(RSF/IFEX) – El 4 de agosto de 2003, Blanca Reyes confió a RSF su gran preocupación por las condiciones de detención de su marido, el periodista y poeta cubano Raúl Rivero. «Desde su detención, el 20 de marzo, ha perdido cuarenta libras (19,5 kilos)», declaró, precisando que había hablado por teléfono con él, el 31 […]
(RSF/IFEX) – El 4 de agosto de 2003, Blanca Reyes confió a RSF su gran preocupación por las condiciones de detención de su marido, el periodista y poeta cubano Raúl Rivero. «Desde su detención, el 20 de marzo, ha perdido cuarenta libras (19,5 kilos)», declaró, precisando que había hablado por teléfono con él, el 31 de julio.
«¿Por qué? Porque tiene hambre. Hoy quiero que se sepa: Raúl Rivero está pasando hambre. Aunque no se queje yo me doy cuenta, y también su madre, que le conoce bien», añadió la mujer del disidente. «Detenido en situación de ‘alto rigor’, solo tiene autorización para recibir una visita cada tres meses, en lugar de cada mes. También están restringidas las visitas matrimoniales. Por tanto, solo puedo llevarle alimentos cada tres meses. Como están prohibidas los alimentos en latas, se alimenta de galletas, y no hay proteínas en su régimen alimenticio. La próxima visita está prevista para el 21 de agosto», explica Reyes, quien ha indicado que Rivero tiene igualmente problemas de circulación sanguínea, para los que las autoridades le entregan los medicamentos que ella le lleva.
Añade: «Por otra parte, las condiciones de detención son infra-humanas e inaceptables. Sufre calor y la cárcel es totalmente insalubre. Sé que las celdas están infectadas de cucarachas, de mosquitos. Ni siquiera Fidel Castro, cuando estuvo condenado por alzarse en armas contra el dictador Fulgencio Batista, pasó por tales condiciones de detención. Raúl es inocente. Estoy en una desesparación absoluta».
Sin renunciar por ello a exigir su liberación, Reyes pide al gobierno que haga todo lo posible para mejorar las condiciones de detención de su marido, garantizándole una alimentación sana y equilibrada, y poniendo fin al régimen especial a que está sometido. Igualmente, la mujer del disidente advierte a las autoridades de que podría ocurrirle algo a la madre del periodista, Hortensia Castañeda, de 82 años de edad, visiblemente muy afectada por el encarcelamiento de su hijo. «Considero al gobierno responsable de su estado de salud», ha declarado.
Rivero se encuentra detenido en la cárcel de Canaleta, en Ciego de Avila, una ciudad situada a 420 kilómetros al este de La Habana. En abril fue condenado a 20 años de cárcel, por «atentado a la independencia y a la integridad del Estado». Está acusado de haber publicado algunos artículos «tendenciosos» en la prensa internacional, de haberse entrevistado con diplomáticos estadounidenses y de haber colaborado con RSF, «una organización terrorista francesa, manipulada por el gobierno de Estados Unidos». Rivero recibió en 1997 el premio RSF – Fundación de Francia, por su compromiso a favor de la libertad de prensa. También es miembro de la asociación de periodistas Sociedad Manuel Márquez Sterling, integrante de la Red RSF, que agrupa a varias organizaciones de defensa de la libertad de prensa en todo el mundo.
Al menos otros siete periodistas independientes, detenidos a finales del mes de marzo, se encontrarían enfermos. Entre ellos, está Oscar Espinosa Chepe, afectado de una cirrosis hepática, que actualmente se encuentra hospitalizado en Santiago de Cuba tras una fuerte movilización de la comunidad internacional. Sin embargo su mujer, Miriam Leiva, denuncia la falta de higiene en el hospital, y pide su traslado a un establecimiento médico de La Habana. El periodista, que teme contagiarse de otras enfermedades, se niega a someterse a reconocimientos médicos. Según su mujer, ha perdido más de veinte kilos y su vida correría peligro.
Los otros seis periodistas enfermos son: Víctor Rolando Arroyo Carmona, Carmelo Díaz Fernández, Héctor Maseda Gutiérrez, Jorge Olivera Castillo, Miguel Galván Gutiérrez y Normando Hernández. Varios de ellos no estarían recibiendo la atención médica que exige su salud, y habrían perdido varios kilos.
A finales de marzo fueron detenidos 75 disidentes, entre ellos 26 periodistas independientes. A principios de abril, estos últimos fueron condenados a penas que van de 14 a 27 años de cárcel, en general en aplicación de leyes que defienden «la independencia y la integridad» de Cuba. Se les acusa de haber publicado algunos artículos en el extranjero, que harían el juego a los «intereses imperialistas» de Estados Unidos, y de tener contactos con la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana, la representación oficial de Estados Unidos en Cuba. En unos procesos expeditivos, magnetófonos, ordenadores, faxes, así como artículos incautados en los domicilios de los disidentes, se presentaron como elementos de cargo.
En Cuba, el artículo 53 de la Constitución establece que, en ningún caso, la prensa puede ser privada. Aparte de una prensa católica marginal, todos los medios existentes en la isla están controlados por el Partido Comunista Cubano.
Hace más de 13 años, RSF creaba el «apadrinamiento», y hacía un llamamiento a los medios de comunicación internacionales, para que apoyaran a un periodistas encarcelado. 120 redacciones en todo el mundo apoyan así a un colega, pidiendo frecuentemente a las autoridades su liberación, y mediatizando su situación, para que el caso no caiga en el olvido. A Rivero le apoyan así los diarios franceses «Ouest France», «Le Figaro», «Metro», «La Tribune», el canal de televisión TV5 y la radio France Culture.
Para más información sobre los periodistas encarcelados en Cuba, consultar la página «Cuba, la mayor cárcel del mundo para los periodistas» en http://www.rsf.org