A medida que Cuba implementa reformas económicas y se prepara para introducir el servicio de Internet de alta velocidad, la libertad de expresión sigue siendo víctima de acciones represivas por parte del Estado que restringe así el flujo informativo.
(CPJ/IFEX) – Nueva York, 6 de julio de 2011 – A medida que Cuba implementa reformas económicas y se prepara para introducir el servicio de Internet de alta velocidad, la libertad de expresión sigue siendo víctima de acciones represivas por parte del Estado que restringe así el flujo informativo, según un nuevo informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
«Mientras las reformas económicas abren nuevas oportunidades para los cubanos, los ciudadanos aún no son libres de recopilar, recibir y compartir información. La persecución de periodistas y blogueros continúa, apoyada por una estructura legal represiva que impide la circulación de información», afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. «El tendido del nuevo cable de fibra óptica en Cuba no representa, lamentablemente, una garantía para un acceso más amplio a Internet. El gobierno debe eliminar todas las barreras legales para el acceso individual y permitir que los blogueros puedan alojar sus sitios en dominios cubanos».
En un cambio de estrategia, las prolongadas penas de prisión como castigo han sido reemplazadas por una persecución oficial de periodistas independientes caracterizada actualmente por detenciones arbitrarias, de corta duración, golpizas, campañas de descrédito, seguimientos y sanciones sociales, según la investigación del CPJ. Las restricciones y las represalias subsisten a pesar de la reciente liberación de los últimos periodistas encarcelados durante la embestida contra la prensa independiente en 2003, conocida como la Primavera Negra. La mayoría de los periodistas fueron obligados a abandonar el país; tres que se negaron a salir al exilio fueron liberados bajo licencia extrapenal por razones de salud, una forma de libertad condicional que los vuelve vulnerables a ser arrestados otra vez.
Se estima que la penetración de Internet en la isla es de alrededor del 14 por ciento, y las conexiones privadas son fuertemente restringidas. Para los periodistas independientes, las alternativas son las conexiones clandestinas en el mercado negro, el acceso costoso en los hoteles o concurrir a las embajadas extranjeras, que trae aparejado connotaciones políticas. No obstante, la batalla por la libertad de expresión en Cuba se está librando en los medios digitales donde la vibrante blogosfera cubana lucha por desafiar las restricciones y proporcionar plataformas para la reflexión, el análisis y la información.
«Tras la Primavera Negra, nueva ola de represión en Cuba», examina la actuación del gobierno entre marzo y abril de 2011, un período donde hechos políticos sensibles en la isla coincidieron con 50 instancias en las que los periodistas fueron blanco de represión. Durante ese lapso, más de una decena de periodistas fueron víctima de arresto domiciliario, lo que les impidió cubrir las alternativas del congreso del Partido Comunista en abril y el aniversario de la Primavera Negra en marzo. El informe incluye recomendaciones al gobierno cubano, la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos, el gobierno de los Estados Unidos y la comunidad tecnológica y bloguera.