(FLIP/IFEX) – El 14 de octubre de 2002, un grupo de periodistas y camarografos de distintos medios de comunicacion fue blanco de disparos mientras cubría los enfrentamientos entre la Policía y las milicias urbanas de la guerrilla en la Comuna 13, un populoso sector al occidente de Medellín. Las balas impactaron a pocos metros de […]
(FLIP/IFEX) – El 14 de octubre de 2002, un grupo de periodistas y camarografos de distintos medios de comunicacion fue blanco de disparos mientras cubría los enfrentamientos entre la Policía y las milicias urbanas de la guerrilla en la Comuna 13, un populoso sector al occidente de Medellín. Las balas impactaron a pocos metros de lugar en donde se encontraban los periodistas, que por fortuna salieron ilesos.
Claudia Garro de Caracol TV, Javier Arboleda de «El Colombiano», Victor Vargas de Teleantioquia, Fernando Cifuentes de Noticias Uno y Carlos Franco de RCN TV, llegaron junto con sus camarografos a la Unidad Intermedia de San Javier, un centro de salud ubicado a cerca de cuatro cuadras de donde se escuchaban los disparos.
Alrededor de las diez de la mañana (hora local), los periodistas avanzaron una cuadra arriba del centro de salud. Agazapados detrás de una pared, en una esquina alejada del lugar en donde se encontraba la Policía, intentaron captar algunas imágenes de los enfrentamientos. Estos habían comenzado a las siete de la mañana, después de que un grupo de milicianos atacara una patrulla de la Policía.
«Los pocos transeúntes, sobre todo a quienes la balacera sorprendio afuera, y los escasos usuarios del transporte público miraron con asombro a los periodistas, como advirtiendo el peligro en el que estaban», reporto para «El Colombiano» Arboleda.
Fue entonces cuando comenzaron los disparos. «Iban dirigidos a nosotros, pues no había ni Policía ni otros civiles», le dijo Franco a la FLIP. Los periodistas se retiraron del lugar de inmediato y llegaron al centro de salud. Estando allí, el celador de la unidad médica les advirtio que se fueran, pues era común que los milicianos bajaran hasta ese lugar cuando se presentaban enfrentamientos.
La Comuna 13 se ha convertido en un lugar de alto riesgo para ejercer el periodismo. «Es la segunda vez que disparan contra los periodistas», dijo Garro. En su informe de julio, la FLIP había registrado que los reporteros de los noticieros regionales Teleantioquia noticias y Hora 13 se abstenían de cubrir ciertos hechos de ese sector, pues los milicianos pretenden «cobrarle» a los periodistas un supuesto sesgo en el tratamiento que se le da a la informacion de orden público.
«Nos encontrábamos fuera de la línea de fuego, desarmados, alejados de cualquier punto que pudiera ser objeto de ataques o que pudiera interpretarse como de participacion en el combate», señalo Arboleda.
Según FLIP, este tipo de ataques contra periodistas, que pretenden impedir que se informe mediante accciones violentas, es una clara violacion a la libertad de prensa. Es deber de los periodistas reportar lo que pasa y de todos los actores armados entender que el periodismo está por fuera del conflicto, como testigo que hace parte de la poblacion civil.