El comunicador social Leonel García denunció que ha recibido amenazas a muerte debido a la apertura que hace a la denuncia ciudadana en el municipio de Nacaome, departamento de Valle, al sur de Honduras.
El comunicador social Leonel García denunció que ha recibido amenazas a muerte debido a la apertura que hace a la denuncia ciudadana en el municipio de Nacaome, departamento de Valle, al sur de Honduras.
García presenta sus reportes periodísticos, de lunes a viernes, en el programa «Noticias al pueblo» y los domingos, en el espacio informativo «Dígalo como quiera», ambos de Radio Discovery. En los noticieros, de acuerdo al denunciante, realiza un periodismo crítico y de reflexión en los que permite la participación de la ciudadanía.
El comunicador denunció que ha recibido amenazas vía celular y le han enviado emisarios para tratar de intimidarlo. «Los políticos, funcionarios públicos y empresarios son muy intolerantes a los cuestionamientos relacionados a sus funciones, quienes reaccionan de manera violenta y agresiva», detalló García.
Según el comunicador son varios los casos en donde ha recibido amenazas verbales, entre las que destaca la amenaza recibida vía teléfono en donde le dijeron: «te vamos a agarrar a balas, al no más salir de la radio». Según García esta agresión la recibió cuando estaba hablando del acomodamiento, al poder, de los partidos políticos con un caudal electoral pequeño, particularmente de la Democracia Cristiana y de su candidato para alcalde.
En otra ocasión, después de abordar la problemática de los apagones de energía eléctrica en la ciudad de Nacaome, dos hombres con armas de fuego en mano, que le esperaban frente a la estación radial, le dijeron que dejara de criticar al gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Elmer Pérez.
García aseguró que reconoció a uno de los jóvenes, conocido como «el mejicano», uno de los motoristas del actual Diputado del Congreso Nacional por el Partido Nacional, Tomy Zambrano.
A estas agresiones, García, también suma, el que recientemente se les haya prohibido realizar su trabajo periodístico sobre la privatización del Hospital de San Lorenzo, al ser desalojados por guardias de seguridad privada por instrucciones de la gerencia del mismo.
«Diariamente recibo amenazas de quienes no les gusta que se evidencie su mal accionar, pero yo confío en que solo Dios tiene la potestad de ordenar la muerte de una persona», concluyó García.