Los desafíos ya existentes -la crisis económica en los medios, la creciente desconfianza del público hacia la prensa, y un ecosistema de información digital adverso- podrían agravarse ante posibles amenazas directas desde la Casa Blanca.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 16 de enero de 2025.
Hoy, 20 de enero, día de la toma de posesión de Donald Trump para su segundo mandato como presidente de EEUU, el periodismo estadounidense entra en un periodo de incertidumbre sin precedentes. Los desafíos ya existentes -la crisis económica en los medios, la creciente desconfianza del público hacia la prensa, y un ecosistema de información digital adverso- podrían agravarse ante posibles amenazas directas desde la Casa Blanca. Reporteros Sin Fronteras (RSF) reitera el papel vital que el periodismo tiene en el mantenimiento de la democracia y seguirá defendiendo su compromiso con la seguridad, la independencia y el pluralismo del periodismo en Estados Unidos.
La reelección de Donald Trump estuvo marcada por constantes ataques al periodismo. A lo largo de su campaña, lanzó numerosas amenazas contra periodistas y medios, generando una atmósfera de tensión e incertidumbre. Con su regreso a la Casa Blanca, el futuro de la libertad de prensa en el país es motivo de preocupación. ¿Cumplirá Trump sus amenazas? ¿Resistirán las instituciones diseñadas para proteger las libertades fundamentales de los ciudadanos ante un Ejecutivo más agresivo?
“La frase ‘sin precedentes’ puede parecer trillada cuando hablamos de Donald Trump, pero describe con precisión la situación actual. Los ataques de un presidente en ejercicio agravan los problemas que ya afronta el periodismo estadounidense, como la crisis económica y la desconfianza pública. El acceso a información fiable es esencial para la democracia; atacar al periodismo es atacar este pilar fundamental.”
Clayton Weimers, Director de la oficina de RSF en América del Norte
Amenazas a una escala inédita
RSF insiste en que las amenazas provenientes de la administración Trump carecen de precedentes en la historia moderna del país. Entre estas acciones preocupantes destacan:
- Reiterados llamamientos, al menos 15, para revocar las licencias de emisión de cadenas como represalia política.
- Promesas de investigar a medios críticos con su administración.
- Cientos de insultos y amenazas dirigidos a periodistas durante su campaña.
- Alianzas con figuras influyentes como el magnate tecnológico Elon Musk -dueño de X, antes Twitter-, conocido por sus posturas críticas hacia el periodismo.
- Amenazas de encarcelar a Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, en un intento aparentemente exitoso de obtener concesiones en materia de moderación de contenidos.
- Acciones legales contra numerosos medios por publicar artículos críticos con él.
Como presidente, Donald Trump podría llevar a cabo estas amenazas y elevarlas a niveles nunca vistos, lo que genera un ambiente de incertidumbre y preocupación para el ejercicio del periodismo estadounidense. Estas amenazas llegan en un momento en el que Estados Unidos ocupa el puesto más bajo de su historia en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, el 55º de los 180 países que conforman el ranking.
La situación podría empeorar debido a posibles represalias legales y políticas, en un contexto en el que el periodismo ya se enfrenta a numerosos desafíos: pérdida de ingresos, despidos masivos, el cierre de cientos de medios locales, hostilidad por parte de las plataformas digitales y una creciente desconfianza del público. A esto se suma el riesgo de que estas amenazas provengan de los propios aliados y seguidores de Trump, lo que podría agravar aún más el sentimientos hostilidad contra los medios impulsado durante su liderazgo.
Comprometidos con la libertad de prensa
Pese a este panorama, RSF reafirma su compromiso con la libertad de prensa y hace un llamamiento a los periodistas y medios de comunicación. Es fundamental que éstos, tanto como colectivos como de manera individual, se preparen para defenderse con firmeza ante las injerencias gubernamentales injustificadas. Asimismo, los periodistas deben aprovechar esta oportunidad para actualizar y reforzar los protocolos de seguridad, tanto físicos como digitales, con el objetivo de garantizar su protección.
Aunque el país está profundamente dividido en muchas cuestiones políticas y sociales fundamentales, la libertad de prensa debe mantenerse como un valor compartido que une a la ciudadanía. El periodismo, con su misión de informar y promover la rendición de cuentas, es esencial para la democracia. Una amplia mayoría bipartidista de estadounidenses reconoce que el periodismo desempeña un papel crucial como contrapoder de los líderes políticos. Por ello, aunque Donald Trump continúe menospreciando a los periodistas, la libertad de prensa no puede ni debe convertirse en un tema partidista en la política estadounidense. Este pilar fundamental de la democracia permite a los ciudadanos tomar decisiones informadas sobre su vida cotidiana.