Durante más de tres décadas, Eren Keskin, abogada y defensora de los derechos de las mujeres y las minorías, ha tenido que pasar por numerosos juicios, permanecer tiempo en prisión, vivir bajo amenaza y, en dos ocasiones, ha sufrido atentados en su contra. Pero eso no la detuvo y sigue siendo abiertamente una activista de alto perfil por los derechos. En 2016 se unió a las filas de cientos de periodistas, escritores y activistas enjuiciados en Turquía por su defensa de la libertad de expresión.
En respuesta a la investigación disciplinaria del Colegio de Abogados de Estambul en su contra en 2008, Eren Keskin declaró: Si, como institución profesional legal, usted cree que las personas deben ser castigadas por sus pensamientos, entonces puede darme el castigo que desee. Pero voy a seguir expresando mis opiniones libremente.
Durante más de tres décadas, Eren Keskin, abogada y defensora de los derechos de las mujeres y de las minorías, ha sufrido numerosos juicios, pasado tiempo en prisión, vivido bajo amenaza y, en dos ocasiones, han atentado contra su vida. Sin poder ser disuadida, sigue siendo una activista de alto perfil, haciendo abiertamente campaña por los derechos a pesar de la posible pena de prisión de 10 meses que pesa sobre ella.
Keskin es cofundadora del Proyecto de Asistencia Legal para mujeres que fueron violadas o sufren otros abusos sexuales bajo custodia, y durante muchos años ha sido un alto miembro de la Asociación de Derechos Humanos (HRA) en Turquía. Su exposición de los abusos contra los derechos humanos por las fuerzas armadas y la policía turca ha significado que ella misma ha estado bajo un gran riesgo. En 1994, cuando era directora ejecutiva de la oficina de Estambul de la Asociación de Derechos Humanos, le dispararon. Por suerte fueron balas perdidas. En 2001, un hombre entró en su oficina y le disparó. Fue arrestado, pero liberado sólo seis meses más tarde. Las amenazas contra ella continúan hasta el día de hoy. Las amenazas en su contra siguen hasta el día de hoy.
Su apoyo constante y abierto a las mujeres y las minorías también ha llevado a Keskin a ser enjuiciada en los últimos años bajo una serie de cargos, desde insultos al Estado turco por sugerir que las fuerzas armadas habían sido autores de violencia sexual en el sureste kurdo, a «la incitación al odio» por haber hecho referencia al «Kurdistán» en discursos. En su mayoría, estos juicios han terminado con sentencia absolutoria, penas o multas suspendidas. Sin embargo, en 1995, pasó varios meses en la cárcel por «incitar al separatismo» en un artículo llamando a un cese el fuego entre el PKK y las fuerzas del gobierno. También se le prohibió ejercer la abogacía durante un año en 2002.
En una entrevista para IFEX en marzo 2014, Keskin dijo que había una decena de casos abiertos en su contra, incluyendo bajo el polémico artículo 301 del Código Penal que penaliza el insulto en contra del Estado y sus instituciones. Ella explicó: «Si se escribe de la violación de una mujer o de un niño por un policía, es considerado como insulto para el Estado, ya que se trata de un agente del Estado, y luego por implicación estás insultando el Estado en su conjunto.» Keskin habló de cómo ella sigue recibiendo amenazas, aunque menos que en el pasado, pero que ella no las reporta «porque nos centramos en los problemas de los demás, no nos centramos en nuestros propios problemas personales. Nuestro trabajo es para otras personas más que para nosotros mismos».
En diciembre de 2014, Keskin fue condenada a diez meses de prisión en virtud del artículo 301 sobre el insulto al Estado por haber dicho en un discurso en 2005 que «Turquía tiene una historia sucia». Estaba vinculando la muerte de un niño de 12 años de edad que fue asesinado a tiros junto a su padre por la policía durante una operación anti-PKK en 2004 a lo que describió como una larga historia de opresión violenta por el Estado turco que se remonta al genocidio armenio de 1915. Los policías implicados en los asesinatos fueron finalmente absueltos, una decisión que provocó una protesta entre los activistas kurdos.
