Tres expertos reflexionan sobre lo que es la impunidad y cómo terminar con ella en Pakistán. Actúe ahora enviando una carta al gobierno de Pakistán para asegurar la implementación del plan de la ONU para proteger a los periodistas y combatir la impunidad.
Pakistán tiene uno de los peores registros en el mundo en lo que refiere a la impunidad en crímenes contra la libertad de expresión. Le preguntamos a tres personas que trabajan en la vanguardia de la lucha contra la impunidad para que compartan sus puntos de vista.
A. Rehman [AR] es el Secretario General de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (CDHP). Además de monitorear violaciones a los derechos humanos y buscar enmiendas por medio de campañas públicas, cabildeo y la intervención en los tribunales, CDHP organiza seminarios, talleres y misiones de determinación de hechos. Rehman ha tenido una extensa carrera en el periodismo que abarca cinco décadas, incluyendo posiciones en el Pakistán Times y el Weekly Viewpoint.
Owais Aslam Ali [OA] es el Presidente de Pakistan Press International. Desde 1992, ha sido secretario general de la Pakistan Press Foundation (PPF), un centro independiente de investigación de medios de comunicación y de documentación comprometido a elevar los estándares del periodismo, y promover y defender de la libertad de expresión en Pakistán, y a nivel internacional.
Shahzad Ahmad [SA] es el Director Nacional de Bytes for All, Pakistán, una organización internacional de derechos humanos con un enfoque en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) para el desarrollo, la democracia y la justicia social. Es un especialista en seguridad digital, ética de los medios sociales y el uso estratégico de la tecnología para las comunicaciones, y contribuye con publicaciones e investigación sobre las TIC para el desarrollo, la libertad de expresión y las cuestiones de género relacionadas.
Los expertos respondan
¿Cómo afecta la impunidad sobre la libertad de expresión en Pakistán?
AR: La impunidad constituye uno de los desafíos más serios al estado de derecho en Pakistán y a los derechos básicos de los ciudadanos. Los funcionarios casi siempre se salen con ejecuciones extrajudiciales. Las desapariciones forzadas son un tema importante aquí, y no hay funcionario estatal que haya sido procesado. La detención ilegal, la tortura, y la extorsión son comunes. Las personas que trabajan en los medios de comunicación son particularmente vulnerables a los ataques dirigidos a silenciarlos, y los culpables están dentro y fuera del gobierno.
SA: Muchas autoridades estatales, así como actores no estatales gozan de impunidad en Pakistán, y casi todos ellos se oponen a los ideales de la libertad de expresión. Se sabe, por ejemplo, que las agencias militares y de inteligencia utilizan la coacción y otras tácticas para silenciar a los periodistas, pero aún no hay acciones que se promuevan en contra de las personas que ordenan estos actos ilegales e inconstitucionales. Las normas vagas, cuestiones de jurisdicción de tribunales y el debilitamiento del gobierno en varias áreas de conflicto contribuyen a la impunidad. Del mismo modo, la derecha religiosa se ha burlado, criticado y coartado fuertemente la libertad de expresión en Pakistán mediante la imposición de medidas de presión sobre las autoridades. El asesinato del gobernador de Punjab Salman Taseer, asesinado por su propia guardia de seguridad que estaba en desacuerdo con su oposición a la ley de blasfemia de Pakistán, es un vivo recordatorio de que si usted expresa creencias religiosas que difieren de la derecha religiosa, van a silenciarlo, de una u otra forma. Los terroristas plantean otra amenaza que se cierne fuertemente sobre la libertad de expresión. Y todos estos actores gozan de impunidad.
OA: Según las cifras recopiladas por Pakistán Press Foundation (PPF), 55 periodistas han sido asesinados en el cumplimiento del deber en Pakistán en los últimos diez años, y 36 de ellos fueron deliberadamente blancos de ataques y asesinados debido a su trabajo. Por cada periodista asesinado deliberadamente, hay muchos otros que han sido heridos, amenazados y coaccionados al silencio. Lamentablemente, los autores de la violencia contra los periodistas y trabajadores de los medios gozan de una impunidad casi absoluta en Pakistán. Esto está obstaculizando seriamente la libertad de prensa en el país.
