(RSF/IFEX) – El 7 de octubre de 2003 por la mañana fue detenido en la sede de su periódico Farid Alilat, director del diario «Liberté». Alilat fue interrogado durante cinco horas por el Tribunal de Argel, en relación con una crónica titulada «La fessée» («La azotaina»), publicada en «Liberté» el 21 de agosto. RSF condena […]
(RSF/IFEX) – El 7 de octubre de 2003 por la mañana fue detenido en la sede de su periódico Farid Alilat, director del diario «Liberté». Alilat fue interrogado durante cinco horas por el Tribunal de Argel, en relación con una crónica titulada «La fessée» («La azotaina»), publicada en «Liberté» el 21 de agosto.
RSF condena la práctica de acoso sin tregua contra la prensa privada y alerta a las autoridades argelinas de las amenazas que dañan la libertad de expresión, en vísperas de las elecciones presidenciales. «Estas detenciones ponen en ridículo al gobierno, que bosqueja así su propia caricatura», ha declarado Robert Ménard, secretario general de RSF.
La crónica publicada en «Liberté» fue escrito por Hakim Laâlam, del diario «Le Soir d’Algérie», víctima entonces de una suspensión por no haber pagado sus deudas a las imprentas. «Liberté» publicó la crónica en sus páginas como una muestra de solidaridad.
Como resultado de una decisión colectiva adoptada a comienzos de septiembre, los periodistas de la prensa privada han decidido no acudir a las citaciones de la policía judicial, declarando que solo tienen que responder de sus escritos ante la justicia. Cerca de treinta de esas citaciones han sido emitidas en un mes, según Said Chekri, redactor jefe de «Liberté». Esta práctica se repite desde hace más de un mes. Después de tres citaciones se produce la detención, y luego la comparecencia ante el fiscal de la República y el juez de instrucción y, hasta el momento, la puesta en libertad condicional. Aunque en ocasiones aparecen asuntos de derecho común, que datan de varios años atrás, generalmente se detiene a los periodistas por «ofensa al jefe del Estado» (art. 144 bis del código penal). Últimamente se detiene a los periodistas en los propios locales de su redacción, y no en plena calle.