Keskin fue una de los cientos de periodistas y abogados que fueron objeto de procesamiento y encarcelamiento durante una serie de medidas represivas que siguieron al fallido golpe de Estado de julio de 2016. En marzo de 2016, Keskin recibió una prohibición de viajar bajo los términos de una legislación contra el terrorismo, por una fotografía publicada en Özgür Gündem, periódico que cubrió sobre asuntos kurdos y que fue por muchos años objeto de cierres y procesos judiciales. En mayo de 2016, a medida que se intensificaban los ataques a la publicación, se puso en marcha la campaña Editor en jefe bajo la mira, en la que escritores, periodistas, abogados, activistas y otros se turnaban como editores voluntarios por un día en un acto de solidaridad. La campaña terminó con el cierre forzado del periódico en agosto de 2016 bajo un estado de emergencia declarado tras el fallido de golpe de estado.
Justo antes del cierre, las oficinas de Özgür Gündem y la casa de Keskin fueron atacadas por la policía, y 23 miembros del personal fueron detenidos brevemente. Treinta y ocho de las 56 personas que actuaron como co-editores voluntarios fueron procesadas y acusadas de ayudar al terrorismo por participar en la campaña. Keskin fue una de las acusadas.
Keskin también fue enjuiciada por su trabajo anterior para Özgür Gündem. En enero de 2016, se abrieron audiencias contra ella y Reyhan Çapan, redactor del periódico, bajo cargos bajo el artículo 301. Eran acusados de insultar a los servicios de seguridad en un artículo que implica a las fuerzas armadas en el asesinato de un joven durante conflictos en Mardin, Turquía en noviembre de 2015. Además de esto, Keskin también enfrentó un proceso por “insultos” al presidente Erdoğan y ayudar al terrorismo debido a un artículo publicado en septiembre de 2015 titulado El palacio se ha vuelto loco (The palace has gone mad) que criticó el abandono del presidente de las conversaciones de paz.
A pesar de todo esto, Keskin se mantuvo desafiante. En julio de 2017 se encontraba entre un grupo de defensores de los derechos humanos que se reunieron frente a un tribunal de Estambul en solidaridad con otros diez defensores que habían sido detenidos unos días antes.
El 30 de marzo de 2018, Keskin fue sentenciada a 7 años y medios de cárcel por haber publicado artículos en Özgür Gündem que «degradaron» a la nación turca e «insultaron» al presidente Erdogan. Apeló la sentencia y le impusieron una prohibición de viajar.
El 21 de mayo de 2019, Keskin fue nuevamente condenada por cargos relacionados con artículos publicados en Özgür Gündem cuando era coeditora en jefe. En esta ocasión fue declarada culpable de “propaganda para una organización terrorista” y fue sentenciada a 3 años y 9 meses de prisión.
En octubre de 2019, la casa de Keskin fue allanada por la policía ; no se encontraba en su casa, pero fue llamada a declarar al día siguiente en la corte. Según los informes, fue acusada de “propaganda para una organización terrorista” en las redes sociales.
En enero de 2020, en otro juicio relacionado con Özgür Gündem, Keskin enfrentó cargos de “pertenencia a una organización terrorista”. Los fiscales le exigieron que cumpliera 15 años de prisión. En febrero de 2021, Keskin fue declarada culpable de estos cargos y sentenciada a seis años y tres meses de prisión. En abril de 2021, el tribunal de apelaciones confirmó esta sentencia.
Keskin pronto fue juzgada nuevamente por los comentarios que hizo en una declaración de 2021 en conmemoración del genocidio armenio. Fue procesada por «insultar al Estado y a la nación turca», pero fue absuelta el 2 de mayo de 2024.
La contribución de Keskin a la defensa de los derechos humanos ha sido ampliamente reconocida. Recibió el Premio de la Paz de Aquisgrán en 2004, seguido del Premio Theodor Haecken en 2005. En noviembre de 2013, participó en la campaña del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de IFEX. En 2021, la Cámara Médica de Diyarbakır le otorgó el Premio Paz y Democracia en reconocimiento a su trabajo a favor de las mujeres y contra el racismo y la discriminación.
Según Keskin, le han presentado 143 casos penales en su contra.
Ilustración de Florian Nicolle