Paz Peña, directora de asuntos jurídicos de Derechos Digitales, conversa con IFEX sobre los altibajos de su exitosa campaña para conseguir que un tribunal chileno detenga la vigilancia de 24 horas y 360 grados en Santiago.
El hecho de ver globos en el cielo marca generalmente una celebración – pero ya no se celebra tanto, como en este caso, cuando los mismos están grabando cada movimiento. La ONG chilena Derechos Digitales se dispuso a convencer a los tribunales de que los derechos de privacidad de miles de personas en los municipios afectados, Las Condes y Lo Barnechea, estaban siendo comprometidos.
Paz Peña, directora de asuntos jurídicos del grupo, conversa con IFEX sobre los altibajos de su exitosa campaña para conseguir que un tribunal chileno detenga la vigilancia de 24 horas y 360 grados. Pero la historia aún no ha terminado. Los dos municipios están apelando la decisión frente al Tribunal Supremo, y se espera que dicho tribunal llegue a una decisión este mes.
Para el contexto general: ¿Por qué los municipios de Las Condes y Lo Barnechea introducen el uso de globos de video vigilancia? ¿Quién fue clave en su implementación?
Ambos municipios declararon públicamente que los globos de vigilancia masiva están destinados a incrementar los niveles de seguridad de los habitantes de ambos municipios (en el ámbito del combate de la delincuencia) y a colaborar en la gestión del tránsito de sus calles.
Recordemos que se trata de tecnología israelí utilizada normalmente para el monitoreo fronterizo. Cada globo cuenta con protección antibalas y está equipado con cámaras de alta definición y visión en 360º, capaz de reconocer a una persona en movimiento a más de 1.5 kilómetros de distancia. Gracias a su sistema de visión nocturna, el sistema grabará a los vecinos las 24 horas del día, los siete días de la semana.
¿Qué fue lo que preocupó a Derechos Digitales de los globos?
Los globos de vigilancia a lo menos afectarían tres derechos constitucionalmente garantizados: la protección de la vida privada, la inviolabilidad del domicilio y el derecho de propiedad en sentido amplio. Las cámaras adheridas a los globos municipales constituyen una política de vigilancia masiva: se trata de cámaras con características especiales por su alcance y que han sido ubicadas en una posición de privilegio, capaces no solamente de grabar rostros de personas y patentes de vehículos desde el aire en alta definición, de día y de noche, sino que de traspasar los límites físicos de una propiedad e incluso apuntar sus lentes a través de una ventana, hacia el interior de una vivienda. Así, este tipo de tecnología militar es una medida desproporcionada en función del objetivo perseguido.
Además, en el recurso se hizo presente tanto la vulneración de las leyes que regulan el tratamiento de los datos personales en Chile y la actividad municipal. Esto, porque es una política de vigilancia masiva arbitraria por parte de las municipalidades, cuyo uso no está autorizado en la ley. Asimismo, las personas a cargo de la grabación de imágenes no son funcionarios municipales ni se encuentran sujetas a obligaciones específicas relacionadas con su labor, resultando especialmente sensible la ausencia de un deber de confidencialidad.
A todo lo anterior se suma que este tipo de medida es discriminatoria. Las cámaras vigilan arbitrariamente los sectores más desfavorecidos económicamente de los municipios.
¿Cuál fue el objetivo principal de su demanda?
La medida inmediata que buscamos es el cese de los globos de vigilancia en esos dos municipios, con el sustento en la protección de los derechos humanos de la población.
Luego de una amplia polémica pública por el recurso de protección, buscamos alimentar un debate serio que muchas veces las autoridades eluden con medidas más efectistas que efectivas para combatir la delincuencia. Es un derecho vivir en una sociedad segura, pero también es una obligación de las autoridades que las medidas para estar más seguros se ajusten a la legalidad vigente.
¿Colaboró Derechos Digitales con otras organizaciones en la campaña? ¿Con quién?
Cuando se trabaja desde la sociedad civil por los derechos humanos, es imposible no trabajar en colaboración y solidaridad. Básicamente, porque unidos somos más. Cuando además se tiene un objetivo tan preciso, la coordinación se hace menos dificultosa.
Así, para construir un caso más fuerte, recurrimos a Fundación Datos Protegidos y Corporación Fundamental que sabíamos que podían estar interesadas en el caso para presentar el recurso de protección. Sus especialistas y sensibilidades fueron fundamentales para ir construyendo el caso. Pero también durante el proceso contamos con otros apoyos como el de la organización Libertades Públicas y el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
¿Cuáles fueron los principales retos esperados y cómo fueron abordados?
Dos eran los mayores retos.
