El reportero gráfico Rolando Díaz, quien habitualmente realiza coberturas de conflictos sociales, viene siendo víctima de maltratos y agresiones policiales desde 2005.
(FOPEA/IFEX) – El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) repudia el hostigamiento judicial y la persecución policial contra el reportero gráfico Rolando Díaz, que se desempeña en el matutino «Nuevo Diario», de la provincia de Salta, al noroeste del país. También alerta sobre la agresión de la que habría sido objeto el 28 de abril de 2010 el periodista Jaime Barrera, corresponsal del diario «El Tribuno» en la localidad de Rosario de Lerma, en esa misma provincia. Barrera además sufre una continua discriminación por su condición de extranjero.
Díaz, de «Nuevo Diario», está siendo investigado como presunto autor de amenazas por decisión del juez de Instrucción Formal de 3º Nominación del Poder Judicial salteño, Pablo Farah, tras ser denunciado por tres policías por hechos supuestamente ocurridos durante un operativo policial el 20 de enero en las cercanías de la capital provincial, en el marco de un conflicto suscitado entre el Jockey Club y la Comunidad Indígena Lules de Finca Las Costas.
El comisario inspector Héctor Luciano Tolaba, el subcomisario Néstor José Bogarín y el oficial auxiliar Javier Néstor Giménez sostienen que el reportero gráfico los amenazó con fotografiarlos en una situación irregular para «hacerlos echar» de la fuerza.
En el operativo, Díaz fotografió a un policía mientras usaba gas pimienta (elemento cuyo uso fue negado por parte de las autoridades policiales) contra los comuneros que intentaban impedir la construcción de canchas de rugby en tierras que reclaman para sí. Tras un forcejeo, Díaz recibió tres escupitajos de parte de un policía, que sería Tolaba, en tanto que otros trabajadores de prensa fueron golpeados por efectivos de la guarda de infantería. Ninguno de la decena de policías involucrados llevaba identificación.
Díaz, quien habitualmente realiza coberturas de conflictos sociales, viene siendo víctima de maltratos y agresiones policiales desde 2005 y, recientemente, intentaron detenerlo mientras tomaba fotografías de un incendio. Ninguna de las denuncias del reportero gráfico ha prosperado hasta ahora.
Consultado por FOPEA, el jefe de Policía de Salta, Humberto Argañaraz, admitió que no puede garantizar que miembros de esta institución no incurran en agresiones a trabajadores de prensa, así como tampoco la integridad física de Díaz.
Por otra parte, Barrera, del diario «El Tribuno», denunció haber sido atacado por Saturnino Reyes Sajama, presidente del Concejo Deliberante de Rosario de Lerma (a 39 kilómetros de la capital provincial), en un hecho ocurrido el 28 de abril. Sajama le recriminó a Barrera por haber realizado comentarios críticos en una nota y en su programa televisivo sobre la acción de los concejales, luego de que el presidente del cuerpo impidiera que la prensa ingresara a una reunión de comisión. El periodista dijo a FOPEA que le contestó algo así como «no tengo la culpa si la gente dice esto», y que Sajama lo siguió insultando; entre otras afirmaciones, le dijo «chileno de mierda, te voy a cagar matando». Barrera le dio la espalda y comenzó a alejarse. En esas circunstancias recibió una trompada en el oído izquierdo de parte de Sajama, lo cual fue confirmado posteriormente por un médico e incorporado a la denuncia policial que hizo el periodista.
El 29 de abril, en declaraciones a una radio Rosario, Sajama leyó supuestos mensajes de oyentes con contenido discriminatorio hacia el periodista, de nacionalidad chilena. Barrera presentó una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y aportó grabaciones del programa.
Ante la consulta de FOPEA, Sajama negó haber golpeado al periodista pero reconoció que durante su participación en la emisora local hubo mensajes discriminatorios referidos al país de origen de Barrera. Sajama admitió haber leído solo «uno» de esos mensajes pero dijo no recordar su contenido.
FOPEA hace un llamado a las autoridades del gobierno de Salta para que se tomen medidas destinadas a corregir estas acciones, y exige que se respete el trabajo de la prensa y se den garantías para que los periodistas y fotógrafos puedan seguir llevando a cabo sus tareas sin temor a recibir agresiones.