El aumento alarmante de la violencia y las amenazas han obligado a muchos periodistas a migrar de estas zonas peligrosas, y la intimidación ha obligado a otros a la autocensura, particularmente en las zonas de conflicto. Debido a esto, los informes sobre la acción militar de las fuerzas de seguridad paquistaníes, los ataques con aviones no tripulados por parte de las fuerzas estadounidenses o ataques por parte de militantes, se basan en gran medida en los comunicados de prensa y no en las observaciones de periodistas independientes.
¿Cómo la cultura de impunidad afecta el trabajo de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán?
AR: Los defensores de los derechos humanos se enfrentan a serios desafíos. Tres activistas que trabajaban para la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (CDHP) han sido asesinados. Dos han tenido que ser reubicados. Los documentos filtrados por Edward Snowden revelaron planes para matar al líder de la CDHP Asma Jahangir. En este momento varias personas de los medios basadas en Karachi están tratando de escapar de las amenazas de un grupo militante político. El asesinato de Saleem Shahzad, un periodista paquistaní que escribió ampliamente para medios de comunicación europeos y asiáticos, fue investigado por una comisión, pero ningún criminal fue señalado. La mayoría de las investigaciones son simples lavaojos. Los presuntos autores de la mayoría de los casos son de la inteligencia militar, inteligencia civil, la policía, talibanes y otras organizaciones militantes, brazos armados de los partidos políticos en Karachi, y por supuesto contrabandistas y narcotraficantes.
Aunque la impunidad afecte a todos, Pakistán es conocido en particular como uno de los lugares más peligrosos en el mundo para ser periodista. ¿Por qué son atacados los periodistas y por quién?
OA: En un ambiente tan violentamente polarizado, todo se vuelve controversial, ya sea la educación de las niñas o las vacunas de polio. Sin embargo, los problemas de seguridad siguen siendo la mayor amenaza para los periodistas. A causa de la guerra de Afganistán, la denominada «guerra contra el terror», y un movimiento separatista que se enciende lentamente, Khyber Pakhtunkhwa, Agencias Tribales Federalmente Administradas (Federally Administrated Tribal Agencies, FATA) y Baluchistán son las zonas más peligrosas para los periodistas. De los 55 periodistas asesinados en el cumplimiento del deber desde 1994, 42 estaban trabajando en una de estas regiones. En cuanto a quiénes son los perpetradores, debido a la falta de investigaciones creíbles e independientes, los asesinatos siguen siendo un misterio y se señalan a los sospechosos de siempre – grupos militantes, agencias de inteligencia y separatistas.
¿Las mujeres periodistas se enfrentan a diferentes tipos de riesgos?
OA: Realizar informes, especialmente en las zonas rurales y en conflicto, sigue siendo casi exclusivamente un trabajo masculino. La situación en el sector televisivo de reciente aparición es un poco mejor, ya que las mujeres que informan para la televisión están acompañadas por un equipo que incluye camarógrafos y productores, lo que proporciona más seguridad. Sin embargo, «molestar a Eva» – el acoso sexual público o abuso sexual de las mujeres por los hombres – es endémico en la sociedad pakistaní. Los empresarios de medios, sindicatos o clubes de prensa no han ido mucho más allá de las palabras vacías en lo que atañe a la promoción de un sentimiento de seguridad que aliente a que cada vez más mujeres entren en el ámbito de la información.
¿Existen espacios digitales donde la gente se pueda expresar con seguridad?
