(RSF/IFEX) – El 29 de junio de 2006, la Cámara de Representantes aprobó, por 227 votos contra 183, una resolución presentada el día anterior, que apoya el programa de vigilancia de las transacciones bancarias internacionales, puesto en marcha por la administración Bush, en el marco de su lucha contra el terrorismo. La resolución equivale a […]
(RSF/IFEX) – El 29 de junio de 2006, la Cámara de Representantes aprobó, por 227 votos contra 183, una resolución presentada el día anterior, que apoya el programa de vigilancia de las transacciones bancarias internacionales, puesto en marcha por la administración Bush, en el marco de su lucha contra el terrorismo. La resolución equivale a una condena de los medios de comunicación que revelaron la existencia de dicho programa, empezando por el «New York Times», blanco de vehementes ataques del ejecutivo y de la mayoría del Congreso. Algunos políticos republicanos reclaman ahora que sea prohibido el acceso al Congreso de los periodistas acreditados del diario. Otros llegan hasta el extremo de pedir que se les denuncie por alta traición.
El representante Michael Oxley (republicano, Ohio), autor de la resolución, declaró que «el artículo del ‘New York Times’ le ha cortado las piernas al programa». Por propia iniciativa, su colega J.D. Hayworth (republicano, Arizona) lanzó una petición, que de momento ha recogido 70 firmas, exigiendo el despido de los periodistas del «New York Times» que efectuaron las revelaciones.
«Denunciamos el tono excesivo y las abusivas reclamaciones solicitadas por los partidarios de esa resolución, cuyo violento discurso representa un atentado a la libertad de prensa y al derecho de los ciudadanos a estar informados. La resolución indica un deseo de controlar a los medios de comunicación, a los que se solicita a no tratar temas sensibles. Esta nueva iniciativa, sumada a las amenazas relativas al secreto de las fuentes, apoya el temor a que cada vez sean mayores las restricciones impuestas a la prensa. Estamos muy preocupados por esta progresiva degradación de las libertades de prensa y expresión en los Estados Unidos, y hacemos un llamamiento a la opinión pública norteamericana, y a la clase política, para que reaccionen», ha declarado Reporteros sin Fronteras.