La dura confrontación entre el gobierno de Argentina y la prensa crítica ha dado lugar a un clima de polarización que está privando a los ciudadanos de información objetiva sobre cuestiones esenciales de interés público, concluyó un informe especial del Comité para la Protección de los Periodistas.
(CPJ/IFEX) – Nueva York, 27 de septiembre de 2012 – La dura confrontación entre el gobierno de Argentina y la prensa crítica ha dado lugar a un clima de polarización que está privando a los ciudadanos de información objetiva sobre cuestiones esenciales de interés público, concluyó un informe especial del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) publicado hoy.
«Uno de los desafíos más serios que enfrenta la prensa argentina es la dependencia de la publicidad oficial, que vuelve a los medios vulnerables a la ‘censura indirecta’, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas. » El gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no debe discriminar a la prensa que critica a su administración. Instamos al Congreso de la Nación a promover una legislación que limite la discrecionalidad del gobierno en la asignación de la publicidad oficial».
El CPJ concluyó que Kirchner ha capitalizado herramientas económicas en su disputa con la prensa y ha embargado publicidad del gobierno nacional en represalia por informes críticos de algunos medios. Al mismo tiempo, el gobierno ha recompensado con publicidad oficial a la prensa que apoya sus políticas. El gobierno nacional es quien más invierte en publicidad en el país, con un 9 por ciento del mercal total, según un informe publicado por la organización sin fines de lucro Poder Ciudadano. Por lo tanto, los grupos de medios pueden ser muy susceptibles a la influencia del gobierno.
El principal adversario de Kirchner es el mayor conglomerado de medios en la Argentina, el Grupo Clarín. Una ley de medios aprobada en 2009 tiene por objeto diversificar el espectro de radio y televisión, pero los críticos afirman que Kirchner está tratando de ejercer un mayor control sobre el contenido informativo y obligar a Clarín a deshacerse de algunos de sus numerosos activos. Clarín sigue litigando en los tribunales contra las disposiciones de desinversión, pero el gobierno se ha comprometido a aplicar la medida en diciembre y prepara el escenario para una confrontación aún más seria.
La presidenta y sus partidarios también lanzan campañas de desprestigio contra periodistas críticos, a menudo en los medios estatales. Mientras tanto, los medios críticos denuncian incesantemente al gobierno. Como resultado, la profesión de periodista se ha visto desacreditada y los ciudadanos argentinos están siendo privados de información objetiva sobre cuestiones tales como la inflación, la inseguridad y una posible candidatura de Kirchner para un tercer período en la presidencia.
«En la Argentina de hoy, algunos periodistas permanecen callados por miedo a ser calificados como enemigos del gobierno, mientras que otros dedican su esfuerzo a desacreditar a sus colegas. La labor informativa sobre temas de interés público está sufriendo como resultado», afirmó Lauría.
El informe también está disponible en inglés y se puede descargar en formato PDF.