En su contribución a la serie de IFEX que marca el Día Internacional de la Mujer, la editora regional Reyhana Masters analiza cómo las mujeres están en desventaja a la hora de acceder a la información pública.
Esta es una traducción del artículo original.
El acceso a la información es considerado esencial para el derecho a la libertad de expresión en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y en la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión en África. Se ha promulgado legislación sobre el derecho a la información (RTI, por su sigla en inglés) en 25 países de África. Su objetivo es abrir puertas para el acceso equitativo a la información para todos, independientemente de la raza, el género, la religión, la clase o el origen étnico.
Sin embargo, el lenguaje inclusivo usado en esta legislación, como «todo individuo», se queda corto cuando se trata de sociedades con una discriminación de género arraigada.
En Tanzania, un oficial de información en un departamento gubernamental le negó a una periodista su derecho a acceder a la información debido a «la forma en que estaba vestida», recuerda Juliet Nanfuka, oficial de investigación y comunicaciones de la Colaboración en Política Internacional de TIC para África Oriental y Meridional (CIPESA, por su sigla en inglés).
Se podría argumentar que poner las solicitudes de acceso a la información en línea acercaría el servicio a más personas. Pero no es tan sencillo.
«Si se lleva al espacio en línea, donde la apariencia física obviamente no entra en juego, aún hay problemas de accesibilidad o falta de alfabetización digital», agrega Nanfuka.
“Los problemas relacionados con la asequibilidad se remontan a una división económica básica entre hombres y mujeres. Tenemos que preguntarnos: ¿quién puede permitirse el acceso a Internet? Si miramos más allá de los periodistas, podrían ser miembros de la comunidad quienes simplemente necesitan información sobre lo que está sucediendo en su espacio. Pero si el acceso a los datos es prohibitivo, eso afecta su capacidad para acceder a este espacio”, agrega.
Esta observación es confirmada por los hallazgos en el Informe 2020 sobre la brecha de género en la telefonía móvil lanzado por la GSMA el 4 de marzo, en el que se afirma que «la alfabetización y las habilidades digitales siguen siendo la mayor barrera colectiva para la adopción de Internet móvil por parte de las mujeres en África».
@Cvllr
El #MobileGenderGap siempre ha sido una de mis publicaciones preferidas de @GSMAm4d. El documento no solo está repleto de excelentes estadísticas e historias sobre género y dispositivos móviles en LMIC, sino que lo más importante es que actúa como un catalizador para los compromisos de la industria para cerrar esta brecha. 👏 al equipo y socios de Connected Women!
Antes de 2011, solo cinco países de África habían aprobado leyes de libertad de información. Muchas veces, los gobiernos desean afianzar su mandato y no están dispuestos a permitir que los ciudadanos accedan a la información pública. Retener información es sinónimo de poder, control e impunidad.
Pero las cosas comenzaron a cambiar en 2010, cuando la Comisión Africana autorizó a la entonces Relatora Especial sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información, Pansy Tlakula, a desarrollar una Ley Modelo sobre el Acceso a la Información para África (Model Law), que fue adoptada en 2013.
Como señaló Tlakula en su introducción a la publicación de 2018 “La Ley Modelo sobre el Acceso a la Información para África y otros instrumentos regionales: Ley blanda y los Derechos Humanos en África”:
“Fue la primera vez que la Comisión Africana adoptó una ley modelo sobre cualquier tema. También fue la primera vez que la Comisión Africana realizó consultas públicas tan extensas con partes interesadas de alto nivel antes de la adopción de un instrumento de ley blanda. Finalmente, fue la primera vez que la Comisión Africana lanzó una intensa campaña de promoción para crear conciencia y crear capacidad para la implementación de un documento de leyes blandas que involucrara reuniones de alto nivel con la Comisión de la Unión Africana, las comunidades económicas regionales y los responsables políticos en Estados partes”.
Durante su mandato, la Comisionada Tlakula desempeñó un papel fundamental en ayudar a las organizaciones de la sociedad civil a mejorar el marco legislativo para la libertad de expresión y la legislación sobre acceso a la información en el continente. Tlakula jugó también un papel decisivo en el desarrollo de las directrices de la Unión Africana sobre el acceso a la información y las elecciones para África, como un medio para garantizar la credibilidad de las elecciones en el continente.
