Durante los 14 años de mandato de Chávez, su Gobierno ha concebido un sofisticado y agresivo modelo de control de los medios independientes.
(WAN-IFRA/IFEX) – El 7 de octubre de 2012, los venezolanos decidirán si reeligen al Presidente Hugo Chávez o permiten al candidato de la oposición, Henrique Capriles, asumir el cargo más importante del país. La campaña electoral estará marcada por la incertidumbre; Capriles ha sabido unificar a la oposición por primera vez en 13 años y se ha convertido en un contendiente de envergadura para Chávez, cuyas menguantes apariciones públicas –tras diagnosticársele un cáncer hace un año– han despertado serias dudas sobre su capacidad para dirigir la campaña electoral e incorporarse a un cuarto mandato.
“Conforme se acerquen las elecciones, más riesgo corren los medios de ser atacados”, advirtió Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional, en un encuentro con una delegación de WAN-IFRA en Caracas, el 4 de junio.
Durante los 14 años de mandato de Chávez, su Gobierno ha concebido un sofisticado y agresivo modelo de control de los medios independientes. Mediante un acoso judicial a empresas mediáticas y periodistas, una restrictiva legislación, una atribución desigual de la publicidad oficial, un poderoso aparato de medios estatales utilizado para desacreditar e intimidar a medios independientes del gobierno, y amenazas o ataques físicos por representantes y simpatizantes oficialistas, la administración Chávez ha conseguido en efecto silenciar las voces críticas más influyentes manteniendo, al mismo tiempo, una apariencia de pluralidad mediática.