Reyhana Masters y Laura Vidal analizan cómo este flagelo mundial afecta a las regiones de África y América Latina y el Caribe, el panorama de amenazas específico para las mujeres periodistas y cómo se puede brindar un mejor apoyo a quienes se ven obligados a huir.
Esta es una traducción del artículo original.
El desplazamiento forzado de periodistas y defensores de derechos se ha convertido en un fenómeno mundial. En la primera parte, las autoras examinaron algunas de las causas raíces de este fenómeno y sus impactos en África y América Latina y el Caribe. En esta segunda parte, comparten iniciativas de apoyo y reflexionan sobre las posibilidades para una mayor colaboración entre regiones.
La expresión en el exilio: iniciativas de apoyo
En su informe de abril de 2024 sobre Periodistas en el Exilio, la Relatora Especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de expresión e información, Irene Khan, hace varias recomendaciones importantes y nos recuerda:
“Los periodistas no deben ser tratados como peones políticos, sino como seres humanos en situación de angustia que, a un gran costo personal, cumplen una función social crítica: garantizar el derecho de las personas a estar informadas sobre los temas que afectan sus vidas”.
En cuanto a la labor de promoción de derechos ante organismos internacionales, el activista de derechos humanos Luis Carlos Díaz se refirió a la importancia de “tratar a los regímenes autoritarios como interconectados, y no en forma aislada, para que los periodistas gocen de una protección y defensa de derechos más integrales”.
Los esfuerzos tendientes a apoyar a periodistas exiliados se han centrado en la colaboración y el tendido de redes, conectando a quienes permanecen en sus países con quienes están en la diáspora. Lamentablemente, muchas de estas personas siguen desconectados de este tipo de redes de apoyo.
Para abordar esta desconexión es necesario promover una mayor cooperación interregional y construir más sistemas transfronterizos de apoyo. Muchas iniciativas han seguido tradicionalmente un marco Norte-Sur, que sigue siendo valioso y necesario. Pero también resulta vital fomentar más colaboraciones Sur-Sur a través de actividades y proyectos.
En Colombia, organizaciones como la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP ) han prestado apoyo vital a periodistas venezolanos. En Costa Rica, el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX) ofrece ayuda a periodistas nicaragüenses y construye espacios dedicados para familias, incluidas mujeres periodistas que llegan con hijos. En asociación con DW Akademie, procuran contrarrestar las dificultades económicas y de seguridad que enfrentan los periodistas exiliados.
El 13 de noviembre de 2024, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) anunció la creación de una red destinada a apoyar a periodistas y medios de comunicación que han tenido que abandonar sus países, así como a periodistas desplazados dentro de sus propios países debido a la violencia. Previamente, en octubre, la SIP había reconocido la gravedad del problema al otorgar su Gran Premio a la Libertad de Prensa de forma colectiva a los y las periodistas en exilio de América Latina.
En África, iniciativas como la de Goma Shelter, un refugio en la República Democrática del Congo, ofrecen seguridad, alojamiento y capacitación a periodistas desplazados, brindándoles un respiro muy necesario del trabajo en zona de conflictos. El principal objetivo de este apoyo es brindar “un lugar de trabajo a colegas, para que sus voces no se apaguen”, dice Rosalie Zawadi, presidenta del Sindicato Nacional de la Prensa del Congo, división Kivu del Norte.
RSF ha equipado a nueve medios y asociaciones de periodistas de la República Democrática del Congo con conexiones satelitales de Internet estables, ayudando así a mitigar los problemas que enfrenta el creciente número de periodistas desplazados internamente, cifra que asciende hoy a 80 y sigue creciendo. Los desafíos que enfrentan los periodistas en zonas de conflicto como Sudán, la República Democrática del Congo, Etiopía y Somalia se ven agravados tanto por la violencia interna como por la represión gubernamental, lo que genera un entorno cada vez más hostil para la prensa libre.
Mohamed Ibrahim, presidente del Sindicato de Periodistas Somalíes (SJS), que vive actualmente en Europa, cuenta cómo recibía amenazas constantes por “trabajar con herejes” cuando se desempeñaba como reportero para el New York Times. Trabajar en el extranjero le ha dado coraje, como él mismo resalta:
“A pesar de lo que sufrimos de parte del gobierno, desde allanamientos de nuestras oficinas y la detención del secretario general Abdalle Mumin y el secretario de información y derechos humanos Mohamed Ibrahim Bulbul, hasta el congelamiento de nuestras cuentas bancarias en Mogadishu . . . el SJS seguirá defendiendo la libertad de prensa. Lo seguiremos haciendo, le guste o no al gobierno, porque nuestra misión es reclamar, promover y defender los derechos humanos de los periodistas en el desarrollo de su labor”.