SA: La expresión en espacios digitales se ve reducida por las autoridades, con excusas como la seguridad nacional, la moral y la armonía religiosa. Por ejemplo, algunas páginas de Facebook tienen miles de seguidores y hablan abiertamente de un Pakistán liberal al tiempo que critican mordazmente la mentalidad religiosa. Sin embargo, las autoridades han bloqueado estas páginas en varias ocasiones. Las consecuencias de expresarse a través de Internet pueden ser nefastas. En un incidente reciente, un profesor fue atacado por expresar sus creencias ateas en línea. Luego fue acusado de blasfemia y fue apenas si evitó el linchamiento a manos de una turba. Finalmente, fue encarcelado, y permanece allí hasta el día de hoy. El gobierno ha puesto en marcha una campaña contra lo que considera blasfemia en línea, contenido contra la seguridad nacional, la moral o toda crítica de las autoridades – especialmente los militares o las agencias responsables por la aplicación de ley. El Estado está empeñado en comprar herramientas sofisticadas de filtrado y de vigilancia en línea, lo que hace que las autoridades puedan identificar fácilmente a los usuarios que se entregan a una narrativa que es inaceptable para el Estado. A la larga, esto limita los espacios digitales para la libertad de expresión.
¿Cómo afecta esta cultura de impunidad directamente a Bytes for All?
SA: Hemos enfrentado muchas amenazas por defender la libertad de expresión en el país. Ya eran frecuentes las escuchas telefónicas, vigilancia, visitas de las agencias de inteligencia y amenazas de severas consecuencias por parte de la derecha religiosa, y se incrementaron después de que presentáramos una denuncia contra el gobierno por violar la libertad de expresión al restringir el acceso a muchos sitios web en Pakistán. La situación se deterioró aún más cuando, en otra petición, Bytes for All desafío al gobierno sobre el uso de FinFisher – una herramienta de vigilancia draconiana. Una campaña de desprestigio se inició en contra de nosotros etiquetándonos de traidores, anti-Pakistán, agentes de Occidente y anti-Islam. Las autoridades estatales y la derecha religiosa consideran esto una amenaza para el discurso popular, por lo que consideran el trabajo de Bytes for All como traición y algo que va en contra de los intereses nacionales.
¿Existe en Pakistán un movimiento local para acabar con la impunidad?
SA: Normalmente uno esperaría que los medios dirigieran dicha campaña. Pero los medios delimitan ellos mismos las áreas a las que no van, se hacen los tontos en muchos casos, incluso pasando por alto la muerte de sus propios reporteros cuando estos involucran importantes actores. La sociedad civil está encabezando un sub-movimiento, que se enfoca en el tema de la prohibición de YouTube que puede verse como un esfuerzo para acabar con la cultura de la impunidad. Sin embargo, el esfuerzo es de pequeña escala y necesita ser amplificado, lo que solo podría ser posible con la participación directa de los medios de comunicación, los partidos políticos, el poder judicial y otras partes interesadas.
AR: Las protestas son realizadas por aquellas personas aquejadas por los excesos de los oficiales o por las atrocidades cometidas por actores no estatales, pero no hay un movimiento para acabar con la cultura de la impunidad como tal. La Corte Suprema ha tomado varios casos motu propio [del latín, significa «por su propia iniciativa y autoridad»], pero no ha podido hacer una gran diferencia.
¿Y qué hay de la comunidad internacional? ¿Pueden ayudar iniciativas como el Plan de Acción de las Naciones Unidas?
AR: En Pakistán, nuestra burocracia puede cansar a los Relatores de la ONU, pero siguen planteando temas para el debate, lo cual es importante. Iniciativas como el Plan de Acción de las Naciones Unidas pueden ayudar, siempre y cuando haya un apoyo significativo de la sociedad civil dentro de Pakistán
SA: Iniciativas como el Plan de Acción de la ONU son sin duda una inspiración que puede guiar la lucha de un país, pero lo que Pakistán necesita es una voluntad que venga desde adentro para preservar la libertad de expresión. A menos que se unen los medios de comunicación locales para anular la impunidad, la comunidad internacional no podrá ser de mucha ayuda en Pakistán. El Plan de Acción de las Naciones Unidas puede ser eficaz sólo si el gobierno tiene la obligación de cumplirlo.