Cuando se implementa efectivamente el acceso genuino a la información, las mujeres tienen un nuevo instrumento para ayudarlas a superar las disparidades de género y las restricciones tradicionales que históricamente las han mantenido sin poder y sin derecho a voto.
Según lo descrito por The Carter Center, el acceso a la información “empodera a las mujeres para tomar decisiones más efectivas, por ejemplo, en relación con la educación, la producción de cultivos, la propiedad de la tierra y la atención médica, y es fundamental para responsabilizar al gobierno y a los proveedores de servicios. Reduce la corrupción, cierra las brechas de género, ayuda a cambiar el poder y brinda oportunidades para el empoderamiento económico de las mujeres».
«El supuesto es que cada persona tiene la capacidad de acceder a la información de la misma manera, pero lo que encontramos es que las mujeres están particularmente en desventaja cuando se trata de acceder a la información pública», destaca Zoe Titus, directora ejecutiva de Namibia Media Trust.
Los niveles desproporcionados de pobreza y educación, mala salud y nutrición, falta de poder político, participación limitada de la fuerza laboral, violencia de género y mutilación genital femenina contribuyen al sesgo cultural, los prejuicios y al acceso económico, limitaciones que se han convertido en barreras que niegan a las mujeres su derecho a conocimiento.
El Centro de Libertad de Información de África (AFIC, por su sigla en inglés), con 41 miembros en 22 países, ha estado trabajando durante más de una década para promover el acceso de los ciudadanos a la información en el continente. Según Gilbert Sendugwa, director ejecutivo de AFIC, las mujeres están particularmente en desventaja en términos de acceso a la información pública.
En 2019, AFIC realizó una investigación en Kenia, Nigeria y Malawi y produjo el informe Profundizando el gobierno abierto a través de la participación de las mujeres en la contratación pública. En este, se concluye que “las mujeres enfrentan varias barreras para participar en el espíritu empresarial y la contratación pública contra sus homólogos masculinos. Los estereotipos sociales y los sistemas patriarcales les niegan muchas oportunidades para expandir su potencial comercial y participar en la contratación pública».
Muchas de esas oportunidades perdidas están relacionadas con un acceso insuficiente a la información.
Al identificar a los oficiales de información del distrito para capacitarlos sobre sus obligaciones de revelar información, AFIC encontró que la proporción entre mujeres y hombres en estos roles era 1 de cada 4 en los tres países.
Nanfuka de CIPESA explica: “Es posible que una mujer joven no pueda obtener la información que necesita debido a toda la dinámica de autoridad de la persona que la interroga: ‘¿quién es usted para preguntarme a mi?’. Se trata tanto del poder como de la dinámica de género. Por lo tanto, a un nivel muy simple, esto afecta el alcance y la forma en que las leyes se implementan o se cumplen”.
Las desigualdades de género sistémicas que son perpetuadas en la mayoría de las sociedades africanas impiden severamente el disfrute de los derechos que se prevén para las mujeres a partir de la aprobación de la legislación de Acceso a la Información por parte de sus gobiernos.
@AdakuUfere
El comercio es un componente económico central de la integración regional, que requiere un ángulo de género significativo. Las mujeres son las principales impulsoras del comercio transfronterizo informal, del que el 43% de los africanos obtienen ingresos. Sin embargo, se les niega el acceso a la información, financiación y apoyo. #CSOForum19
La legislación sobre acceso a la información tiene el potencial de crear un campo de juego más nivelado, pero el uso de un lenguaje neutral de género no es suficiente. Si bien estas leyes tienen como objetivo proporcionar claridad, precisión y evitar ambigüedades, no tienen en cuenta la dinámica de género con la que las mujeres luchan en su vida cotidiana.
“Muchas leyes suponen que ambos sexos serán tratados por igual, pero ese no es el caso. Durante las discusiones sigue surgiendo la idea de leyes que reconocen la dinámica de género. Las leyes que se enmarquen con una visión sensible al género reconocerán las experiencias vividas de las personas que dichas leyes impactarán”, afirmó Nanfuka.
Para reducir los estereotipos y la discriminación de género en el continente, no hay duda de que, a la par del trabajo por un lenguaje justo en materia de género en la legislación, también tendrá que haber un esfuerzo similar para lograr que la sociedad cambie.