La agenda de los "valores tradicionales" amenaza con socavar la universalidad de los Derechos Humanos en detrimento de la base fundamental del sistema internacional de Derechos Humanos.
ARTICLE 19 pide a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) a rechazar rotundamente el concepto de los «valores tradicionales», y a manifestar su oposición a cualquier acuerdo futuro que proponga avanzar en esta agenda. Este llamado se produce en anticipación al debate sobre el informe relacionado a los «valores tradicionales» que llevará a cabo la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) que se presentará en la 24ª sesión de la CDH.
La agenda de los «valores tradicionales» amenaza con socavar la universalidad de los Derechos Humanos en detrimento de la base fundamental del sistema internacional de Derechos Humanos. Es parte de una peligrosa iniciativa que da legitimidad a la discriminación en contra de las minorías así como de grupos vulnerables marginados, limitando el espacio cívico de expresión para la disidencia.
ARTICLE 19 insta a todas las personas que valoran la universalidad de los Derechos Humanos a adoptar medidas para exigir que el Consejo de Derechos Humanos rechace la agenda de los «valores tradicionales» durante este período de sesiones.
Antecedentes
Desde el año 2009, la Federación Rusa ha presentado tres resoluciones ante en el Consejo de Derechos Humanos con la intención de fortalecer la legalidad del concepto de los «valores tradicionales». La tercera resolución, adoptada en septiembre del 2012, proponía a los ‘valores tradicionales’ como vehículo para la promoción de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, pidiendo a la Oficina del Alto Comisionado un reporte sobre las «mejores prácticas» en su aplicación.
La resolución logró dividir las opiniones en el CDH: 25 Estados votaron a favor, 15 votaron en contra y 7 se abstuvieron. ARTICLE 19 criticó duramente la resolución. En parte, dicho resultado se debió a que la convocatoria dirigida a la OACDH para producir el reporte se adelantó a las conclusiones de un estudio realizado por expertos de la Comisión Consultiva solicitado en el 2011. Indudablemente, dicho comportamiento eludió los procesos establecidos en la CDH, negando a los Estados la oportunidad de examinar a fondo las preocupaciones planteadas por el estudio del Comité Asesor.
El reporte de la OACDH se presentará al Consejo de Derechos Humanos el 13 de septiembre del 2013, seguido de un debate en el cual los Estados tendrán la oportunidad de discutirlo. Las presentaciones recopiladas en el reporte demuestran que el concepto de los «valores tradicionales» es profundamente divisivo, tanto en términos de la legitimidad del concepto en sí mismo, como en cuanto a su pertinencia como vehículo apto para reducir la brecha entre diferentes interpretaciones sobre la mejor manera de aplicar las protecciones internacionales de Derechos Humanos.
A pesar de las fuertes críticas internacionales, la Federación Rusa indicó que seguirá impulsando la agenda de los «valores tradicionales» en el Consejo de Derechos Humanos.
¿Cuál es el problema con la «tradición»?
ARTICLE 19 considera que la agenda de los «valores tradicionales» representa un grave peligro para la cooperación internacional en la aplicación de la protección universal de los Derechos Humanos:
* La agenda de los ‘valores tradicionales’ va en contra del mandato …[6] del Consejo de Derechos Humanos que promueve el respeto universal por la protección de todos los Derechos Humanos para todas las personas, sin distinción de ningún tipo y de una manera justa y equitativa. La agenda de los «valores tradicionales» va en contra de los avances obtenidos desde la Declaración y Programa de Acción de Viena (DPAV)[7], que celebra su 20 aniversario este año. La Declaración Universal de Derechos Humanos constituye una declaración autorizante sobre los valores comunes a toda la humanidad, y es la base de 60 años de progreso en el desarrollo vinculante de la protección de los Derechos Humanos. No existe un argumento convincente para cambiar este modelo de referencia por el divisivo concepto de los «valores tradicionales».
* No existe consenso sobre la definición de los «valores tradicionales» y las sucesivas resoluciones del Comité de Derechos Humanos tampoco han provisto de una definición. El término es intrínsecamente subjetivo, intencionalmente ambiguo y diseñado para socavar la claridad de la protección internacional de los Derechos Humanos.
* Ninguna de las resoluciones del CDH reconocen el abuso de los «valores tradicionales» y las prácticas de los Estados para legitimar la discriminación, silenciar la disidencia y justificar violaciones de Derechos Humanos. Mientras que muchas de las prácticas culturales tienen un papel positivo para la aplicación de la protección de los Derechos Humanos universales, otras son perjudiciales e incompatibles.