OA: El aumento de la violencia contra los medios ha impulsado PPF a trabajar aún más fuerte con los medios de comunicación nacionales e internacionales. En marzo de 2013, cumplimos con nuestro rol en la Conferencia Internacional sobre Seguridad y Protección de Periodistas de Pakistán: Promoviendo enfoques colaborativos para luchar contra la Impunidad, que dio lugar a la formación de la Coalición de Pakistán sobre la seguridad de los medios (PCOMS por su sigla en inglés). PCOMS apoya el Plan de Acción de la ONU contra la impunidad, así como su enfoque en Pakistán como uno de los países piloto, y su objetivo es ayudar, apoyar y reforzar su aplicación. Yo creo que esta coalición supone un importante avance en la lucha contra la impunidad de los que atacan a los profesionales y las instituciones de los medios de comunicación. Actuará como órgano de coordinación, mapeando las diferentes iniciativas de seguridad, proporcionando un foro para coordinar esfuerzos, y nos ayudará a trabajar hacia un resultado único. PPF también aceptó acoger la Secretaría de PCOMS.
¿Cuál es la solución para acabar con la impunidad en Pakistán?
AR: Acabar con la impunidad en Pakistán será un largo recorrido. En primer lugar, debe terminar el ciclo de la intervención militar y la alteración del orden constitucional. La llamada guerra contra el terrorismo y las operaciones de los grupos militantes han socavado el imperio de la ley. El proceso debe invertirse. Las agencias de inteligencia deberán ser sometidas a la ley y la rendición de cuentas. El poder judicial subordinado debe ser purgado de elementos corruptos. La policía y otros servicios encargados de hacer cumplir la ley deben ser sensibilizados sobre leyes civilizadas y los derechos humanos. Y los informantes deben ser protegidos. Los testigos, también
SA: Creemos que la manera más práctica de acabar con la impunidad en Pakistán es responsabilizar aún más a las autoridades. Las Leyes deficientes y otros problemas en ciertas zonas de conflicto son también dañinos para la libertad de expresión, y fortalecen aún más la impunidad. Las agencias paquistaníes encargadas de hacer cumplir la ley, el sistema judicial y la rama ejecutiva deben trabajar juntos con una fuerte voluntad política para poner fin a la impunidad.
De acuerdo con sus obligaciones internacionales, el gobierno debe cumplir el compromiso que hizo en octubre del 2012 en el Examen Periódico Universal y establecer una Comisión Nacional de Derechos Humanos con el mandato de investigar los casos y llevar a los culpables ante la justicia. Hasta la fecha, el gobierno no ha movido ni un centímetro en esa dirección.
Las organizaciones de la sociedad civil, los profesionales de los medios de comunicación y los activistas de derechos digitales deben seguir monitoreando atentamente las instancias donde se reduce la libertad de expresión, y elevar fuertemente sus voces en contra de las mismas.
Además, la comunidad internacional debe continuar presionando a los medios y el gobierno de Pakistán para garantizar la implementación del Plan de Acción de la ONU. Aunque el debido proceso legal está ganando terreno en Pakistán, y el poder judicial le hizo frente al ejército en algunos casos, una legislación y un proceso legal adecuados ayudarán a llevar incluso a las instituciones poderosas ante la justicia.
Y, por último, estas cuestiones deben ser planteadas con fuerza en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para que el gobierno se responsabilice más.
OA: PPF cree que son esenciales varios pasos para acabar con la impunidad para aquellos que atacan periodistas y trabajadores de los medios, entre otros:
1. Los casos penales deben ser registrados, investigados y procesados para los autores de la violencia contra los medios de comunicación.
2. Se debe establecer una comisión independiente que incluya a las organizaciones profesionales de los medios, organizaciones de servicio comunitario, libertad de prensa y organizaciones de derechos humanos y los órganos profesionales de abogados, para monitorear las investigaciones penales y legales en el seguimiento de casos de violencia e intimidación de periodistas.
3. Los medios impresos, electrónicos y en-línea, locales, nacionales e internacionales, deben garantizar el seguimiento a largo plazo de los casos de asalto a los medios de comunicación y sus trabajadores.