En los diálogos mantenidos con periodistas surge que, si bien existen estructuras de apoyo valiosas, no alcanza con un enfoque único para atender los diversos niveles de riesgos que enfrentan. Por ejemplo, el proyecto Exile Media Hub en Kenya ha resultado valioso, pero el aumento del costo de vida en ese país ha obligado a algunos periodistas a trasladarse a Uganda, que es un país más barato.
La organización Media in Cooperation and Transition (MICT), con sede en Alemania, ha ampliado su visión, extendiendo su proyecto de nodo a otros países, a la vez que brinda apoyo logístico y asistencia para la reubicación de quienes enfrentan riesgos inmediatos. Estos proyectos ayudan a los periodistas a escapar del peligro y empezar a reconstruir sus vidas en entornos más seguros.
Para los periodistas desplazados en la República Democrática del Congo, Goma Shelter “es una respuesta a una necesidad real”.
“Un psicólogo atiende dos o tres veces por semana a los periodistas que se alojan en el refugio, y eso es un gran apoyo. Nos ayuda a seguir siendo periodistas, a realizar nuestra labor de recoger, procesar y difundir información fiable y veraz a pesar de nuestra situación de personas desplazadas por la guerra”.
Patient Ndasiva, periodista radial
También hablamos con un grupo dedicado a la defensa de derechos humanos enfocado en tecnología, que destacó lo crucial que es el apoyo técnico para periodistas y personas defensoras nicaragüenses en el exilio, así como para quienes buscan información precisa. Explicaron que gran parte de la información de la que dependen un gran número de periodistas en el exilio proviene de equipos que trabajan de forma encubierta. Estos equipos brindan asistencia esencial en seguridad digital y apoyo logístico durante crisis, así como en los momentos en los que haga falta escapar.
Periodistas y medios de países vecinos han iniciado diálogos importantes sobre temas comunes. La salvadoreña Laura Aguirre, directora estratégica de Alharaca y directora de desarrollo de Sembramedia, contó al Reuters Institute cómo colegas nicaragüenses (que, como le dijeron a ella, “vienen del futuro”, dado que el Presidente Nayib Bukele está siguiendo paso a paso la estrategia de su par Daniel Ortega) la han ayudado a elaborar estrategias para enfrentar los desafíos que se avecinan con el avance del autoritarismo de Bukele.
La colaboración entre regiones también ofrece muchas posibilidades. En 2022 participamos de una exitosa iniciativa para miembros de IFEX de África, América Latina y el Caribe, en la que se compartieron tácticas para impulsar la aplicación enérgica de leyes de acceso a la información en sus respectivas regiones.
Hay ejemplos alentadores de colaboración interregional en torno al tema de la seguridad de los periodistas, incluidos los que están en el exilio. Alexa Zamora habló de intercambios en curso entre grupos de Nicaragua, Venezuela, Cuba y Guinea Ecuatorial. El grupo venezolano Conexión Segura y Libre ha trabajado en cursos de capacitación sobre seguridad digital con gente de la República Democrática del Congo (RDC) y de Senegal, y periodistas y activista nigerianos participaron en talleres con la organización TEDIC de Paraguay.
Estos ejemplos demuestran lo importante que es forjar vínculos sólidos entre periodistas dentro y fuera de sus países de origen, el papel crucial que cumplen las redes mundiales de apoyo y las posibilidades de mayor cooperación entre regiones en una dinámica Sur-Sur.
Para Andrés Azpúrura, director de Conexión Segura y Libre, compartir experiencias y técnicas entre comunidades que enfrentan restricciones similares “es increíblemente valioso, y va más allá de un mero conocimiento técnico especializado sin contexto”. Señala que:
“Si bien cada contexto es único, hay mucho para aprovechar y compartir entre las comunidades del Sur Global. En las sesiones de capacitación que hemos realizado con activistas y organizaciones de África, compartimos consejos y estrategias para la aplicación de mejores prácticas de manera compatible con el contexto específico o las limitaciones de una comunidad. Este enfoque ayuda a contextualizar las estrategias, permitiendo alcanzar mayores niveles de competencia en menos tiempo, conectando a través de similitudes de contexto y experiencias previas compartidas, al tiempo que se adaptan las prácticas a entornos menos explorados”.
Haga clic aquí para leer la primera parte: La expresión en el exilio: causas raíces e impactos.