(RSF/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de RSF: 23 – 28 de mayo de 2002: Gira europea del presidente G. W. Bush La política antiterrorista de la Administracion Bush pone a prueba la libertad de prensa Cuando el presidente norteamericano George W.Bush ha emprendido, el 22 de mayo, un viaje por […]
(RSF/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de RSF:
23 – 28 de mayo de 2002: Gira europea del presidente G. W. Bush
La política antiterrorista de la Administracion Bush pone a prueba la libertad de prensa
Cuando el presidente norteamericano George W.Bush ha emprendido, el 22 de mayo, un viaje por Europa, Reporteros Sin Fronteras recuerda las trabas impuestas por la Administracion norteamericana a la libertad de prensa, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001: cuestionamiento de la confidencialidad de la informacion que circula por Internet, restricciones para el acceso a la base de Guantánamo y al escenario de las operaciones militares en Afganistán. En este país, medios de comunicacion fueron bombardeados y al menos cinco periodistas y colaboradores de los medios fueron golpeados o amenazados de ejecucion, por los soldados norteamericanos y sus aliados afganos.
En EE.UU., el fracaso del proyecto del Departamento de Estado de Defensa, de recurrir a la desinformacion, o la indignacion provocada por la decision del Presidente de no transmitir a los parlamentarios determinadas informaciones confidenciales, por temor a «fugas» en la prensa, dan testimonio de la solidez de la tradicion democrática, más allá de la legítima emocion suscitada por los atentados del 11 de septiembre.
Otra consecuencia: dado que Estados Unidos pretende ser un modelo en materia de respecto de los derechos humanos, esas medidas se convierten en «malos ejemplos» que explotan las dictaduras. Y así, en China, las autoridades han bautizado como «terroristas» a los separatistas del Xinjiang (Oeste), para poder justificar mejor la represion y el cierre de publicaciones. En la política exterior de la gran potencia internacional, el tema del respeto de los derechos humanos queda relegado a un segundo plano. Estados Unidos ya no está tan preocupado por las exacciones cometidas en Chechenia por Rusia después de que este país decidiera colocarse detrás de ellos en la lucha contra el terrorismo. Acogido por Vladimir Putin, el secretario general de la OTAN uso la terminología oficial rusa al denunciar a su turno «la plaga del terrorismo en Chechenia».
Cuestionada la confidencialidad de la informacion en Internet
El 11 de septiembre de 2001, tan solo unas pocas horas después de los atentados contra el World Trade Center, agentes del Federal Bureau of Investigation (FBI) se presentaron en los locales de los proveedores de acceso a Internet AOL, Earthlink y Hotmail, para instalar en sus servidores el programa Carnivore, que permite interceptar las comunicaciones electronicas de sus clientes. El objetivo de la visita era encontrar eventual indicios, dejados en la Red, por los autores de los atentados.
El control de la informacion en la Red se legalizo definitivamente el 24 de octubre de 2001, cuando la Cámara de Representantes norteamericanos aprobo la «Patriot Act». Esta ley antiterrorista permite al FBI colocar el sistema Carnivore en la red de un proveedor de acceso a Internet, con el fin de vigilar la circulacion de mensajes electronicos, y de conservar los rastros de la navegacion por la web de una persona sospechosa de estar en contacto con una potencia extranjera. Para ello, solo se requirirá la aprobacion de una jurisdicion especial cuyas actividades son confidenciales. Las medidas adoptadas prevén igualmente la flexibilizacion de las leyes que regulan las escuchas telefonicas. Más allá del respeto por la vida privada, lo que se cuestiona, con este cheque en blanco otorgado al FBI, es el secreto de las fuentes de los periodistas.
Y más aun porque los programas de cifrado, que permiten a los internautas cifrar los mensajes para proteger su contenido, ya se han visto perjudicados por el programa «Linterna Mágica» («Magic Lantern») del FBI. Enviado, a su vez, a los internautas por e-mail, este virus, del tipo «espía de teclado», registra las teclas que tocan, permitiendo así al FBI identificar la clave de cifrado de los usuarios de los programas de cifrado. Tras las revelaciones de la prensa a este respecto, la agencia de informacion norteamericana desmintio que dispusiera de esa herramienta, pero reconocio estar trabajando en su concepcion.
Guerra de Afganistán: la informacion estrechamente vigilada
A partir del 7 de octubre de 2001, fecha del lanzamiento de Libertad Duradera, la operacion emprendida por el ejército norteamericano en Afganistán, el Pentágono intento controlar las imágenes del conflicto. Un contrato de exclusividad, firmado con la empresa Space Imaging, prohibio a ésta «vender, distribuir, compartir o proporcionar [las imágenes tomadas por el satélite Ikonos]» a los medios de comunicacion, privándoles de las imágenes de los impactos de los bombardeos norteamericanos tomadas por Ikonos, el satélite civil que proporciona la mejor resolucion.
Por otra parte, una decena de medios de comunicacion que cubren las operaciones militares enfrentaron puntualmente trabas impuestas por las fuerzas especiales norteamericanas. Y, al menos cinco periodistas y colaboradores de los medios fueron golpeados o amenazados de ejecucion, por los soldados norteamericanos y sus aliados afganos. El 10 de abril de 2002, Ebadullah Ebadi, traductor y asistente del diario norteamericano Boston Globe, fue golpeado violentamente por combatientes afganos enrolados junto a las fuerzas especiales US, ante la mirada de militares norteamericanos. El Washington Post subrayo «que, en comparacion con otras guerras recientes, bajo Rumsfeld, el Pentágono ha impuesto controles más estrictos para el acceso de los periodistas a las operaciones militares y a los oficiales superiores».