4. Las amenazas y los ataques pueden reducirse en cierta medida con la adopción de un enfoque profesional y una información imparcial y objetiva. Los periodistas, especialmente en las zonas rurales, deben recibir capacitación en habilidades de escritura, dominio del idioma, edición y técnicas de entrevista para mejorar sus capacidades.
5. Es necesario que las organizaciones de medios desarrollen «procedimientos operativos» con las fuerzas de seguridad que permitan a los periodistas cubrir las situaciones de conflicto con mayor seguridad.
6. A veces, editores insensibles y mal informados, empujan a sus periodistas y reporteros gráficos en situaciones en las que éstos deben poner su vida y su bienestar en peligro para conseguir historias. Es necesario crear conciencia y sensibilizar a los propietarios y editores de las realidades y las amenazas a las que se enfrentan los periodistas, especialmente los que trabajan en zonas de conflicto.
Llama al gobierno de Pakistán a que aplique el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad.
La carta
Pervez Rashid, Ministro de Información y Radiodifusión, Pakistán
Primer Ministro Nouri al-Maliki de Irak
Primer Ministro Khil Raj Regmi de Nepal
Sr. Mustafa Biong Majak Koul, Director General de Información, Sudán del Sur
11 de noviembre 2013
Sus Excelencias,
Al celebrar el próximo Día Mundial contra la Impunidad el 23 de noviembre, quisiéramo llamarle la atención sobre el Plan de acción de la ONU para proteger a los periodistas y combatir la impunidad, y pedirle implementarlo en su país. En su fase inicial, el plan será implementado en Irak, Nepal, Pakistán y Sudán del Sur. Países de Latinoamérica como México y Honduras también están bajo consideración.
La escala y el número de ataques contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación de todo el mundo, junto con las fallas para investigar y enjuiciar los crímenes contra ellos, han contribuido con el nivel inaceptablemente alto de riesgo personal que los periodistas y otras personas siguen enfrentando simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión. En respuesta, las Naciones Unidas han desarrollado un enfoque denominado Plan de acción de las Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad.
El plan es un conjunto de objetivos, principios y acciones desarrolladas por los Estados Miembros de la UNESCO y aprobado por la Junta de los Jefes Ejecutivos de las Naciones Unidas el 12 de abril de 2012, destinado a abordar directamente el problema de la seguridad de los periodistas y el problema de la impunidad.
El plan está diseñado para defender el derecho fundamental a la libertad de expresión, lo que garantiza que los ciudadanos estén bien informados y puedan participar activamente en la sociedad. Su objetivo es lograr esto mediante la creación de un entorno libre y seguro para los periodistas y trabajadores de los medios, incluidos los productores de medios sociales, de dos maneras: mediante la introducción de mecanismos destinados a reducir el peligro – tanto en situaciones de conflicto y de no conflicto – y mediante el fortalecimiento de los mecanismos legales disponibles a nivel nacional, regional y mundial, que apoyan el derecho a la libertad de expresión y de información.
El problema existe en muchos niveles, por lo que la solución también debe ser en varios niveles. El plan está diseñado para incluir a todas las partes interesadas. Incorpora roles para los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, académicos, medios de comunicación, y otras personas que trabajan a nivel global, regional, nacional y local, y su éxito dependerá de la plena participación de todos.
Por favor, ayude al implementar los siguientes aspectos relevantes del plan:
• Sensibilizar a los ciudadanos sobre las consecuencias de que los periodistas tengan restringido el derecho a la libertad de expresión.
• Ayudar a los gobiernos a desarrollar leyes para proteger a los periodistas.
• Proveer cursos de formación para periodistas.
• Establecer mecanismos de respuesta a emergencias en tiempo real.
• Fortalecer la seguridad de los periodistas en zonas en conflicto.
• Sensibilizar a los Estados miembros, periodistas, propietarios de medios, hacedores de política, organizaciones de noticias, editores y periodistas sobre los peligros crecientes y amenazas emergentes que enfrentan profesionales de los medios y actores no estatales.
Gracias por su atención y quedamos atentos a su respuesta.