En ambos casos, los artefactos explosivos tenían consigo una nota del “Frente de Liberación Nacional”, firmada por un ‘Comandante Ramiro’ quien afirma que “los verdaderos revolucionarios del Ecuador” están cansados de “tanto derroche” del gobierno ecuatoriano.
Este artículo fue publicado originalmente en fundamedios.org el 30 de julio de 2015.
Esta mañana, Fundamedios condenó el estallido de dos bombas panfletarias. Una frente al diario El Universo y la segunda en el ingreso al diario El Telégrafo, de propiedad estatal. “La violencia debemos condenarla provenga de donde provenga”, dijo el Director Ejecutivo de la organización que monitorea, defiende y promueve la libertad de expresión en Ecuador, César Ricaurte. “Las autoridades deben investigar seriamente estos hechos y dar con los culpables. Esperamos que estos no sean otros casos más de violencia contra periodistas y medios de comunicación que han quedado en la impunidad por la falta de pronunciamientos y acciones de las autoridades de Gobierno.” Finalmente, recordó que el Estado ecuatoriano tiene la responsabilidad de proteger y garantizar el trabajo de los periodistas, más aún en situaciones de conflictividad social.
La noche del miércoles 29 de julio, las instalaciones de los diarios El Universo y el estatal El Telégrafo fueron atacados con bombas panfletarias, en Guayaquil. La primera bomba estalló cerca de las 22:00 en las oficinas de El Universo y la segunda aproximadamente una hora después en las instalaciones de El Telégrafo, según se reportaron en las respectivas cuentas de Twitter de esos medios de comunicación.
En ambos casos, los artefactos explosivos tenían consigo una nota del “Frente de Liberación Nacional”, firmada por un ‘Comandante Ramiro’ quien afirma que “los verdaderos revolucionarios del Ecuador” están cansados de “tanto derroche” del gobierno ecuatoriano y, tras criticar a algunos funcionarios, los altos sueldos de los militares, viajes excesivos, escoltas y choferes, menciona que ellos son los responsables del artefacto que estalló el pasado 13 de julio en la sede del movimiento oficialista Alianza PAÍS y advierte de que se trata de un “primer comunicado”.
Dicho panfleto- el cual fue publicado por El Telégrafo y divulgado en redes sociales por el Ministerio del Interior- culmina con la siguiente advertencia: “La primera salva ha sido enviada, seguiremos fortaleciendo los cuadros con jóvenes que se frustran con el tiempo perdido y quieren luchar por un Ecuador mejor”.
Según denunció El Telégrafo, la bomba panfletaria que estalló en las afueras del edificio causó alarma entre los colaboradores que aún se encontraban en las instalaciones donde también funciona el diario estatal PP El Verdadero. “El artefacto fue colocado junto a la reja que da a la avenida Carlos Julio Arosemena, junto al estacionamiento, que en ese momento estaba vacío, justo a la bajada del paso a desnivel que viene de la ciudadela Bellavista”, apuntó el rotativo. Su director, Orlando Pérez condenó los actos de violencia contra el diario público y denunció que en los últimos días han recibido llamadas y mensajes agresivos a través de las redes sociales que solo evidencian el objetivo de “amedrentar el trabajo responsable y ético de los medios públicos”.
En tanto, El Universo publicó que dicha explosión no causó daños materiales, pero que moradores del sector salieron alarmados de sus casas al escuchar el estruendo.
El Ministro del Interior José Serrano informó en su cuenta de Twitter que la Policía Nacional investiga las explosiones, mientras ese Ministerio, a través de la cuenta @MinInteriorEC informó que dichas bombas serían de origen casero y a base de pólvora.
El Fiscal Provincial del Guayas Paúl Ponce, durante un reconocimiento a las instalaciones de los diarios, indicó a los medios que este hecho podría configurarse en un acto terrorista para generar zozobra en la población. Mencionó que la Unidad de Criminalística está a cargo de las investigaciones y que ha dispuesto un acto urgente para esclarecer los hechos. Aún esperan un informe pericial al respecto y la toma de versiones de moradores y empleados.