* Ninguna de las resoluciones del CDH habla de la obligación de los Estados a «tomar medidas sostenidas y sistemáticas para modificar o eliminar los estereotipos y prácticas negativas, perjudiciales y discriminatorias justificadas por medio del concepto de los valores tradicionales», tal y como lo declarara el Comité Asesor del CDH en su informe del pasado marzo. Esto se refleja en la DVPA y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CETFDCM), así como en los instrumentos regionales como el Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de las Mujeres en África.
* La agenda de los «valores tradicionales» es una cortina de humo para ocultar y legitimar la exclusión de los grupos minoritarios así como de grupos privados de representación. La agenda de los «valores tradicionales», tal y como ha sido propuesta por las resoluciones del CDH, equivale a concepciones mayoritarias, conservadoras y mono -culturales de lo que algunos sostienen deberían ser los Derechos Humanos. Estas mismas personas promueven violaciones de Derechos Humanos contra minorías vulnerables y en algunos casos impopulares, buscando obtener beneficios políticos personales y distraer la atención sobre intentos fallidos por resolver apremiantes asuntos políticos, sociales y económicos. Por ejemplo:
* En Rusia, Moldova y Ucrania, la prohibición de la llamada «propaganda» de las «relaciones sexuales no tradicionales» se ha adoptado o propuesto supuestamente para proteger a los «valores tradicionales» y los derechos de los niños. Así mismo, se han observado y presentado leyes similares en Nigeria y Uganda. Estas leyes estigmatizan y legitiman la violencia contra las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales (LGBT por sus siglas en inglés), silenciando a dichos grupos en la esfera pública, privándolos de información esencial para una educación integral así como para el acceso a la atención médica, incluido el tratamiento del VIH. Los órganos internacionales de Derechos Humanos, entre ellos el Comité de Derechos Humanos y la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, enfatizaron que dichas prohibiciones violan el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la igualdad ( para mayor información léase nuestro documento de política). La reciente adopción de la prohibición federal a la denominada ‘propaganda’ en Rusia, debe ser considerada en un contexto más amplio incluyendo la represión a la sociedad civil y a los grupos minoritarios en el país.
* La violencia contra las mujeres sigue siendo una preocupación global, y muestra que ningún país tiene el monopolio sobre los nocivos valores «tradicionales». Alrededor del mundo, los sistemas «tradicionales» de patriarcado siguen promoviendo la dependencia económica de las mujeres, negándoles con frecuencia la igualdad en sus derechos a la participación política y a la libertad de expresión. Existen marcadas diferencias en la protección de los derechos de propiedad de las mujeres así como sus derechos de nacionalidad y su libertad para acceder a servicios de salud o educación. Las «tradiciones» también justifican, minimizan o excusan la violencia, el acoso y otras violaciones de derechos contra las mujeres siendo las defensoras de Derechos Humanos particularmente vulnerables a los ataques. El DVPA y CETFDCM establecen una obligación legal sobre los Estados para cambiar la situación actual y evitar la impunidad sobre este tipo de ataques.
* El marco internacional de los Derechos Humanos ofrece garantías sobre los derechos de las minorías nacionales, étnicas, religiosas o lingüísticas y de los pueblos indígenas para proteger y promover su identidad cultural. Estos derechos son frecuentemente violados, y dichos grupos excluidos del proceso de toma de decisión en asuntos importantes. ARTICLE 19 continúa trabajando en la cuenca del Amazonas con comunidades indígenas a las cuales se les ha negado el derecho a la información o el participar en la toma de decisiones sobre proyectos de desarrollo a gran escala. Algunos defensores de los «valores tradicionales» sostienen que el concepto ofrece beneficios a tales minorías, sin embargo en realidad solo dificulta la aplicación de instrumentos existentes, tales como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas (1992) así como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007).
ARTICLE 19 pide al Consejo de Derechos Humanos rechazar el concepto de los «valores tradicionales» de una vez por todas y retomar su mandato en la promoción de la eficacia y la protección de los Derechos Humanos para todas las personas. El CDH debe reiterar su compromiso con la universalidad y la no discriminación.
Tomar medidas contra los «valores tradicionales». Proteger la universalidad de los Derechos Humanos.