(FIP/IFEX) – Dos sujetos intentaron secuestrar a Nancy Beatriz Cárdenas, hija del periodista y director de la revista «La Verdad», Pedro Antonio Cárdenas, la mañana del 24 de octubre de 2007, en el sur de Bogotá, la capital nacional. («La Verdad» es una revista basada en la ciudad de Honda, en Tolima, un departamento en […]
(FIP/IFEX) – Dos sujetos intentaron secuestrar a Nancy Beatriz Cárdenas, hija del periodista y director de la revista «La Verdad», Pedro Antonio Cárdenas, la mañana del 24 de octubre de 2007, en el sur de Bogotá, la capital nacional. («La Verdad» es una revista basada en la ciudad de Honda, en Tolima, un departamento en el centro-sur de Colombia.) Además, en el municipio de Anzoátegui, Tolima, 200 kilómetros al sur-occidente de la capital, el periodista José Joaquín Chávez, director de la emisora Acción F.M. Estéreo, viene siendo amenazado de muerte desde el 18 de octubre.
Cuando Nancy Beatriz Cárdenas, transitaba a las 7:20 a.m. (hora local) el 24 de octubre por la calle 46 sur, hacia la Avenida Caracas, para dirigirse a su trabajo, dos fornidos sujetos la interceptaron, la tomaron fuertemente de los brazos e intentaron levantarla, mientras le decían: «Acompáñenos». La muchacha, de 25 años, comenzó a forcejear pero, por suerte, a sólo dos o tres metros, un vecino intervino, enfrentó a los delincuentes y comenzó una trifulca a golpes que ella aprovechó para huir.
La hija del periodista se guareció en la estación Santa Lucía del metro Transmilenio, ubicada en el barrio Marco Fidel Suárez, desde donde pudo ver que uno de los sujetos manaba sangre del rostro, antes de tomar el bus que la sacaría del sector.
El 11 de septiembre, su padre Pedro Antonio Cárdenas había recibido una llamada a su celular en la que un desconocido le advirtió: «Espere el regalito, amigo». Al llegar a su casa uno de sus hijos le informó que alguien había llamado para dejar la siguiente razón: «Dígale a don Pedro que se le había prohibido sacar la revista, que espere el regalito». El día siguiente, se repitió la llamada y una hora después, llegó un mensajero con un ramo de flores del que pendía una tarjeta que decía: «Para la familia Cárdenas Beltrán. Sentido pésame por la nueve noches».
Entre tanto, el periodista José Joaquín Chávez, director de la emisora Acción F.M. Estéreo de Anzoátegui y corresponsal de «la Voz del Tolima» en el conflictivo norte del Tolima, recibía una de las tantas amenazas de muerte que lo acosan desde el 18 de octubre. Ese día Chávez entrevistó a Orlando Cabrero, coordinador regional del programa presidencial Familias en Acción que entrega subsidios para educación o nutrición, donde hizo claridad sobre unas presuntas irregularidades.
Treinta segundos luego de terminada la entrevista llegó el primer mensaje amenazante: «Apague la emisora o se muere». Desde ese día, el colega ya ha perdido la cuenta de la cantidad de llamadas y mensajes de texto recibidos, donde, además, le dicen: «Lo más seguro es que usted no alcanza a votar»; las elecciones para las alcaldías por todo el territorio nacional son programadas para el 28 de octubre.
«Estamos anonadados con la avalancha de agresiones contra periodistas. En sólo cinco días, dos colegas salieron del país, dos han sido agredidos para obstruir su trabajo, tres han recibido amenazas de muerte y ahora, la hija de un colega casi es secuestrada», comentó Eduardo Márquez, el director del Centro de Solidaridad de la FIP Colombia (CESO-FIP Colombia) y también Presidente de la Federación Colombiana de Periodistas (FECOLPER). «Hacemos un llamado a las autoridades para que protejan a la hija de Pedro Antonio, quien ya ha sufrido los rigores del exilio por su trabajo, y para que le den seguridad al colega José Joaquín, quien trabaja en una zona particularmente violenta». (Para más información sobre amenazas anteriores y el secuestro de Pedro Antonio Cárdenas que ocasionaron su exilio, ver las alertas de IFEX del 18 y 17 de mayo de 2006 y 18 de marzo de 2003)
Finalmente Márquez puntualizó: «Tememos que las amenazas contra Pedro Antonio Cárdenas provengan de una mafia que en Bogotá controla el tráfico de teléfonos celulares robados y redes de mulas de narcotráfico. Ellos quieren evitar la publicación del resultado de una investigación periodística en ‘La Verdad’. A esos delincuentes, les decimos que el colega desistió de la publicación, pero también queremos advertirles que si agreden una vez más al colega o a cualquier miembro de su familia, varias copias del reportaje que se encuentran en sobres cerrados serán abiertas, para su publicación, en medios nacionales e internacionales».