CPJ divulga informe anual, denuncia 34 periodistas asesinados y 87 encarcelados en 1999 Washington, 22 de marzo del 2000 — En aquellos países donde la democracia sigue siendo una quimera, la libertad de prensa se mantiene lamentablemente frágil, afirma el Comité para la Proteccion de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) en su informe […]
CPJ divulga informe anual, denuncia 34 periodistas asesinados y 87 encarcelados en 1999
Washington, 22 de marzo del 2000 — En aquellos países donde la democracia sigue siendo una quimera, la libertad de prensa se mantiene lamentablemente frágil, afirma el Comité para la Proteccion de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) en su informe anual, divulgado hoy en Washington.
El libro «Ataques a la Prensa en 1999» denuncia más de 500 casos de periodistas multados, asaltados, encarcelados o asesinados por su trabajo, y registra el estado precario del periodismo independiente y la democracia en todo el mundo. Analiza la situacion de la libertad de prensa en más de 120 países, con reportajes especiales sobre las condiciones en Pakistán, Sierra Leona y Centroamérica.
La cifra más alarmante fue la del aumento de la violencia contra periodistas: 34 fueron asesinados en 1999 por su trabajo, en comparacion con 24 el año anterior. En cada region estudiada por el CPJ murieron periodistas por su trabajo. Algunos fueron víctima del fuego cruzado entre dos bandos en conflicto, cubriendo alguno de los conflictos locales o regionales que han surgido tras el fin de la guerra fría, pero la mayoría fue blanco de quienes deseaban suprimir informacion sobre sus fechorías. El mayor número, 10, murieron en Sierra Leona, donde la mayoría de las víctimas fueron ultimadas por guerrilleros molestos por la cobertura de atrocidades cometidas contra civiles. Otros seis periodistas perdieron la vida en Yugoslavia, y cinco en Colombia.
Más muertes; menos presos
Aunque el asesinato de periodistas es el barometro más utilizado para determinar la situacion de la libertad de prensa, el encarcelamiento es otra herramienta poderosa empleada por los enemigos de la libre expresion. A fines de año, las investigaciones del CPJ determinaron que 87 periodistas estaban tras las rejas por su trabajo, en comparacion con 118 el año anterior. Esta baja es una mejoría que aplaudimos, pero la cifra solo refleja la cantidad de periodistas presos para el 31 de diciembre; Ataques a la Prensa documenta docenas de casos más en que periodistas fueron detenidos pero liberados antes de fin de año.
Tales advertencias «breves» infunden un temor inmediato en los practicantes del periodismo independiente. Por ejemplo, en los dos años y medio desde que Laurent Kabila ascendio al poder en la República Democrática del Congo, por lo menos 60 periodistas fueron detenidos en ese país. Aunque pocos fueron formalmente encausados o convictos, el encarcelamiento temporal de periodistas le gano a Kabila la dudosa distincion de integrar la Lista de los 10 Peores Enemigos de la Prensa en 1999, elaborada por el CPJ.
Ataques a la Prensa documenta una amplia gama de abusos contra los medios en distintos países, como la tortura de periodistas en Zimbabwe, el secuestro de reporteros en Chechenia, o el creciente uso de excusas burocráticas para cerrar diarios o radioemisoras que ofenden a algún presidente o dictador.
«Déspotas sofisticados están empleando métodos cada vez más sutiles para amordazar a la prensa», declaro la directora ejecutiva del CPJ, Ann Cooper. «Algunos líderes se dan cuenta de que su régimen tendrá que pagar a nivel internacional si encarcela a periodistas rutinariamente. Así que en
lugar de ello, llevan al periodismo independiente a la ruina hostigándolo con impuestos, multas o cortándoles el acceso a medios de comunicacion controlados por el estado». Tales tácticas son empleadas por los gobiernos de muchos países, como Argelia y Pakistán, pero el año pasado su uso crecio de manera preocupante en Yugoslavia, Ucrania, Bielorrusia y otros países de Europa central y oriental.
Trabajando por el cambio
El objetivo del CPJ es presionar a gobiernos a cambiar su conducta revelando su amplias violaciones de la libertad de prensa. Ataques a la Prensa en 1999 demuestra que hasta los regímenes más represivos son susceptibles a la presion internacional. Por ejemplo, el CPJ documento 11 casos nuevos de encarcelamiento en China el año pasado, pero en febrero el
gobierno chino dejo en libertad anticipadamente al periodista Gao Yu, al parecer como gesto de buena voluntad antes de una visita de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine K. Albright.
En diciembre, la recién electa presidenta panameña Mireya Moscoso firmo una ley que derogo unas de las leyes mordaza en su país. Y la Alianza de Periodistas del Sudeste Asiático, integrada por periodistas de las Filipinas, Tailandia e Indonesia, se convirtio en una nueva voz por una mayor libertad de prensa en la region.
El CPJ espera que este libro aliente a todos los periodistas a apoyar su trabajo a favor de la libertad de prensa. En el prefacio, el escritor Philip Gourevitch, de la revista New Yorker, argumenta que «la mejor manera de apoyar a nuestros colegas en el exterior, para quienes ser periodista es sinonimo de correr peligro … es cubrir lo que pasa en el mundo más intensamente».
El informe anual del CPJ es ampliamente reconocido como la fuente más autorizada y exhaustiva del estado de la libertad de prensa en el mundo.
Copias del libro estarán disponibles en el National Press Club, Washington, D.C., a las 9:30 a.m. de 22 de marzo. Ese mismo día, se divulgará el texto entero en la página del CPJ en la Internet (www.cpj.org). En ella, encontrará una traduccion en español del prefacio, de la introduccion, y de la vista panorámica de las Américas.
El CPJ es una organizacion apolítica y sin fines de lucro dedicada a la defensa de la libertad de prensa en todo el mundo.