El primero, los tiempos judiciales y las propias lógicas de los tribunales para presentar y tener posibilidades de ganar el recurso de protección. Allí las decisiones para tratar el tema en público tienen que ser muy estudiadas y consensuadas, puesto que cualquier cosa puede ser contraproducente para el objetivo perseguido. Por eso, decidimos abstenernos de hacer cualquier campaña pública y observar más bien los movimientos de los municipios. Esto resultó en algo muy interesante: el alcalde de Lo Barnechea inició una campaña a favor de los globos y eso obligó a los medios a consultar nuestra posición. Si nosotros hubiésemos hecho una campaña, como organismos de la sociedad civil, seguramente esa atención de la prensa no la hubiésemos tenido.
El segundo reto es que efectivamente el discurso algo paranoico sobre la delincuencia y la necesidad de conseguir más seguridad a cualquier costo es común en los medios de comunicación masiva. Pero comprendiendo el primer reto, este segundo exigía una cierta moderación, así que optamos por explicar permanentemente nuestra posición a través de nuestros propios medios (columnas en nuestra web, salida consistente en nuestras redes sociales, cartas al director de medios de prensa, etc); y también cuidando mucho lo que se decía a los medios de comunicación.
Cuando se ganó unánimemente en primera instancia (corte de apelaciones), creímos importante hacer un ícono celebratorio para que la gente se identificara positivamente con nuestra causa. Para eso nuestra diseñadora, Constanza Figueroa, trabajó una imagen que resume muy bien el discurso positivo que queremos implantar en el advocacy de la privacidad. De alguna forma, cuando se dice “el que nada hace, nada teme”, se asocia a la privacidad como algo oscuro, y la vigilancia como algo positivo. Debemos revertir aquello. Y la imagen tan simple de los gatitos jugando con los globos de vigilancia avanza en ese sentido y ha sido increíblemente importante para que las personas se sientan identificadas.
¿Surgieron desafíos inesperados durante la demanda?
Creo que lo más inesperado fue que los mismos vecinos de Lo Barnechea y algunos medios de prensa prestaron mucha atención a la increíble cantidad de dinero que el Municipio había gastado en estas tecnologías. Aquel argumento nosotros no lo trabajamos, por nuestro alcance, pero es muy importante. La gente tanto en Chile como en otros países está cada vez más molesta en este tipo de gastos, sobre todo cuando su justificación y eficiencia no es segura. No me cabe duda que esto ayudó también a que los globos tengan menos apoyo.
Durante la campaña ¿hubo un punto bajo que se destaque? ¿un punto alto?
El punto bajo siempre es que te acusen de cosas como que defiendes a los delincuentes o que caricaturicen tu posición de otras formas. Muchas de estas acusaciones vinieron de las propias autoridades municipales. Pero de todas formas lo esperábamos y sabíamos que no podíamos perder la paciencia.
El punto alto fue ver cómo la prensa poco a poco cubría la polémica con otras fuentes que ponían en duda el globo de vigilancia como mecanismo contra la delincuencia. Ya no estábamos solos.
¿Qué parte (o partes) de la estrategia identificarían como la que contribuyó mayormente en el éxito de la campaña?
Bueno, la campaña no ha terminado hasta que la Corte Suprema se pronuncie (esperamos que durante abril). Pero por ahora destaco tres:
• La coordinación en discurso con las otras organizaciones
• La paciencia para observar los movimientos comunicacionales de la contraparte.
• Un ícono celebratorio que refuerce positivamente la lucha de nuestras organizaciones.
¿Qué sigue para su trabajo en esta área?
Tenemos que esperar qué dice la Corte Suprema, pero el fallo de la corte de apelaciones es igual de importante para la protección de la privacidad de los habitantes del país. Tal como indica el fallo, seguridad ciudadana y privacidad no se contraponen, por lo que es fundamental exigir a nuestras autoridades mejores estándares de políticas públicas, respetuosas de nuestros derechos fundamentales amparados por la Constitución. Por tanto, el fallo debe ser un impulso para que los ciudadanos exijan estos derechos cuando una nueva tecnología de vigilancia llegue a sus barrios.
Asimismo, el fallo puede animar a otras organizaciones de la región para considerar la litigación estratégica y seguir luchando en tribunales por nuestros derechos humanos.
¿Qué consejo le darían a otros grupos que tratan de influir en las decisiones legales de este tipo en sus países?
• Colaboración y solidaridad
• Estrategia para calcular lo mejor posible los diversos escenarios
• Paciencia: los ataques van a venir.
• Creatividad: una de las herramientas que puede igualarte con el rival más poderoso.
Este tipo de medida es discriminatoria. Las cámaras vigilan arbitrariamente los sectores más desfavorecidos económicamente de los municipios.
Campaña del municipio de Lo Barnecheahttp://www.lobarnechea.cl/new/
Se asocia a la privacidad como algo oscuro, y la vigilancia como algo positivo. Debemos revertir aquello.
Ícono celebratorio de la campañaDerechos Digitales
Seguridad ciudadana y privacidad no se contraponen.