del Consejo de Derechos Humanos de Putin, si la legislación contra los gais aprobada en los últimos años podría afectar negativamente a la vida de las personas LGBTQ+ en Rusia. Su respuesta: «No, no les ha afectado. Espero que todo siga bien para los gais».