En 2017, 65 periodistas fueron asesinados en el mundo (esta cifra incluye a periodistas profesionales, periodistas-ciudadanos y a colaboradores de los medios de comunicación). 26 de ellos perdieron la vida cuando ejercían su labor informativa, víctimas colaterales en lugares muy peligrosos (bombardeos, atentados, etc.); 39 fueron asesinados de manera intencional, debido a su trabajo de investigación.
Este informe fue publicado originalmente en rsf.org.
El cálculo total del Balance 2017 elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF) incluye a periodistas profesionales, colaboradores de los medios de comunicación y periodistas-ciudadanos. Estos últimos tienen un papel cada vez más importante en la producción de información, en particular en los países con regímenes represivos o en guerra, donde es más difícil para los periodistas profesionales ejercer su oficio. En detalle, el Balance distingue (en la medida de lo posible) a estos actores de la información de los periodistas profesionales, con el fin de poder llevar a cabo comparaciones anuales.
El Balance anual de los ataques cometidos contra periodistas, que RSF elabora desde 1995, se basa en datos precisos. RSF recaba de manera minuciosa información que le permita señalar con certeza o con la mayor fiabilidad, que la detención, el secuestro, la desaparición o la muerte de un periodista es consecuencia directa del ejercicio de su profesión. En los casos en que pierden la vida, RSF hace todo lo posible para distinguir quiénes fueron asesinados deliberadamente por el hecho de ser periodistas y quiénes fueron asesinados mientras realizaban un reportaje. En este Balance no se incluyen los casos en los que nuestra organización no pudo obtener los datos necesarios para establecer con rigor que el ataque estuvo relacionado con la labor periodística o en que la agresión sigue investigándose.
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En 2017, 65 periodistas fueron asesinados en el mundo (esta cifra incluye a periodistas profesionales, periodistas-ciudadanos y a colaboradores de los medios de comunicación). 26 de ellos perdieron la vida cuando ejercían su labor informativa, víctimas colaterales en lugares muy peligrosos (bombardeos, atentados, etc.); 39 fueron asesinados de manera intencional, debido a su trabajo de investigación, que afectaba los intereses de las autoridades políticas, religiosas, económicas o de grupos criminales. Al igual que el año pasado, es mayor el porcentaje de periodistas que fueron agredidos de manera deliberada (60%). El objetivo común de sus detractores: hacerlos callar.
El Balance 2017 de RSF muestra una relativa disminución (-18%) del número de periodistas asesinados, respecto al año anterior (79). Asimismo, en lo que concierne a los periodistas profesionales asesinados (50 este año), RSF observa que 2017 ha sido el año menos mortífero para los periodistas profesionales desde hace 14 años.
Hasta el 1 de diciembre de 2017, en todo el mundo, 326 periodistas estaban detenidos por haber ejercido su labor informativa. Menos que en 2016, cuando la cifra de periodistas que se encontraban tras las rejas ascendía a 348 (187 periodistas profesionales, 146 periodistas-ciudadanos y 15 colaboradores de medios de comunicación). El número de periodistas-ciudadanos detenidos descendió, en particular en China, donde la opacidad de las autoridades sobre la suerte de los periodistas dificulta contar con datos estadísticos. RSF ha logrado recabar más información en este país tan poco transparente respecto a lo que sucede con los reporteros encarcelados, gracias a la abertura este año de una nueva oficina en Taiwán.
Actualmente en el mundo 54 periodistas están secuestrados; el año pasado en la misma fecha eran 52, lo que representa una alza de 4%. Aunque el número de periodistas extranjeros tomados como rehenes aumentó ligeramente en 2017 (+14%), más de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados siguen siendo periodistas locales, que a menudo trabajan por su cuenta en condiciones precarias, expuestos a grandes peligros. En 2017 los periodistas-ciudadanos también pagaron caro su labor: actualmente siete de ellos se encuentran en manos de grupos armados, mientras que el año anterior eran cuatro. Una cifra que confirma la creciente participación de los periodistas-ciudadanos en la producción de información, en particular en zonas de conflicto que se han vuelto inaccesibles para los periodistas profesionales.
Dos periodistas desaparecieron en 2017, hasta la fecha no se sabe nada de ellos. Ambos son originarios del continente asiático. En 2016 sólo un periodista desapareció, el burundés Jean Bigirimana.