En 2023, la prensa local siguió siendo víctima de crímenes, secuestros y amenazas múltiples debido a los altos niveles de inseguridad y violencia que imperan en el país.
Este artículo fue publicado originalmente en sipiapa.org el 3 de enero de 2024.
Los asesinatos de periodistas disminuyeron en Haití en 2023 con respecto al año anterior, pero la prensa local siguió siendo víctima de crímenes, secuestros y amenazas múltiples debido a los altos niveles de inseguridad y violencia que imperan en el país.
La ausencia de garantías, la falta de condiciones mínimas de seguridad por parte de las autoridades y el alto grado de impunidad existentes en todo el territorio haitiano marcaron un año oscuro para la prensa, que siguió empeñada en cumplir con su labor pese a los graves peligros que enfrenta cada día.
Los periodistas Paul Jean Marie, de Radio Lumière (el 5 de mayo); Ricot Jean, de Radio-Télé Évolution Inter (el 25 de abril), y Dumesky Kersaint, de Radio Télé Inurep (el 18 de abril), fueron asesinados en la localidad norteña de Saint-Marc y en las afueras de Puerto Príncipe, la capital de Haití. Nadie fue arrestado por esos crímenes.
En 2022, uno de los más mortíferos para la prensa haitiana en varias décadas, nueve periodistas fueron asesinados: Francklin Tamar, de Radio Solidarité; Fritz Dorilas, de Radio Megastar; Romelo Vilsaint y Wilguens Louissaint, ambos colaboradores de medios digitales; Garry Tess, de Radio Lebon FM; Frantzsen Charles, de FS NEWS; Tayson Lartigue, de Tijèn Jounalis; Maxihen Lazarre, de Roi des infos, y Amady John Wesley, de radio Écoute FM.
Los secuestros también afectaron a los trabajadores de la prensa haitiana en 2023, con un total de cinco casos. El último de ellos fue el de Banatte Daniel, secuestrado el 15 de diciembre y liberado 11 días después tras el pago de un rescate que pudo haber llegado a los 500 mil dólares, según trascendió.
Los medios haitianos informaron sobre el secuestro del presentador de Radio Scoop FM, Pierre-Fils Saintamour, ocurrido en una populosa comuna del noreste de Puerto Príncipe. Saintamour fue secuestrado el 27 de noviembre en compañía de sus dos hijos y de su esposa embarazada, y liberado el 8 de diciembre luego del pago de una alta suma de dinero, según declaraciones de la propia víctima.
Otros tres secuestros se produjeron en 2023. Marie Lucie Bonhomme Opont, periodista de Radio Vision 2000, fue secuestrada algunas horas el 14 de junio; Pierre Louis Opont, esposo de Bonhomme y copropietario de Télé Pluriel, fue secuestrado el 20 de junio y liberado el 25 de agosto, y Blondine Tanis, copresentadora en Radio Rénovation FM 107.1, fue secuestrada el 21 de julio y puesta en libertad nueve días después. El periodista Juno Jean-Baptiste denunció que fue víctima de un intento de secuestro el 22 de diciembre del que pudo escapar.
La constante violencia ejercida por las pandillas terminó afectando directamente a una docena de periodistas haitianos. A principios de septiembre, algunas de sus residencias fueron quemadas y otros tuvieron que abandonar sus hogares en Carrefour-Feuilles, un populoso sector al suroeste de Puerto Príncipe donde la banda conocida como Grand Ravine mantiene el control de la zona. Según la Organización Internacional para las Migraciones, mas de 16 mil personas tuvieron que refugiarse por temor a la violencia.
Entre los periodistas afectados se encontraban Réginald Esaie Orélus y Richardson Jourdan, de Televisión Nacional de Haití (TNH); Jacques Desrosiers, secretario general de la Asociación de Periodistas Haitianos; Celou Flécher y Dessources Dieumaitre, directores generales de Le Facteur y Fact Checking News, ambos medios digitales; y Samuel Dallemand y Rubens Artist, reporteros de Télé Ginen.
Además, Jean Yves Saint-Louis, periodista de radio Lumière; Kettia Marcellus, de la organización Solidaridad de Mujeres Haitianas Periodistas (SOFEHJ en francés); Jacques Stevenson Saint-Louis, periodista de Radio Educativa, del Ministerio de Educación; Arnold Junior, reportero de Radio Galaxie, y Judex Vélima, reportero de Télé Espace.
A fines de agosto, los mismos pandilleros de Grand Ravine ya habían incendiado la casa del periodista Arnold Junior Pierre, quien quedó desamparado junto a su familia.
Las agresiones contra periodistas también fueron comunes. El 20 de julio, los reporteros Daniel Lamartinière, de Vant Bèf info, y Jameson Jean Baptiste, de JB Média, fueron golpeados por un policía mientras cubrían una manifestación contra el gobierno en la capital; y el 23 de julio en Liancourt (norte) la sede de radio Antarctique 96.1 FM fue incendiada durante el ataque de una pandilla.
