Las curiosas explicaciones por la muerte de dos periodistas están lejos de responder al reto que implica la lucha contra la impunidad.
(RSF/IFEX) – Las curiosas explicaciones proporcionadas por la justicia mexicana por la muerte reciente de dos periodistas están lejos de responder al reto que implica la lucha contra la impunidad y la protección de una prensa gravemente amenazada.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PGJE) presentó públicamente el 11 de marzo de 2010 a los supuestos autores intelectuales del homicidio de Jorge Ochoa Martínez, director y editor del diario «El Sol de la Costa» y fundador del semanario «El Oportuno», asesinado a balazos en Ayutla de los Libres el 29 de enero de 2010.
Honorio Herrera Villanueva y David Bravo Jerónimo habrían planeado el homicidio del periodista porque éste conducía por una calle en sentido contrario y se negó a retroceder para dejar pasar el vehículo de los jóvenes. «Molestos», ellos habrían contratado a un taxista para que matara al periodista, indicaron las autoridades. «Fue un hecho fortuito y circunstancial», en palabras de la PGJE de Guerrero. Sin embargo, la familia de Jorge Ochoa no descarta un motivo profesional aparentemente ignorado por las autoridades.
El 2 de marzo de 2010 falleció en Reynosa, en circunstancias que aún queda aclarar, Jorge Rábago Valdez, empleado de las radiodifusoras Radio-Rey y Reporteros en la Red, quien habría sido víctima de un «desmayo» y un «coma diabético», según la PGJE de Tamaulipas. No obstante, los colegas del periodista hablan de «secuestro y tortura» como causa de su muerte.