Se impusieron restricciones en el seno de la propia radio pública Voice of America. En diciembre de 2001, en una nota dirigida a los responsables de la redaccion, Bob Reilly, director de Voice of America, les pidio que aplicaran una ley aprobada por el Congreso, que prohibe la difusion por radio «de entrevistas con oficiales de naciones que apoyan el terrorismo, o con representantes de organizaciones terroristas».
Los medios de comunicacion extranjeros también se vieron afectados. El 12 de noviembre, el ejército de Estados Unidos bombardeo en Kabul los locales del canal de television con sede en Qatar, Al Jazira, provocando importantes daños materiales. En febrero de 2002, el Pentágono se nego a abrir una investigacion argumentando que el inmueble, sospechoso de esconder a elementos de Al Qaeda, era un objetivo militar. No se han presentado excusas al canal de television, frecuentemente acusado por la Administracion norteamericana de conceder demasiado la palabra a Ossama Ben Laden, y de «animar sentimientos anti-norteamericanos» en Oriente Medio. Por su parte, las instalaciones de los medios afganos bajo control de los talebanes, Radio Shariat y la television -prohibida desde 1996-, fueron bombardeados en octubre de 2001.
Dificultades para el acceso a Guantánamo
El 11 de enero de 2001, algunos periodistas de CNN, CBS y The Army Times, entre otros, fueron autorizados a fotografiar y filmar, en Kabul, el embarque de veinte prisioneros para la base militar de Guantánamo (Cuba). Una vez que salieron los prisioneros, a los periodistas se les notifico la prohibicion de difundir esas imágenes. Un portavoz del Pentágono explico que eran contrarias a los tratados internacionales, porque «degradaban» a los prisioneros. Varios medios de comunicacion se saltaron la prohibicion.
Después de esta experiencia, varios meses más tarde el Pentágono invoco motivos de seguridad para prohibir que la prensa cubriera el traslado de algunos detenidos desde el campo de X-Ray al de Delta, en la base de Guantánamo. El 26 de abril, un portavoz del ejército declaro a la prensa que «la consigna es que no haremos ningún comentario, sobre el traslado de presos, hasta que haya terminado». Anteriormente, se había concedido a la prensa un acceso limitado, para cubrir la construccion de Camp Delta.
La tentacion de la manipulacion
En varias ocasiones, la administracion del presidente Bush ha intentado restringir, o controlar, la circulacion de la informacion. Una tentacion que ha chocado con resistencias que dan testimonio de la solida tradicion democrática del país.
El 5 de octubre de 2001, el presidente Bush, invocando motivos de seguridad nacional, dio instrucciones a los principales miembros de su gobierno para que no transmitieran determinadas informaciones confidenciales a los parlamentarios, por temor a «fugas» en la prensa. Algunos días antes, el diario Washington Post publico un titular sobre la informacion recibida por los parlamentarios según la cual existían grandes probabilidades de un nuevo ataque terrorista contra Estados Unidos. Poco después, el Presidente tuvo que dar marcha atrás, como consecuencia de una viva reaccion de los parlamentarios.
El 19 de febrero de 2002, el diario New York Times revelo que la Oficina de Influencia Estratégica (OSI, Office of Strategic Influence), un servicio del Departamento de Estado de Defensa, proponía recurrir a la difusion de informaciones falsas, entre los medios de comunicacion extranjeros. En este momento, la administracion temía que, en el extranjero, la guerra contra el terrorismo se percibiera como una guerra contra el islam. Poco después de la indignacion que provocaron estas revelaciones, Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, afirmo que Bush ignoraba totalmente el proyecto de la OSI, y ordeno el cierre de esa institucion porque, según Donald Rumsfeld, «el Pentágono no miente al pueblo norteamericano» ni «a las audiencias extranjeras».
El mal ejemplo
Varios países autoritarios, como Túnez, se han apropiado de la bandera antiterrorista para poder ahogar aun más a la prensa crítica, acusada de estar haciendo el juego a quienes ponen las bombas. En China, el régimen comunista ha intensificado la represion contra las publicaciones no autorizadas en la region de Xinjiang, de mayoría uigur, donde los separatistas musulmanes se han convertido en «terroristas» financiados por Ossama Ben Laden. En esa region, la Administracion china ha procedido al secuestro y la destruccion de muchos libros y publicaciones. Un responsable local del Partido Comunista lo reconoce: «La campaña antiterrorista, emprendida desde el 11 de septiembre a escala planetaria, ha ayudado a las autoridades chinas a reforzar la represion ejercida contra la minoría musulmana» de esa provincia.
Durante su viaje por Rusia en noviembre de 2001, Lord Robertson, secretario general de la OTAN, declaro dirigiéndose a su anfitrion ruso, que acaba de situarse tras Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo: «Ciertamente, vemos de manera diferente la plaga del terrorismo en Chechenia». Una declaracion emblemática acerca de la manera en que se ha relegado a un segundo plano, en la política exterior norteamericana, el tema del respeto a los derechos humanos. Unas palabras que también tranquilizaron al ejército ruso, muy preocupado por llevar a cabo en Chechenia una guerra sin testigos, y que controla fuertemente el acceso de la prensa a esa region.
Recomendaciones
Reporteros Sin Fronteras pide al presidente G.W. Bush:
– que respete el carácter privado de las informaciones que circulan por Internet, entre otras cosas ordenando al FBI que no recurra a programas espías, tales como el «Carnivore» y el «Linterna Mágica», sin un estricto control judicial;
– que respete el principio de la libre circulacion de los periodistas en Afganistán y en Guantánamo, de acuerdo con el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por Estados Unidos;
– que vuelva a colocar, en el centro de sus relaciones exteriores, el respeto por los derechos humanos.
Reporteros Sin Fronteras pide a los jefes de Estado alemán, francés e italiano que apoyen sus recomendaciones, con su homologo norteamericano.