El 31 de julio el reportero Arnold Junior Pierre fue golpeado cuando cubría una protesta al suroeste de Puerto Príncipe; el 11 de agosto Brown Larose, animador del espacio «Matin Débat», de Radio Télé Éclair, fue tiroteado frente a su domicilio, pero sobrevivió al atentado, y en diciembre, el reportero Johnny Ferdinand evitó un ataque de hombres armados que viajaban en motocicletas.
En el ámbito legal, el portal AyiboPost y su editor en jefe, Widlore Mérancourt, fueron demandados el 14 de septiembre por Delphine Gardère, propietaria de Ron Barbancourt, una de las más importantes compañías de Haití, alegando que un reportaje del 7 de junio sobre la empresa hizo acusaciones difamatorias sobre la elección de Gardère como presidente de la Cámara de Comercio e Industria Franco-Haitiana.
El 10 de diciembre fue liberado Wilkens Thirogène (alias Pouchon), detenido durante varios meses por su presunta participación en el asesinato del periodista y comentarista político Garry Tesse, ocurrida en octubre de 2022.
En una carta dirigida a la ministra de Justicia, Emmelie Prophète, la organización SOS Journalistes criticó al fiscal ante el tribunal de primera instancia de Les Cayes (suroeste), por haber puesto en libertad al supuesto cómplice, y reclamó acciones para evitar la impunidad en éste y otros casos de crímenes de periodistas no resueltos.
En 2023, el periodismo haitiano también perdió a dos figuras emblemáticas.
El 31 de julio, a los 70 años, Lilianne Pierre-Paul, referente de la libertad de expresión, la lucha por la democracia y el respeto a los derechos humanos falleció en su hogar de Puerto Príncipe víctima de un infarto masivo cuando se preparaba para ir a las instalaciones de Radio Kiskeya, la popular emisora que cofundó el 7 de mayo de 1994.
Pierre-Paul ayudó a cimentar la popularidad de Radio Haiti Inter y luego ascendió hasta convertirse en dueña de Kiskeya y más tarde vicepresidenta de la Asociación Nacional de Medios de Haití (que ayudó a fundar en 2001), último cargo que ocupó. Nacida el 16 de junio de 1953 en Petit-Goâve (sureste), la renombrada periodista sufrió prisión y destierro por enfrentar a la dictadura de Jean-Claude Duvalier en los años setenta y ochenta, pero también fue testigo del traspaso a la democracia de su país en 1987.
El 26 de octubre, en la ciudad de Brockton, Massachusetts, se produjo el deceso de Jean-Claude Sanon, reconocido cronista deportivo y locutor radial, quien además de futbolista fungió como secretario general de la Federación Haitiana de Fútbol (FHF). Sanon, fallecido a los 82 años, fue un destacado columnista en publicaciones como Nouveau Monde y Le Nouvelliste, y desde 1965 dirigió un espacio deportivo en Radio MBC, donde llegaría a ser su voz más representativa, tanto en la narración de partidos de fútbol como de otras disciplinas deportivas.
Una de las pocas buenas noticias ocurrió el 2 de marzo cuando el decano de la prensa escrita, Le Nouvelliste, volvió a circular luego de cinco meses de interrupción debido a la crisis que afecta al país, aunque su distribución no llegaría todavía a los sectores de la capital haitiana. En su editorial de ese día, la jefatura del principal matutino local destacó su retorno a las calles, pero advirtió que su reaparición física se producía en momentos en que el centro de Puerto Príncipe, «hogar histórico» de Le Nouvelliste, seguía plagado de enfrentamientos violentos.
El periódico anunció el 27 de octubre de 2022 su «penosa obligación de suspender su circulación hasta nuevo aviso», imposibilitado de abastecerse de combustible, de distribuir el diario y tras haber agotado sus últimas existencias de papel. Las razones, el bloqueo impuesto por una pandilla a la principal terminal de carburantes de la capital haitiana, y la violencia extrema ejercida por las bandas que dominan varios sectores de Puerto Príncipe.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó con frecuencia la frágil situación de la prensa haitiana, los asesinatos y los ataques a los representantes de los medios de comunicación También reclamó al gobierno que adopte acciones necesarias para que los crímenes de periodistas no queden sin castigo, y solicitó a las autoridades que elaboren mecanismos para asistir a los que se han visto obligados a dejar sus hogares debido a los altos índices de violencia e inseguridad.
La Organización de las Naciones Unidas aprobó el 3 de octubre el envío al país de una fuerza multinacional para ayudar a la policía a garantizar la seguridad de la población. La misión, que debe ser liderada por Kenia, está a la espera de un fallo del máximo tribunal de justicia keniano que permita su despliegue.
Ese mismo mes el Consejo de Seguridad de la ONU renovó una resolución aprobada en 2022, que impone un régimen de sanciones y «exige el cese inmediato de la violencia, las actividades criminales y los abusos de derechos humanos que socavan la paz, la estabilidad y la seguridad del país y de la región».
*El autor es vicepresidente regional para Haití de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP.