(RSF/IFEX) – RSF está profundamente sorprendida por la agresión sufrida por Guillermo Fariñas, director de la agencia Cubanacán Press, el 16 de septiembre de 2005, en Santa Clara (Centro). «El ataque a Guillermo Fariñas, extremadamente violento, demuestra que los periodistas independientes cubanos están amenazados no sólo por el gobierno, sino también por grupos ultrarrevolucionarios que, […]
(RSF/IFEX) – RSF está profundamente sorprendida por la agresión sufrida por Guillermo Fariñas, director de la agencia Cubanacán Press, el 16 de septiembre de 2005, en Santa Clara (Centro).
«El ataque a Guillermo Fariñas, extremadamente violento, demuestra que los periodistas independientes cubanos están amenazados no sólo por el gobierno, sino también por grupos ultrarrevolucionarios que, en este caso, se desahogaron con el director de Cubanacán Press, y además lo hicieron ante los ojos de la policía política», ha declarado RSF.
El 16 de septiembre, Fariñas se manifestaba pacíficamente delante de una comisaría, junto con otros quince opositores políticos, para pedir la liberación de una de ellos, Noelia Pedraza Jiménez, que acababa de ser detenida. En el lugar estaban presentes un centenar de individuos armados, simpatizantes del gobierno.
Tras informar a los manifestantes de la inminente liberación de la detenida, en espera de que se celebre el juicio, Vladimir Méndez Mauad, capitán de la Seguridad del Estado, propuso a Fariñas acompañarle en coche hasta su casa. El periodista, que hasta hace poco tiempo tenía que desplazarse en silla de ruedas a causa de una enfermedad que padece, y que tiene que seguir utilizando muletas, aceptó la oferta.
Pero, en el momento en que Fariña salía de la comisaría, un oficial de la policía le advirtió que lo que pudiera pasar fuera «sería su problema».
Según el relato de Fariñas, unos sesenta simpatizantes del gobierno que permanecían en el lugar, armados de palos, se dirigieron entonces a él preguntándole si tenía el coraje de repetir ante ellos lo que decía en Radio Martí (emisora de la oposición cubana exiliada en Miami). Tras arrodillarse, y colocar las manos detrás de la cabeza, les respondió: «¿Por qué escucháis Radio Martí si sois revolucionarios?».
Las palabras del periodista, así como su negativa a repetir «Viva Fidel Castro», le valieron insultos y golpes hasta que uno de los agresores, temiendo que le mataran en un lugar público, puso fin a la agresión.
Posteriormente, unos instructores políticos del Partido Comunista Cubano trasladaron a Fariñas a 23 kilómetros de Santa Clara, dejándole en una zona deshabitada.
El periodista ha precisado a RSF que tiene las manos y los brazos tan hinchados que no puede escribir, ni utilizar el teclado del ordenador. Ha añadido que piensa que encabeza la lista de personas a detener en la «próxima oleada represiva».