(ARTICLE19/CENCOS/IFEX) – La atracción del caso del asesinato de las comunicadoras triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez de San Juan Copala, Oaxaca, por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas (FEADP) de la Procuraduría General de la República (PGR) siembra la esperanza de que este atentado a la vida de las […]
(ARTICLE19/CENCOS/IFEX) – La atracción del caso del asesinato de las comunicadoras triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez de San Juan Copala, Oaxaca, por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas (FEADP) de la Procuraduría General de la República (PGR) siembra la esperanza de que este atentado a la vida de las comunicadoras y contra la libertad de expresión sea investigado y que la impunidad deje de ser el sello característico en casos de agresión a comunicadores.
Aún con la tardanza con la que la subprocuraduría de Derechos Humanos Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de la PGR atrajo el caso, el hecho de que el expediente se encuentre en una instancia federal es un paso en la demanda de justicia de familiares de las víctimas, organizaciones civiles y sociales, así como del mismo gremio periodístico sobre el homicidio de las locutoras de «La voz que rompe el silencio».
La Relatoría Especial para Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sostiene que «el asesinato de periodistas y comunicadores sociales es la forma más violenta de vulnerar el derecho a la libertad de expresión, ya que no solamente anula el derecho a la vida de la víctima, sino que afecta el derecho a la integridad psíquica y moral de su familia y priva a la sociedad de una fuente de opinión e información».
Y agrega que «la carencia de investigaciones adecuadas y la impunidad que se genera en relación con los asesinatos de periodistas motivados por su labor periodística, pueden tener el efecto de propiciar que otros reporteros sean asesinados y de fomentar la autocensura, lo que restringe la libertad de expresión».
Teresa Bautista y Felícitas Martínez, de 24 y 21 años de edad respectivamente, fueron asesinadas el 7 de abril 2008 cuando se regresaban a la comunidad de San Juan Copala, Oaxaca, cuando el vehículo en el que viajaban fue interceptado por un grupo de mercenarios. Ambas indígenas triquis trabajaban para la radioemisora comunitaria «La voz que rompe el silencio», al aire desde enero de 2008, la que había recibido varias llamadas para amenazar de muerte a diferentes integrantes del equipo días antes del homicidio de las locutoras.
ARTICLE 19 y CENCOS hacen un llamado para que las autoridades lleven a cabo investigaciones efectivas que lleven al castigo de los autores intelectuales y materiales de estos hechos.
Actualiza los casos de Bautista Merino y Martínez Sánchez: http://ifex.org/es/content/view/full/92501